Es posible que tu ropa interior favorita esté poniéndote en riesgo de sufrir infecciones vaginales graves. Si bien es indiscutible que la lencería de encaje es elegante y sensual, sus consecuencias para la región genital son muy poco seductores.
Tan es así que, desde de 2014, Rusia, Bielorrusia y Kazajstán han prohibido la venta e importación de ropa interior de encaje por razones de higiene. Pero, ¿cuán dañina es realmente esta clase de ropa?
Para averiguarlo, Newsweek entrevistó a la ginecóloga Melanie Bone. “El encaje y demás prendas íntimas sintéticas no transpirables atrapan el calor y la humedad en la vulva y la vagina”, explica Bone, directora médica de la compañía de salud ginecológica Daye para la región de Estados Unidos.
“Ese entorno cálido y húmedo propicia la sobrepoblación de bacterias y levaduras [hongos], lo que puede dar origen a diversas infecciones. Entre los problemas más comunes derivados de la lencería no transpirable se cuentan las infecciones por levaduras (como la vulvovaginitis candidiásica), diversas vaginosis y dermatitis por contacto”, prosigue la ginecóloga.
Hay individuos que son especialmente vulnerables a este tipo de enfermedades. “Los más susceptibles son las personas con piel sensible, las que padecen de infecciones frecuentes, diabetes o quienes están inmunocomprometidas”, agrega Bone.
En vista de lo anterior, ¿sería aconsejable proscribir la lencería de encaje? “Dudo mucho de que sea necesario, o siquiera factible, prohibir el uso de estas prendas, por lo que considero mucho más conveniente educar al público sobre la salud vaginal y la ropa interior respirable”, responde la médica especialista. “Muchas mujeres y personas asignadas como tales al nacer desconocen el nexo entre la ropa interior y las infecciones”.
¿QUÉ ROPA INTERIOR ES LA MÁS ADECUADA?
Bone añade: “Además del encaje y el poliéster, siempre prevengo a mis pacientes sobre la importancia de evitar la ropa íntima que contenga tintes fuertes y sustancias químicas como PFA [perfluoroalcoxi]. Los PFA se utilizan en ciertas prendas íntimas diseñadas para la menstruación. Se trata de ‘sustancias químicas permanentes’ que afectan el sistema endocrino y están asociadas con desequilibrios hormonales y cánceres”.
Es obvio que no toda la ropa interior de encaje ocasiona estos problemas. “En términos generales, cuanto más sintético y menos respirable sea el encaje, mayor será el riesgo de infecciones”, puntualiza Bone.
“Algunas prendas de encaje tienen un forro de algodón en la entrepierna, lo cual es mucho mejor que una confeccionada con encaje 100 por ciento sintético. No obstante, desde el punto de vista de la salud vaginal, siempre aconsejo a mis pacientes que reserven la lencería de encaje para ocasiones especiales”, añade la experta de la compañía de salud ginecológica Daye.
Entonces, ¿qué tipo de ropa interior es el más conveniente para prevenir infecciones? “En cuanto al uso cotidiano, lo ideal es un material orgánico como algodón, bambú o cáñamo”, propone la ginecóloga.
“Si una persona quiere sentirse sensual sin comprometer su salud, mi sugerencia es la lencería de seda o de bambú. Ambos son materiales respirables, pero también suaves y suntuosos”, concluye. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)