Los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza y nuevos cruces de disparos entre Israel y el movimiento proiraní Hezbolá, en la frontera con Líbano, avivaron este viernes 21 de junio los temores de una conflagración regional.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, afirmó que Líbano no debe convertirse en “otra Gaza” y denunció la “retórica belicista” de Israel y del movimiento islamista Hezbolá, que hace temer una catástrofe “inimaginable”.
El ejército israelí indicó que durante la noche interceptó un objeto aéreo “sospechoso” lanzado desde Líbano y los medios libaneses dieron parte de bombardeos israelíes en el sur del país.
La frontera entre los dos países registra duelos casi diarios de artillería desde el inicio el 7 de octubre de la guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás, en el poder en Gaza. Las fuerzas israelíes intensificaron el viernes sus bombardeos en el estrecho territorio palestino, de 2.4 millones de habitantes, señalaron testigos.
“Fue un día difícil y muy violento en Ciudad de Gaza. Hasta ahora, cerca de 30 mártires fueron trasladados al hospital Al Ahli”, declaró el médico Fadel Naim, director del establecimiento de esa localidad del norte de la Franja.
Testigos reportaron igualmente bombardeos en el centro del territorio y en Rafah, en el sur. Más de un millón de las 1.4 millones de personas que vivían en Rafah, en su gran mayoría desplazados de guerra, huyeron desde el 7 de mayo, cuando empezó la operación terrestre israelí en la ciudad, indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según la agencia sanitaria de la ONU, el 17 de mayo apenas quedaban 750 personas en el casco urbano de Rafah y entre 60,000 y 75,000 personas permanecían en la zona de Al Mawasi, a unos 10 kilómetros de esa ciudad fronteriza con Egipto.
“NINGÚN LUGAR DE ISRAEL ESTARÁ A SALVO SI EL GOBIERNO ABRE UN FRENTE EN LA FRONTERA NORTE”, JEFE DE HEZBOLÁ
El consejero israelí de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, y el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, se reunieron en Washington con el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
En ese encuentro, Blinken “reiteró el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la seguridad de Israel”, según su portavoz, Matthew Miller. Sin embargo, el secretario de Estado subrayó “la importancia de evitar una nueva escalada en Líbano” mediante una “solución diplomática que permita a las familias israelíes y libanesas” desplazadas regresar a sus hogares, añadió Miller.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró el jueves que Israel libra “una guerra por su existencia” y que su país necesitaba las armas de Estados Unidos, su aliado histórico.
“Ningún otro país hace más para ayudar a Israel a defenderse contra la amenaza de Hamás”, respondió el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
El jefe de Hezbolá, Hasan Nasrallah, advirtió el miércoles que “ningún lugar” de Israel estaría a salvo si el gobierno israelí abriese un frente en su frontera norte. El jefe del ejército israelí, el general Herzi Halevi, respondió que su país tiene “capacidades infinitamente superiores” a las de Hezbolá.
Tras más de ocho meses de guerra, la situación en Gaza es crítica y la población está al borde de la hambruna, alerta la ONU. La ayuda humanitaria llega con cuentagotas y la “pausa” diaria anunciada por el ejército israelí en las operaciones en el sur no tiene “ningún impacto” en el encaminamiento de víveres, aseguró el viernes el doctor Richard Peeperkorn, un responsable de la OMS para los territorios palestinos ocupados.
El ejército israelí estima que 116 personas permanecen secuestradas en Gaza, 41 de las cuales habrían muerto. Además, anunció el viernes la muerte en combate de dos soldados en el centro de Gaza, lo que lleva a más de 310 el número de militares fallecidos desde el inicio de la operación terrestre el 27 de octubre.
EL ARSENAL DE HEZBOLÁ EN LÍBANO
Desde la última guerra con Israel en 2006, Hezbolá ha desarrollado considerablemente sus capacidades militares.
“Hemos recibido nuevas armas, hemos desarrollado algunas de nuestras armas (…) y guardamos otras para los días venideros”, aseguró Nasrallah.
Para Dina Arakji, analista de la consultora Control Risks, “es probable que Hezbolá aún no haya utilizado sus armas más sofisticadas”. Según ella, el grupo disponía en 2006 de 15,000 cohetes, una cifra que se calcula “se ha multiplicado por diez”.
