Un grupo de científicos trata de esclarecer cómo un fármaco de uso común, la aspirina, parece ayudar al cuerpo a combatir el cáncer. Y sus hallazgos revelan un mecanismo complementario que quizá sirva para prevenir el desarrollo y la evolución de varias formas de esta enfermedad. Todo, a un costo muy bajo y con un mínimo de efectos colaterales.
Mejor conocido como aspirina, el ácido acetilsalicílico es un analgésico por demás conocido que sirve para tratar varias formas de dolor, incluidas cefalea (dolor de cabeza), pulpitis (dolor dental) y dismenorrea (calambres menstruales).
Además de ser un antiinflamatorio utilizado muy a menudo en el tratamiento de resfriados o síntomas de influenza, el ácido acetilsalicílico también tiene un importante efecto antipirético (alivio de la fiebre).
Además de los malestares cotidianos más que conocidos, se ha demostrado que el ácido acetilsalicílico previene la formación de coágulos sanguíneos, por lo que suele recetarse a pacientes con un alto riesgo de enfermedad cardiaca y accidentes cerebrovasculares (advertencia: ya que esta sustancia “diluye” la sangre, puede ponernos en riesgo de sufrir otros problemas, de allí que sea indispensable que consultes con tu médico antes de utilizar microdosis de aspirina todos los días).
Sin embargo, hay indicios de que la aspirina tiene otra ventaja pues, aun cuando las investigaciones científicas existentes han insinuado un efecto protector anticanceroso, ahora parece que la aspirina brinda un mecanismo específico para prevenir el desarrollo y la evolución del cáncer colorrectal.
Según un nuevo estudio —publicado el 22 de abril en la revista CANCER—, un equipo de investigadores italianos de la Universidad de Padua afirma haber descubierto que el ácido acetilsalicílico ayuda al sistema inmunológico a detectar y combatir ese tipo de células cancerosas en particular, lo cual podría explicar las propiedades anticancerígenas descritas con anterioridad.
ENTONCES, ¿LA ASPIRINA PREVIENE EL CÁNCER?
“Nuestra investigación demuestra que, además de su conocida acción como inhibidor de la inflamación, la aspirina ofrece un mecanismo complementario para la prevención o el tratamiento del cáncer”, informó el comunicado del Dr. Marco Scarpa, investigador de la Universidad de Padua.
Para su estudio, los científicos obtuvieron muestras de tejido de 238 pacientes operados, entre 2015 y 2019, como tratamiento para el cáncer colorrectal; 12 por ciento de los cuales utilizaba ácido acetilsalicílico de manera habitual.
Comparados con las muestras de individuos que no utilizaban aspirina, los tejidos de los pacientes que sí usaban el fármaco revelaron una menor diseminación del cáncer hacia los ganglios linfáticos (las barreras del sistema inmunológicos que se encuentran distribuidas por todo el cuerpo), así como una mayor infiltración de células inmunitarias en los tumores, lo cual sugiere que el sistema inmunológico estaba combatiendo el cáncer con más eficacia.
A continuación, el equipo trabajó en el laboratorio para averiguar si la exposición al ácido acetilsalicílico afectaba tanto las células del cáncer colorrectal como las células inmunológicas asociadas.
Y lo que observó fue que las células inmunológicas expuestas a la aspirina manifestaban niveles de activación más elevados, así como una mayor capacidad para informar al resto del sistema sobre la presencia del tumor.
Aún no se ha esclarecido cuánta aspirina hace falta para lograr este efecto, por lo que son necesarias más investigaciones para determinar si dicha intervención tiene relevancia en el ámbito clínico.
Pese a ello, los resultados son de tremendo interés para los científicos que traten de elucidar el papel de la aspirina en la respuesta inmunológica contra el cáncer colorrectal en particular y, posiblemente, contra otras formas de cáncer. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)