De regreso a México
Osiel Cárdenas Guillén, uno de los líderes históricos del Cártel del Golfo, fue deportado a México por las autoridades de Estados Unidos el pasado 16 de diciembre. A su regreso, fue trasladado a Almoloya de Juárez.
La Fiscalía General de la República informó que el motivo de su ingreso al penal del Altiplano en el Estado de México, fue por los delitos de lavado de dinero, tráfico de drogas, homicidio y participación en delincuencia organizada.
En 2007, fue extraditado y trasladado al Centro Correccional Federal de La Tuna en Anthony, Texas. El Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Texas en Houston lo condenó a 25 años de prisión y estuvo recluido en la prisión de Terre Haute, Indiana.
En agosto de 2024, las autoridades estadounidenses le informaron que sería deportado a México. Así, cabe preguntarse qué esperar del arribo a México de Cárdenas Guillén, cuando hay otros cabos que deben atarse para tener una prospectiva apropiada.
Incubando al monstruo
Osiel Cárdenas fue Policía Judicial Federal y ahí trabó relación con distintos liderazgos del cártel del Golfo. En ese tenor, se dieron dos eventos: la captura de Juan García Abrego, quien fuera recluido en un penal de Houston, Texas, el 14 de enero de 1996, y el asesinato de Salvador Gómez.
Cuando entra en lugar de Juan García Ábrego, Cárdenas se percata que tiene un ejército de enemigos internos y externos que lo harán picadillo a la menor oportunidad. Sabía de lo que hablaba: había asesinado a su amigo Salvador Gómez Herrera, en su momento líder del cártel del Golfo.
En esas condiciones, le pide a Arturo Guzmán Decena que le organice una guardia capaz de detener a cualquier amenaza, algo que fuera invencible. El exmilitar confecciona a los Zetas y se establecen como una escolta con competencias de clase mundial.
Al ver los resultados y literalmente poder dormir en paz, Cárdenas va delegando otras funciones a estos personajes: desde el cuidado y protección a cargamentos de narcóticos hasta la ejecución de sus enemigos. Así, los Zetas establecieron el terror a escala nacional.
No está de más apuntar que los Zetas son los autores de las narcomantas, herramienta comunicativa empleada por todos los grupos criminales de alto impacto en México.
Cárdenas Guillén fue detenido en 2003 y en marzo de 2005 fue concedido el beneplácito de México a los Estados Unidos para su extradición aunque finalmente tocó territorio estadounidense hasta 2007.
Su detención no fue un flan: se dieron tres enfrentamientos en una zona residencial y en las inmediaciones de un aeropuerto fronterizo, sin omitir que un comando trató de rescatarlo.
En 2010 se llevó a cabo su juicio, donde se declaró culpable por narcotráfico, lavado de dinero y extorsión a agentes federales de Estados Unidos, pero supo negociar: le fueron retirados 12 cargos. Fue condenado a 25 años de prisión y un pago de 50 millones de dólares. El tiempo ha permitido comprobar que le fue magníficamente bien, considerando sus delitos.
En una especie de cápsula en el tiempo, Cárdenas estuvo a salvo de la llegada de CJNG, la fragmentación del Cártel de Sinaloa, la miniaturización del Cártel de Juárez, las escisiones del Cártel del Golfo, el achicamiento de la organización Arellano Félix y la llegada de un narcótico que hace parecer a la heroína un caramelo: el fentanilo.
A Cárdenas no le fue mal. No lo enviaron a un manicomio hecho prisión como a Joaquín Guzmán. Sin embargo, el que lo hayan regresado a México llama la atención. En pleno zafarrancho nacional entre Los Menores y las huestes de Ismael Zambada, junto a la guerra de CJNG por el control del país entero, es evidente que alguien está pensando en Cárdenas para hacer algo más que aburrirse durante los años de prisión que le esperan.
4 millones en cash
En febrero de 2024, el exzeta Celso Ortega, líder de Los Ardillos, dijo en entrevista a Carlos Loret de Mola que Los Zetas aportaron dinero a la primera campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006.
