Querámoslo o no, a poco más de 66 años de su muerte, Diego Rivera (1886-1957) sigue dando de qué hablar. Hoy en día, seguramente estaría a la cabeza en Instagram y todos esperaríamos su siguiente tweet, nos volvería locos con sus tik toks y se las arreglaría para ser trending topic: su imagen, vida amorosa, postura política, filias y fobias sin duda estarían en las noticias. El creador que siempre se las arregló para romper con las convenciones y la sacralización de lo clásico, actualmente sigue compitiendo con los artistas vivos y no pierde su lugar.
Rivera viajó a San Francisco en junio de 1940 –diez años después de su primera visita– para participar en la Exposición Internacional Golden Gate, en Treasure Island, invitado para ejecutar una obra monumental. Más de medio siglo después, la noticia es que un equipo internacional de expertos llevaba años planificando otro movimiento: la presentación del mural que preparó para esa exposición para exhibirla en el Museo de Arte Moderno de San Francisco, donde se expone en préstamo hasta este 2023 y puede visitarse de manera gratuita.
Luego de un arduo trabajo interdisciplinario de cuatro años, el inmenso mural Unidad Panamericana –última obra que realizó en Estados Unidos y la de mayor dimensión concebida en esta aérea del país– fue originalmente montado en el vestíbulo de un teatro del City College de San Francisco, para ser extraído y trasladado al Museo de Arte Moderno.
Integrado por diez paneles de cemento con estructuras de acero, el monumental fresco pesa 30 toneladas, mide 22.5 metros de ancho por 6.7 metros y su costo se calcula en 50 millones de dólares. Otro hecho peculiar es que lo trabajó en un hangar de aviones, sentado en un andamio frente a una audiencia en vivo para ser completado con el apoyo de artistas y asistentes locales.
Con escenas de la región de Bay Area como telón de fondo, el mural celebra el espíritu creativo a través de retratos de artistas, artesanos, arquitectos e inventores que utilizan el arte y la tecnología como herramientas para dar forma a la sociedad. El artista se autorretrata tres veces, y a poco tiempo del estallido de la Segunda Guerra Mundial, las figuras satirizadas de los fascistas Adolf Hitler y Benito Mussolini aparecen en sendas caricaturas que los ridiculizan, lo cual fue visto con gran aceptación.
El tema que el artista seleccionó describe con detalles coloridos un pasado, presente y futuro común, anhelado ideal de un continente unido por la creatividad que, según su creencia, se podía compartir en toda América del Norte. Se trataba de un llamado a la solidaridad cultural y el intercambio durante una época de conflicto global, situación que asombrosamente sigue siendo de actualidad. Pan American Unity, o El matrimonio entre la expresión artística del norte y del sur en este continente, es el título completo de la obra que comúnmente se conoce como Unidad Panamericana. N