El ministro israelí de Defensa reconoció este jueves 14 de diciembre que la guerra de Israel contra Hamás en Gaza durará “más que varios meses”, a pesar de las inquietudes expresadas por un enviado de Estados Unidos sobre el elevado número de civiles palestinos muertos.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que el ejército israelí debe encontrar la manera de reducir la intensidad de sus bombardeos.
Hizo estas declaraciones antes de reunirse en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu; también está previsto pronto un desplazamiento al Estado hebreo del secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin.
Pese a los indicios de impaciencia de Estados Unidos, su principal aliado, Israel ha intensificado sus bombardeos. La guerra de Gaza, desencadenada por los ataques el 7 de octubre del movimiento islamista palestino Hamás contra Israel, ha dejado más de 20,000 muertos, según los datos de las respectivas autoridades.
MÁS DE 18,000 MUERTOS EN GAZA
La ofensiva de Hamás dejó cerca de 1,200 muertos, en su mayoría civiles, según las autoridades israelíes. La respuesta de Israel ha provocado 18,787 muertos en Gaza, en su mayoría mujeres y menores de edad, según el Ministerio de Salud de este territorio palestino gobernado por Hamás.
El jueves, el ministerio indicó que los bombardeos israelíes nocturnos mataron al menos 67 personas en la Franja de Gaza. A pesar del elevado balance de civiles muertos, las autoridades israelíes quieren continuar con su respuesta militar.
“Hamás es una organización terrorista que se constituyó durante una década para combatir a Israel y que construyó infraestructuras subterráneas y aéreas que no resultan fáciles de destruir. Hará falta tiempo para ello, más que algunos meses. Pero venceremos y destruiremos a la organización palestina”, aseguró el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, quien se reunió con Sullivan.
DESACUERDOS CON EUA SOBRE CÓMO SERÁ ADMINISTRADA GAZA TRAS CONFLICTO ISRAEL CONTRA HAMÁS
Sullivan declaró en un evento del diario Wall Street Journal, antes del viaje, que discutiría un calendario para terminar la guerra e instaría a las autoridades israelíes a “avanzar hacia una fase diferente de las operaciones de alta intensidad que vemos hoy día”.
Netanyahu admitió que hay “desacuerdos” con Estados Unidos sobre cómo será administrada Gaza después del conflicto. El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, declaró el miércoles que “cualquier discusión sobre Gaza o la causa palestina sin la presencia de Hamás o las facciones de resistencia será un engaño”.
Un sondeo, publicado el miércoles por el Centro Palestino de Investigación de Encuestas y Políticas, indicó que Haniyeh cuenta con el apoyo del 78 por ciento de los habitantes de los territorios palestinos, frente al 58 por ciento que tenía antes de la guerra.
Además de la presión estadounidense, la Asamblea General de la ONU votó abrumadoramente esta semana a favor de un llamado no vinculante a un alto el fuego, pero Estados Unidos se pronunció en contra de la mayoría. Este jueves, en la ciudad de Jan Yunis, el humo surgía de entre los escombros, que la gente se afanaba en apartar con palas y sus propias manos.
“Unas cuatro personas siguen bajo los escombros, después de que un avión golpease el edificio, sin previo aviso”, afirmó Hassan Bayyout, de 70 años.
SE AGOTAN LOS SUMINISTROS DE ALIMENTOS, AGUA Y MEDICINAS: CAOS POR ISRAEL Y HAMÁS
En Cisjordania, que también sufre un repunte en la violencia desde el 7 de octubre, la Autoridad Palestina informó que “un joven” murió en un ataque israelí contra la ciudad de Yenín.
El jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, indicó el miércoles que los gazatíes “enfrentan el capítulo más oscuro de su historia”.
La ONU calcula que 1.9 millones de personas, de los 2.4 millones de habitantes de Gaza, han sido desplazadas y viven en carpas y que se están agotando los suministros de alimentos, agua potable, medicinas y combustible.
El organismo del ministerio de Defensa israelí encargado de asuntos civiles palestinos, COGAT, afirmó que el ejército “está permitiendo pausas tácticas con fines humanitarios”. Una tuvo lugar durante cuatro horas en un barrio de la ciudad de Rafah, transformada en un gran campo de desplazados, para permitir a los civiles reponer suministros, indicó.
PREOCUPA LA PROPAGACIÓN DE ENFERMEDADES
La ONU ha advertido de la propagación de enfermedades y el sistema hospitalario de Gaza está en ruinas. Las autoridades de Hamás afirman que se quedaron sin vacunas para los niños, advirtiendo que las consecuencias son “catastróficas”.