El analista militar Khalil Helou, general retirado, explica que el movimiento dispone también de misiles balísticos de precisión iraníes “Fateh-110”, con un alcance de 300 kilómetros, y de misiles “Zelzal-2”.
En las últimas semanas, Hezbolá ha utilizado de forma intensiva drones para atacar posiciones militares israelíes cerca de la frontera. Pero el 15 de mayo lanzó drones de ataque contra una base militar cerca de Tiberiades, una localidad israelí a 30 kilómetros de la frontera, y el martes anunció que había enviado un dron para filmar objetivos sobre Haifa, uno de los principales puertos de Israel.
El jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, advirtió que, en caso de guerra total, lo que le espera a Israel “también en el Mediterráneo es muy importante”. “Todas sus costas, todas sus orillas, todos sus puertos, todos sus barcos y buques” se verían afectados, advirtió.
HEZBOLÁ AFIRMA QUE HA DERRIBADO VARIOS AVIONES NO TRIPULADOS DE ISRAEL
Según Helou, Hezbolá dispone de misiles tierra-mar rusos Yakhont, con un alcance de 300 kilómetros, y de misiles Silkworm, de fabricación china, “muy precisos y extremadamente rápidos”. De igual manera, Hezbolá anunció por primera vez a principios de junio que utilizó misiles de defensa antiaérea contra aviones de combate israelíes.
“En las últimas semanas, los aviones israelíes han volado a baja altura para intentar detectar misiles antiaéreos”, afirmó Helou.
Pero, en su opinión, la supremacía aérea israelí no está en entredicho. Hezbolá afirma que en los últimos meses ha derribado varios aviones no tripulados israelíes Hermes 450 y 900. Según los expertos, el movimiento ha cavado túneles y trincheras en el sur de Líbano y en la frontera con Siria.
A tenor de Helou, Hezbolá “está listo para una guerra de desgaste, siguiendo el mismo modelo de Hamás, en la que los aviones israelíes no podrán alcanzar a sus dirigentes ya que estos estarán bajo tierra”.
RESOLUCIÓN DEL CONSEJO DE SEGURIDAD
Retomando las palabras del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, que “Líbano no se puede convertir en otra Gaza”; durante un encuentro con medios, destacó que un paso en falso podría desencadenas una catástrofe para toda la región.
“Seamos claros: los pueblos de la región y del mundo no pueden permitirse que el Líbano se convierta en otra Gaza”, comentó Guterres, y agregó que es hora de que las partes se comprometan “de forma práctica y pragmática por las vías diplomáticas y políticas de que disponen”. Asimismo, instó a ambas partes a volver a comprometerse urgentemente con la plena aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad y cesar las hostilidades.
En contexto, la resolución, adoptada en 2006, puso en marcha un alto el fuego entre Israel y Hezbolá, la retirada de las fuerzas israelíes del sur del Líbano y el establecimiento de una zona desmilitarizada.
EVACUACIONES MÉDICAS SUSPENDIDAS
Desde el 7 de octubre, unos 4,800 pacientes han sido evacuados de Gaza por necesidad médica, la mayoría a Egipto y otros lugares de la región. Sin embargo, desde el cierre del cruce de Rafah el pasado 7 de mayo, la OMS no ha podido llevar a cabo ninguna.
Pero “al menos otros 10,000 pacientes” necesitan ahora una evaluación médica fuera del enclave, dijo Rik Peeperkorn, de la OMS; la mitad de ellos relacionados con la guerra y “la otra mitad con lo que llamamos enfermedades crónicas: cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles, incluidos casos graves de salud mental”.
El funcionario de la OMS explicó que, antes de la guerra, solían producirse con regularidad entre 50 y 100 evacuaciones médicas desde Gaza a hospitales de Cisjordania. En cuanto a las enfermedades infecciosas, Peeperkorn señaló que la contaminación del agua, la descomposición de los alimentos y la deshidratación, junto con las pésimas condiciones del agua y el saneamiento, han provocado 25 veces más diarrea de lo normal, así como un elevado número de casos de hepatitis A. N
(Con información de AFP)