Los conflictos armados y la inseguridad siguen siendo los principales motores del hambre y la hambruna. Cada uno de los siete países en los que durante 2022 la población padeció situaciones de carencia grave de alimentos también se vieron afectados por conflictos armados o niveles extremos de violencia.
La información fue proporcionada este jueves 3 de agosto en el Consejo de Seguridad por la coordinadora de la ONU para la Prevención y la Respuesta al Hambre, Reena Ghelani.
En una sesión del órgano de seguridad que debatió la estrecha relación entre la inseguridad alimentaria mundial y los conflictos, Ghelani recordó que cinco de los siete países –Afganistán, Haití, Somalia, Sudán del Sur y Yemen– figuran regularmente en la orden del día del Consejo.
CONFLICTOS ARMADOS DEJAN VULNERABILIDAD Y HAMBRE
“Los conflictos armados destruyen los sistemas alimentarios, destrozan los medios de subsistencia y expulsan a la gente de sus hogares. Ello deja a muchas personas en situación de extrema vulnerabilidad y hambrientas. A veces estos efectos son consecuencia de la guerra, pero con demasiada frecuencia se infligen de forma deliberada e ilegal, y el hambre se utiliza como táctica de guerra”, destacó.
El número de personas que el año pasado sufrió inseguridad alimentaria aguda alcanzó los 250 millones, la cifra más alta registrada en los últimos años. La experta añadió que las situaciones de hambre provocadas por los conflictos se ven agravada por una mezcla tóxica de cambio climático y crisis económicas.
“Cada vez más, el cambio climático se está convirtiendo en un factor que multiplica las amenazas. A medida que la presión sobre el agua y otros recursos naturales aumenta la competencia y los desplazamientos, se extienden los conflictos y el hambre”, alertó.
LOS 10 PAÍSES MÁS EXPUESTOS AL HAMBRE
De los diez países más expuestos a riesgos climáticos, siete están afectados por conflictos, seis cuentan con una misión de mantenimiento de la paz o una misión política especial de la ONU y cuatro tienen a más de un millón de personas a un paso de la hambruna.
Entre las soluciones conjuntas al problema de la hambruna, la coordinadora de la ONU destacó la necesidad de redoblar los esfuerzos para prevenir, reducir y poner fin a los conflictos en todas sus formas. “Es preciso renovar el compromiso en favor de la paz a través de un sistema multilateral revitalizado en el que los gobiernos, las Naciones Unidas y las organizaciones regionales trabajen codo a codo”, apuntó.
Ghelani identificó cinco aspectos fundamentales para reducir el sufrimiento de las personas y prevenir la hambruna: garantizar que las partes en conflicto respeten el derecho internacional humanitario, aprovechar mejor los mecanismos de alerta temprana existentes, colocar a las mujeres y las niñas en el eje de los empeños. Así como proveer una financiación humanitaria adecuada. N