Rusia ha intensificado los ataques aéreos contra Ucrania en las últimas semanas. Y muchos de esos ataques involucran lo que en el mundo bélico se conoce como bombas deslizantes.
El mes pasado, Yuriy Ignat, portavoz del Comando de la Fuerza Aérea de las Fuerzas Armadas de Ucrania, informó que los invasores rusos volaron diez aviones Su-35 sobre la región ucraniana de Shumy, donde soltaron 11 bombas deslizantes. El periódico Kyiv Independent describió dicho ataque como “devastador”, en tanto que Ignat calificó el uso de estas armas como “una amenaza extremadamente grande”.
En fecha más reciente, en un incidente que ocupó los titulares internacionales, un avión ruso soltó accidentalmente una de esas bombas deslizantes en la ciudad rusa de Belgorod, y dañó numerosos edificios y lesionando a, por lo menos, tres ocupantes. El gobernador de la región administrativa reveló que la explosión había dejado un cráter “enorme” en el centro de la ciudad.
El Moscow Times —periódico semanal en lengua inglesa, dirigido a expatriados rusos, turistas y ciudadanos angloparlantes— publicó un reportaje en el que detalló que el arma lanzada sobre Belgorod fue una bomba deslizante.
El rotativo añadió que ese tipo de explosivos se ha convertido “en un arma cada vez más común en el arsenal ruso” y agregó que, en opinión de algunos observadores, esos dispositivos tienen “la capacidad de cambiar el curso de los acontecimientos en el campo de batalla”.
TIENEN ALAS Y SISTEMAS DE NAVEGACIÓN
En pocas palabras, las bombas deslizantes son explosivos estándar, pero modificados con alas y sistemas de navegación que les permiten seguir una trayectoria directa hacia el objetivo. Algunas reciben esas adiciones desde su construcción inicial, pero muchas otras son modificadas después de la producción.
Los complementos “deslizantes” permiten que las bombas “se desplacen a mayor distancia”, volviéndolas mucho más precisas que las bombas no dirigidas o ‘tontas’”, aseguró el Moscow Times.
En ese sentido, el medio noticioso publicó también una entrevista con el analista militar ucraniano Alexander Kovalenko, quien afirmó que las bombas deslizantes son una “amenaza grave” debido, en parte, a que los bombarderos pueden soltarlas sin ponerse al alcance de las defensas antiaéreas de Ucrania.
“Las Fuerzas Armadas de Rusia pueden usarlas sin entrar en el área que cubren de nuestros sistemas de defensa aérea, lo que permite [a los invasores] atacar tanto las posiciones de nuestras Fuerzas Armadas en el frente como las ciudades [aledañas]”, explicó Kovalenko en su declaración al Moscow Times.
Por su parte, Newsweek contactó con los ministerios de Relaciones Exteriores de Rusia y Ucrania para solicitar comentarios, pero al momento de publicar esta nota no obtuvo respuesta.
Diversas fuentes señalan que una ventaja importante de las bombas deslizantes es que su producción es mucho más barata que la de los misiles, proyectiles más avanzados que —según algunos informes— empiezan a escasear en el arsenal ruso.
BOMBAS DESLIZANTES, ARMAS DE CIENCIA FICCIÓN
En un comentario para Newsweek, Guy McCardle, editor operativo del sitio de noticias SOFREP (siglas de Special Operations Forces Report, organización estadounidense integrada por veteranos de guerra), puntualiza: “Las bombas deslizantes son, digamos, armas de ciencia ficción muy ingeniosas. Debido a que los rusos no han podido lograr la superioridad aérea en Ucrania, se han visto obligados a buscar la manera de hacer que sus bombas alcancen los objetivos”.
Y añade al respecto: “En resumidas cuentas, las municiones deslizantes permiten que los rusos lancen un montón de explosivos de corto alcance sin necesidad de invertir grandes capitales, pero causando enormes daños físicos y psicológicos al enemigo”.
Cabe señalar que, aun cuando Ignat calcula que las unidades aéreas de Vladimir Putin lanzan unas 20 bombas deslizantes cada día, los rusos no son los únicos que utilizan esas armas.
Estados Unidos ha proporcionado varios juegos de equipos JDAM (siglas de Joint Direct Attack Munitions), los cuales Ucrania utiliza de manera limitada. Adaptados con GPS, esos dispositivos se instalan en bombas convencionales para transformarlas en bombas guiadas, también conocidas como “bombas inteligentes”.
El martes 25 de abril, Ucrania usó bombas equipadas con JDAM para atacar posiciones rusas en Bajmut. Compartido en línea, el video del ataque revela que los proyectiles destruyeron un edificio de varios pisos que, casi de inmediato, quedó envuelto en una nube de humo. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).