Ortega señaló que el numerario, tasado en dólares, lo entregaron los Zetas por órdenes deOmar Treviño Morales, “Z 42”. Si nos ceñimos a los registros, Heriberto Lazcano era el líder máximo de los Zetas en 2006 y Omar Treviño llegaría a esa posición, 7 años después.
“Cuando yo anduve en Michoacán, a la llegada del Z-42, me manda a traer a Nueva Italia, ya andaba en pleito con Nazario Moreno, y me dice que tenía yo que venir a hacer política a mi región por Andrés Manuel López Obrador porque ellos (Los Zetas) estaban pagando la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador por el PRD”, señaló Ortega.
Por supuesto, el donativo no era porque “Z42” se sintiera identificado con las causas de la 4T, sino porque “él dijo que una vez ganando Andrés Manuel López Obrador era de los Zetas todo el país porque Andrés Manuel se los iba a entregar”, comentó Ortega.
NYT y ProPublica
En febrero de 2024, un trabajo de los periodistas Alan Feuer y Natalie Kitroeff del New York Times explicó que distintos funcionarios y aliados de López Obrador, fueron señalados de haberse reunido con líderes de cárteles y recibido pagos de millones de dólares.
Según el New York Times, la entrega de ese dinero ocurrió después de que López Obrador ganó las elecciones presidenciales en 2018. Si la fecha es precisa, el líder de los Zetas en ese año era José María Guizar Valencia, prácticamente el último con el que dicho grupo criminal mantuvo la estructura de cártel y no de un puñado de pandillas.
Y una de las fuentes consultadas contó que uno de “los confidentes más cercanos” de López Obrador se había reunido con Ismael Zambada García antes de su victoria electoral.
De acuerdo con los reporterosFeuer y Kitroeff, la investigación relacionada con esas acusaciones no avanzó y el trabajo terminó siendo archivado porque el gobierno estadounidense “no estuvo interesado” en acusar formalmente a Andrés Manuel López Obrador a efecto de no dañar las relaciones con México.
Control de daños
El 5 de marzo de 2024, el Cártel del Noreste divulgó un video, negando el financiamiento a Andrés Manuel López Obrador en su campaña presidencial de 2006.Hay que señalar que en 2006, no existía tal Cártel y por su parte, Heriberto Lazcano era el líder de los Zetas.
El desmentido del Noreste señala que Celso Ortega había sido comisionado por “Z-42″ a Nueva Italia y, en ese momento la región estaba bajo el control de Nazario Moreno, fundador de La Familia Michoacana y aliado de Los Zetas en ese tiempo. La realidad es que lo dicho por el Noreste, no desvirtúa lo comentado por Ortega, dado que él es oriundo de Guerrero. Era natural que lo enviaran a hacer un trabajo a las comunidades que conocía desde niño.
Los Ardillos fueron fundados como grupo criminal, alrededor de 2000 por el padre de Celso Ortega, del mismo nombre y arrancaron aliándose con la organización Beltrán Leyva.
La duda quema: ¿por qué el Cártel del Noreste hizo el desmentido? Ninguna otra de las escisiones de los Zetas mencionó una palabra, ya fuera Zetas Vieja Escuela o Sangre Nueva Zeta. Para algunos, el olor a bidón entre el Cártel del Noreste y algunos personeros de Morena fue el conector de tal pronunciamiento.
Los muchos bandos
Los liderazgos históricos de los Zetas fueron: Arturo Guzmán Decena (1999-2002), Osiel Cárdenas (1999-2003), Rogelio González Pizaña (2002-2004), Heriberto Lazcano Lazcano(2004-2012), Miguel Ángel Treviño Morales (2012-2013), Omar Treviño Morales (2013-2015) y, José María Guizar Valencia (2015-2018).
La ausencia de liderazgos sólidos que siguieran a Guízar Valencia, fue lo que terminó por reventar la estructura al interior de los Zetas y en el caso del Cártel del Golfo, se combinó la idea de verlo como un negocio familiar y no un cártel, con la intensa guerra que debía mantener en contra de sus enemigos y las Fuerzas Armadas.
