Los talibanes conmemoraron el tercer aniversario de su regreso al poder este miércoles 14 de agosto con un desfile y celebración en la Base Aérea de Bagram, un antiguo bastión militar estadounidense en Afganistán, en medio de la crisis humanitaria que vive el territorio.
El evento omitió, en particular, cualquier reconocimiento de las luchas en curso del país o las promesas de mejora para su población. El país ha estado plagado de un empeoramiento de la pobreza y el maltrato de los ciudadanos afganos por parte del gobierno.
Los miembros del gabinete talibán subieron al escenario en Bagram para dar discursos centrados en los logros del grupo, incluido el fortalecimiento de la ley islámica y el establecimiento de un marco militar diseñado para proporcionar “paz y seguridad”.
LA LLEGADA AL PODER DE LOS TALIBANES EN 2021
El 15 de agosto de 2021, los talibanes entraron sin resistencia en Kabul, capital de Afganistán, ello provocó la huida del gobierno tras la salida de las fuerzas estadounidenses que 20 años atrás habían expulsado al grupo político. La victoria de los talibanes se conmemora un día antes siguiendo el calendario afgano (y persa).
“Los meses previos al derrumbe del gobierno hubo reiterados crímenes de guerra e implacable derramamiento de sangre cometidos por los talibanes, así como por las muertes causadas por las fuerzas afganas y estadounidenses”, explicó Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional (AI).
Añadió: “Lejos de la transición fluida de poder que los talibanes afirman que tuvo lugar, la población de Afganistán pagó con su vida.” A medida que tomaron el control, entre julio y agosto de 2021, los talibanes torturaron y mataron a minorías étnicas y religiosas, exsoldados afganos, y simpatizantes del gobierno, denunció AI.
La retirada de tropas estadounidenses de Afganistán comenzó en mayo de 2021, y terminaron su retirada total el 30 de agosto de 2021 con la evacuación de la fuerzas de la OTAN. La invasión estadounidense de Afganistán de 2001 sobrevino después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Un año antes, el 29 de febrero de 2020, Estados Unidos y los talibanes firmaron un acuerdo de paz titulado “acuerdo para llevar la paz a Afganistán”, donde se decidió la retirada las tropas estadounidenses y de la OTAN, una promesa de parte de los talibanes para evitar que Al-Qaeda siga operando en áreas bajo el control de los talibanes. Lejos de entablar diálogo con el gobierno afgano, los talibanes tomaron Kabul y ese mismo día, el presidente Ashraf Ghani y altos funcionarios de su gobierno, así como el personal de las embajadas de varios países occidentales, abandonaron el país.
LOS TALIBANES CELEBRAN SIN MENCIONAR TERRIBLES CONDICIONES COTIDIANAS EN AFGANISTÁN
En 2021, el nuevo gobierno heredó una administración consolidada. Los precios bajaron, la moneda resistió, la corrupción ya no estaba en máximos y, ante todo, la seguridad regresó tras 40 años de guerras. Sin embargo, el PIB se contrajo violentamente 26 por ciento en 2021 y 2022, según el Banco Mundial, que estima que “el crecimiento será cero durante los tres próximos años y la renta per cápita caerá ante la presión demográfica”.
La retórica estuvo claramente dirigida a una audiencia internacional, con llamamientos para que la diáspora afgana regrese y llamamientos para que Occidente se comprometa y coopere con el gobierno talibán.
El viceprimer ministro Maulvi Abdul Kabir declaró: “El Emirato Islámico ha eliminado las diferencias internas y ha ampliado el alcance de la unidad y la cooperación en el país. A nadie se le permitirá interferir en nuestros asuntos internos, y el suelo afgano no se utilizará contra ningún país”.
Los oradores no mencionaron las terribles condiciones cotidianas a las que se enfrentan los afganos. En medio de la crisis humanitaria, el país está lidiando con una grave escasez de alimentos, un alto desempleo y una inestabilidad económica generalizada.
Las agencias humanitarias advierten que estos problemas se ven exacerbados por los esfuerzos de ayuda insuficientemente financiados, el colapso económico y los desafíos inducidos por el clima, todos los cuales están ejerciendo una inmensa presión sobre la población afgana, especialmente sobre las mujeres y las niñas.
UNA GRAN EXHIBICIÓN DE LOS TALIBANES EN AFGANISTÁN
El desfile de Bagram fue la exhibición más grande y asertiva desde que los talibanes recuperaron el control en agosto de 2021, con una multitud de aproximadamente 10,000 hombres, incluidos altos funcionarios talibanes como el Ministro de Defensa en funciones, Mullah Yaqoob, y el Ministro del Interior en funciones, Sirajuddin Haqqani.
Notablemente ausente estaba el líder supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada. Se informó que hubo diplomáticos extranjeros que asistieron, aunque no se reveló su identidad. El desfile también mostró el equipo militar dejado por las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN, incluidos helicópteros, Humvees y tanques.
Las tropas marcharon con una variedad de armamento, y una unidad de motocicletas mostró la bandera de los talibanes. En Kabul, las camionetas llenas de hombres celebraron la toma de posesión, algunos posando con rifles, mientras que en la provincia de Helmand, los hombres llevaban botes amarillos para simbolizar los explosivos utilizados en conflictos pasados. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek
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