Los microplásticos están en todas partes: en nuestros alimentos, en nuestra agua e incluso en el aire. Por ello, científicos e ingenieros de todo el mundo procuran desarrollar todo tipo de estrategias creativas para intentar filtrar estas pequeñas partículas de plástico. Y lo más reciente es que una nueva investigación revela una solución simple, pero efectiva, para limpiar el agua potable de tu cocina.
Los microplásticos se refieren a cualquier plástico de menos de cinco milímetros de largo. Se pueden encontrar en residuos industriales y productos de belleza, pero también pueden formarse durante la degradación de trozos más grandes de residuos plásticos.
Muchas de estas piezas de plástico terminan en nuestros océanos, los cuales se estima que contienen entre 50 y 75 billones de piezas de microplásticos y más grandes, según el Portal de Alfabetización Oceánica de la Unesco.
Estas partículas de plástico contienen sustancias químicas que pueden interrumpir la liberación natural de hormonas de nuestro cuerpo, lo que potencialmente aumenta nuestro riesgo de sufrir trastornos reproductivos y ciertos cánceres. También pueden transportar toxinas, como metales pesados, en su superficie.
¿CÓMO LLEGAN LOS MICROPLÁSTICOS AL AGUA?
Con el tiempo, estos microplásticos pueden descomponerse aún más y convertirse en los llamados nanoplásticos. Son tan pequeños que pueden pasar a través de nuestros intestinos y pulmones directamente al torrente sanguíneo, y viajar a través de nuestro cuerpo hasta nuestros órganos vitales como el corazón y el cerebro.
Con tantas de estas pequeñas partículas en el océano, quizá no sea sorprendente que también hayan terminado en nuestra agua potable. Pero gracias a una nueva investigación de la Universidad Médica de Guangzhou y la Universidad de Jinan en China, quizá sea posible eliminar más del 80 por ciento de estos microplásticos con la ayuda de un sencillo aparato de cocina: una tetera y un simple filtro de agua.
En su estudio, publicado en la revista especializada Environmental Science and Technology Letters, el equipo, dirigido por Zhanjun Li y Eddy Zeng, recolectó muestras de agua dura del grifo de Guangzhou, China, y les añadió diferentes cantidades de nano y microplásticos.
Posteriormente, las muestras se hirvieron durante cinco minutos y se dejaron enfriar antes de que el equipo midiera la cantidad de plástico flotante presente en cada muestra.
¿CÓMO LIMPIAR EL AGUA QUE BEBEMOS?
El agua dura es rica en minerales y produce pequeñas cantidades de una sustancia calcárea llamada cal, también conocida como carbonato de calcio, cuando se hierve.
Si vives en una zona con agua dura, la reconocerás como la espuma blanca que flota en la superficie del té y el café. De hecho, cuando el agua hierve, esta espuma blanca encapsula las partículas de plástico, separándolas del resto del líquido.
Si luego se vierte este líquido a través de un filtro simple, como un filtro de café, la cal flotante, junto con los plásticos encapsulados, se pueden separar del resto del líquido. De hecho, en el estudio el uso de este método eliminó hasta el 90 por ciento de los micro y nanoplásticos flotantes presentes en el agua.
Aunque estos efectos fueron más pronunciados en agua dura, el método eliminó alrededor del 25 por ciento de los nanoplásticos y microplásticos presentes en muestras de agua suave.
“Esta sencilla estrategia de hervir agua puede ‘descontaminar’ los nano y microplásticos del agua de la llave doméstica. Y tiene el potencial de aminorar la ingesta humana de nano y microplásticos a través del consumo de agua de forma inofensiva”, escribieron los autores. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)