Un equipo de paleontólogos hizo un descubrimiento fósil “sorprendente” en Australia, el cual aporta nueva información sobre un ave prehistórica gigante y enigmática que tenía el aspecto de un ganso.
Según informan en un artículo publicado en línea el 3 de junio, en la revista Historical Biology, los científicos de la Universidad Flinders, en Adelaida, Australia Meridional, hallaron un cráneo fósil, casi completo, perteneciente a un “ganso gigante” identificado como Genyornis newtoni, un ave anseriforme no voladora que se extinguió hace alrededor de 45,000 años.
La primera descripción de la especie se hizo en 1896. Sin embargo, pese a que fue documentada hace más de un siglo, el único cráneo conocido hasta la investigación que aquí nos ocupa fue descubierto en 1913.
Por desgracia para los investigadores, el cráneo encontrado a inicios del siglo XX había sufrido graves daños, por lo que solo fue posible preservar algunos componentes óseos del espécimen original.
De hecho —según recita la descripción original de 1913—, la destrucción era tan extensa que los restos conservados no eran más que un “amasijo de fragmentos óseos… tan deformados por la presión lateral que cualquier intento de reconstrucción es prácticamente imposible”.
Por lo anterior, los paleontólogos no habían podido obtener mucha información sobre la forma y estructura del cráneo, situación que ha dificultado los esfuerzos para desentrañar el aspecto, el comportamiento y las relaciones evolutivas de la especie.
HABÍA IDEAS ERRÓNEAS SOBRE EL GANSO GIGANTE
Debido a los extensos daños que sufrió el cráneo de 1913, la descripción de 1896 ha sido el fundamento de todas las reconstrucciones de G. newtoni; lo que, a su vez, ha resultado en muchas ideas erróneas acerca del aspecto de la especie. Sobre todo, en lo referente a ciertas características, como la forma de la parte superior del pico (maxilar superior).
Pero ahora, al cabo de más de un siglo, los científicos al fin cuentan con varios fragmentos de cráneo de la especie, los cuales revelan su aspecto real y, al mismo tiempo, aportan datos muy importantes sobre G. newtoni.
Los nuevos restos fósiles fueron descubiertos a lo largo de varias expediciones que el Laboratorio de Paleontología de la Universidad de Flinders llevó a cabo en los lechos salinos del lago Callabonna, cuerpo de agua hoy desecado que yace en una apartada isla de Australia Meridional.
“Aunque había muy poca información sobre el cráneo de Genyornis newtoni, no podíamos ignorar el enorme potencial de entender mejor esta especie si encontrábamos un espécimen más completo”, dijo a Newsweek la Dra. Phoebe McInerney, investigadora de la Universidad Flinders y autora principal del estudio.
Según la información que proporcionaron los paleontólogos, su estudio se fundamentó en un cráneo “clave” casi completo, con todos los huesos pequeños “articulados”.
SU CRÁNEO TENÍA UNA ENORME CAVIDAD ENCEFÁLICA
“Era un espécimen asombroso. Pero debido a que seguía articulado, no fue posible visualizar todas las caras de cada hueso pequeño”, prosiguió la declaración de McInerney. “De modo que, para tener una visión más amplia de todos los aspectos del cráneo, trabajamos con algunos otros huesos ya separados, como un maxilar superior descubierto con anterioridad”.
El nuevo estudio reveló que el cráneo tenía una enorme cavidad encefálica, con grandes maxilares superior e inferior, y un escudo óseo triangular en la parte superior del pico (estructura denominada “casco”; presente también en algunas otras aves).
Un hallazgo de particular interés fue la peculiar forma del maxilar superior, la cual distingue a G. newtoni de incluso sus parientes más cercanos (que, por lo demás, son bastante similares).
“La articulación del maxilar superior de Genyornis newtoni era alta y móvil, como la de un loro, aunque con la forma de un pico de ganso. Es decir, tenía una gran apertura, mordida muy fuerte, y la capacidad para triturar plantas y frutos suaves contra el paladar”, detalla el boletín de prensa de McInerney.
Otros aspectos del cráneo eran similares a los de ciertas aves acuáticas; en específico, los anímidos sudamericanos y el ganso urraco australiano (Anseranas semipalmata), lo cual apunta a una relación evolutiva muy estrecha.
“Ha sido difícil desentrañar las posibles relaciones de G. newtoni con este grupo. Aun así, el nuevo fósil nos ha permitido empezar a integrar una imagen que —en pocas palabras— revela que se trataba de un ganso gigante”, precisó McInerney.
ERA UNA ESPECIE DE AVE ACUÁTICA
Las evidencias obtenidas apuntan a que Dromornithidae (familia de aves a la que pertenece G. newtoni) tendría que reclasificarse como una especie de ave acuática, orden que incluye a los patos, los gansos y los cisnes.
“Algo que no anticipábamos… era la presencia de características asociadas con la alimentación acuática, pues se creía que los dromornítidos eran aves que se habían adaptado a las regiones áridas. No obstante, lo que hemos descubierto ahora es que, muy probablemente, vivían en hábitats semiacuáticos”, añadió McInerney en su comentario para Newsweek.
“Es muy posible que los periodos de sequía y la desaparición de hábitats en el centro de Australia hayan contribuido a la extinción de estas aves en dicha región”, conjeturó la investigadora.
Como parte de su investigación, el equipo se ha basado en los restos fósiles y en comparaciones con las aves modernas para crear una reconstrucción científicamente exacta de G. newtoni.
“Nos entusiasmó muchísimo encontrar el primer fósil de maxilar superior de Genyornis. Por primera vez pudimos ver la cara de esta ave. Una cara muy diferente de todas las demás, aunque semejante a la de un ganso”, concluyó el comunicado de prensa del Dr. Trevor Worthy, profesor asociado de la Universidad Flinders y coautor de la nueva investigación. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)