El martes, Hamás afirmó que las fuerzas israelíes “asaltaron el hospital Kamal Adwan” en la ciudad de Gaza. El jueves, el ejército dijo que “más de 70 terroristas salieron del hospital armas en mano” e indicó que sus tropas mataron varios milicianos durante los combates en la zona. Israel suele acusar al grupo islamista de usar túneles bajo hospitales, escuelas y mezquitas, con fines militares. Hamás rechaza estas acusaciones.
El ejército israelí dice haber perdido 116 soldados desde el comienzo de su ofensiva, y se enfrenta a una creciente presión por liberar a los rehenes capturados por el movimiento islamista. Después de que decenas fuesen liberados durante una tregua, las autoridades israelíes afirman que 118 de los 240 rehenes siguen vivos en Gaza.
ISRAEL VS. HAMÁS: EL DINERO DEJÓ DE TENER VALOR PARA LOS PALESTINOS
Muchos palestinos vivían en la pobreza antes de que estallara la guerra en la Franja de Gaza. Pero ahora, en este territorio bajo asedio donde no hay nada para comprar, los habitantes más prósperos descubrieron que en este conflicto el dinero dejó de tener valor.
Mohamed al Mahdun, 36 años, fue obligado a huir al sur por los bombardeos y por el inicio de la ofensiva terrestre israelí. Ahora busca un apartamento en Rafah, en el extremo sur de la franja de Gaza, en la frontera con Egipto.
Al Mahdun tiene que alojar a dos niños y a 11 miembros de su familia extendida y estaba dispuesto a pagar 1,000 dólares mensuales, una pequeña fortuna para los habitantes de Gaza. Pero, no hay nada para alquilar.
“No buscamos nada extraordinario”, contó con decepción y precisó, aunque tiene un presupuesto considerable, eso no le ayuda para nada.
Él y su familia huyeron de la Ciudad de Gaza después de que su casa fuera impactada por un bombardeo israelí. Como no tenían combustible, tuvieron que abandonar su vehículo y huyeron sin nada.
Ante la llegada del frío, Al Mahdun logró conseguir prendas para invierno, pero tuvo que pagar tres veces el precio normal. “Llegamos aquí tras un sufrido y humillante viaje indescriptible que será imposible de olvidar. Todo el dinero del mundo no puede compensar lo que vivimos”, afirmó.
“Me siento impotente cuando mi hijo me pide algo. Pide chocolate o chips y pagaría una fortuna para darle gusto. Solo que no hay nada”, añadió.
“TODOS DORMIMOS EN EL AUTO”
Decenas de miles de habitantes de Gaza huyeron hacia el sur, en auto, en camiones, en destartaladas carretas de caballos e incluso a pie. Y llegaron a Rafah, que ahora está convertido en un vasto campamento de carpas y albergues improvisados.
Según la Oficina Coordinación para Asuntos Humanitarios (OCHA), los habitantes de Gaza viven en “condiciones catastróficas”. Hay que esperar horas en los centros de distribución de ayuda para acceder a las escasas reservas de agua, comida o medicamentos.
Ahora con la miseria, las lluvias y las inundaciones aumentan las enfermedades. Y en este contexto, tener dinero no sirve para nada. Abu Jaled, 47 años, vive con su madre, su esposa y sus niños en un jeep último modelo.
“Dormimos en el auto. Lo estacionamos al lado del hospital para que sea más fácil ir al baño. Vivíamos en una casa con piscina y ahora estamos en la calle”, afirmó.
ES POSIBLE CRUZAR LA FRONTERA CON SOBORNOS
Samar Mohamed, una maestra de 38 años, se refugió en la casa de un amigo en Rafah con su marido y sus hijos, después de huir de su apartamento de 200 metros en la Ciudad de Gaza.
“Mi auto está parado, estacionado en la carretera desde hace más de un mes por falta de combustible”, se lamentó. “Tenemos dinero gracias a dios, pero no hay nada en el mercado”.
Su marido trata por todos los medios de sacar a su familia de Gaza, pero Egipto bloquea el paso, pues teme que haya una ola de refugiados que después no sean autorizados a regresar nunca.
La familia escuchó que es posible cruzar la frontera utilizando sobornos. “Estamos dispuestos a pagar, pero no hemos encontrado a nadie en quien confiar”, afirmó la mujer.
Ahora muchas familias acomodadas viven en carpas. “El dinero se ha vuelto un pedazo de papel sin valor. Inclusive si uno tiene un millón de séqueles, no puede proteger la familia”, señaló Samar Mohamed.
“Los ricos y los pobres viven juntos en carpas, comen y beben lo mismo, y nadie tiene garantizada la seguridad”, concluyó. N
(Con información de AFP)