Al final, los Zetas quedaron divididos en: Zetas Vieja Escuela, Sangre Nueva Zeta y Cártel del Noreste, siendo éste último el grupo delictivo más notorio de los tres, con operaciones de lavado de dinero y conocido por su fondeo a distintos políticos de todo el país.
Y en el caso del Cártel del Golfo, quedó pulverizado, sin un mando único. A la fecha, le sobreviven seis pandillas de alto impacto: Los Escorpiones, Los Ciclones, Los Metros, Los Rojos, Los Pelones y Los Talibanes. Su rotación de liderazgos, marea.
La relación entre Golfo y CJNG es un tanto brumosa, pero adonde el odio persiste es entre Jalisco y los Zetas. Ahí está el Operativo Barredora CJNG en Puebla que entre otras ocupaciones, se la ha pasado eliminando a operadores de los Zetas que alguna vez trabajaron en dicha entidad, incluyendo a un financiero del Cártel del Noreste.
Los liberados
El 21 de noviembre de 2024, José Alfredo Cárdenas Martínez, “El Contador”, quedó en libertad tras la orden de un juez de control y le indicaron que cada semana debe ir a firmar al Reclusorio Oriente, además de no salir del país. Pagó una garantía de 5 millones de pesos y deberá portar un brazalete electrónico.
José Alfredo Cárdenas es sobrino de Osiel Cárdenas Guillén y fue detenido en febrero de 2022 en la Ciudad de México. Al mes siguiente, el gobierno de Estados Unidos presentó una acusación en su contra por delitos relacionados con el narcotráfico.
La Fiscalía General de la República presentó cargos en su contra del detenido con fines de extradición hacia, su defensa logró un juicio de amparo en contra de dicha orden.
Cuando fue entregado en extradición, la Corte del Distrito Este de Texas lo acusó de operar durante al menos una docena de años, el trasiego de narcóticos hacia los Estados Unidos. Había sido sentenciado a 14 años y cinco meses de prisión.
Y el 7 de noviembre de 2024,el hermano de Osiel, Mario Cárdenas Guillén, de 66 años, dejó de estar bajo supervisión del Buró Federal de Prisiones (BOP) de Estados Unidos.
¿Adónde vamos?
Juntando todas las piezas, es inevitable conectar la salida de Osiel y su regreso a México, el que su sobrino José Alfredo ande por ahí sin problemas y el que su hermano Mario haya desaparecido de los registros penitenciarios en Estados Unidos.
Osiel Cárdenas no estará sometido a la disciplina de las prisiones estadounidenses y como la historia lo ha enseñado, es posible controlar una organización criminal desde prisión, vía mensajeros que se conectan con los abogados que pueden entrar y salir a ver a su cliente.
A partir de lo anterior, y considerando el que distintos integrantes del clan Cárdenas han dejado las vicisitudes estadounidenses, no puede omitirse la posibilidad de una reintegración de distintos liderazgos en torno a una versión nueva del Cártel del Golfo.
Tiene sentido si se piensa que esos comunicados no solicitados en donde se le lava la cara a beneficiarios de montos millonarios en dólares por parte del crimen organizado, pudieron ser empleados ahora junto al cobro de facturas devengadas en campañas financiadas desde el huachicol y el huachigas.
Al final del cuento, la frontera estadounidense en su porción con el estado de Tamaulipas tiene toda clase de bondades. Solo hay que imaginarse la confederación de mexicanos indocumentados que serán devueltos en ese lugar por cortesía de las barbaridades de Donald Trump. Alguien podría estar viendo una oportunidad de mercado.
Con CJNG como actor dominante en el territorio nacional y habida cuenta que Sinaloa ya no será lo que fue, con dos facciones haciéndose trizas en medio de un juego de espejos, bien podría pensarse en una nueva versión del Cártel del Golfo o de los Zetas, aunque éstos últimos están claramente metidos en un abismo sin fondo ni fin.
A menos, claro, que el clan Cárdenas haya sido convidado al azar de los sistemas judiciales de Estados Unidos y México, en cuyo caso se confirmaría que a veces, el crimen sí paga.
