En 2023, las mujeres y las niñas representaron 95 por ciento de los casos verificados de violencia sexual cometidos en las guerras, informó la ONU. Un 5 por ciento registrado de estos daños fueron contra hombres y niños. En 32 por ciento de estos casos, las víctimas eran niños, y la gran mayoría eran niñas (98 por ciento). Se encontró que veintiún casos se dirigían a personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer e intersexuales sobre la base de su orientación sexual real o percibida o su identidad de género.
En un informe presentado al Consejo de Seguridad, por la representante especial del secretario general para la violencia sexual en las guerras, Pramila Patten, mostró datos de Israel y Gaza, Sudán, Ucrania, Haití, Myanmar y la República Democrática del Congo; destacó que el delito es “crónicamente subnotificado e históricamente oculto”.
Las Naciones Unidas advierten de un “aumento dramático” de 50 por ciento de los casos de violencia sexual en guerras en 2023 con respecto al año anterior. Pramila Patten destacó que las armas siguen fluyendo a las manos de los autores de estos delitos y que la mayoría de las víctimas siguen sin acceso a medidas de reparación.
VIOLENCIA SEXUAL EN LAS GUERRAS ES UN DELITO “HISTÓRICAMENTE OCULTO”
Al presentar su informe anual, este 23 de abril, afirmó que “la tarea esencial y existencial a la que se enfrenta el mundo es silenciar las armas y amplificar las voces de las mujeres como un grupo crítico para la paz”. El informe cubre ocurrencias, patrones y tendencias en 21 zonas de guerra.
Pramila Patten dijo que el aumento de los casos registrados es especialmente alarmante en un contexto global en el que el acceso humanitario sigue siendo severamente restringido y limitado. Aunque el informe transmite la gravedad y la brutalidad de estos sucesos, subrayó que no refleja la escala global o la prevalencia de lo que es un delito “crónicamente subnotificado e históricamente oculto”.
La representante especial explicó que por cada sobreviviente que se presenta, “muchos otros son silenciados por las presiones sociales, el estigma, la inseguridad, la escasez de servicios y las perspectivas limitadas de justicia”.
Por primera vez, el informe contiene una sección dedicada a Israel y a los Territorios Palestinos Ocupados. Patten y su equipo confirmaron que hay razones para creer que la violencia sexual relacionada con el conflicto ocurrió en al menos tres lugares y se cometió contra individuos mantenidos como rehenes. La evaluación subrayó que los actos pueden seguir ocurriendo.
DAÑOS “RENTABLES” EN LA ECONOMÍA DE LA GUERRA
Pramila Patten también estuvo en la Cisjordania ocupada, para visitar las cárceles israelíes donde están mujeres y hombres palestinos. Según información verificada por la ONU, tras los ataques de octubre pasado hubo casos frecuentes de maltrato, incluidas formas de violencia sexual. Alegaciones similares surgieron en Gaza, agregó.
El informe documenta cómo la violencia sexual ha restringido el acceso de las mujeres a los medios de subsistencia y el acceso de las niñas a la educación en un contexto global de niveles récord de desplazamiento
La representante especial citó el este de la República Democrática del Congo, donde el clima de inseguridad física y alimentaria interconectada llevó a muchas mujeres y niñas desplazadas a la prostitución “por pura desesperación económica”.
Sin embargo, afirmó que “la violencia sexual perpetrada con impunidad sigue siendo rentable en la economía política de la guerra”. Por ejemplo, los grupos armados en Haití continúan generando ingresos y utilizando la amenaza de violencia sexual para extorsionar rescates aún más altos. N