En Turquía, la organización internacional Media Luna Roja recibió críticas por parte de la prensa tras haber vendido, en lugar de haber donado, tiendas de campaña a supervivientes del terremoto del 6 de febrero pasado.
La organización humanitaria vendió 2,050 tiendas de campaña a la oenegé Ahbap para que las distribuyera a los supervivientes del devastador sismo, según el diario Cumhuriyet, que reveló este escándalo. Media Luna Roja ganó gracias a esta transacción 46 millones de libras turcas (2.4 millones de dólares), según publicó el medio este lunes 27 de febrero.
PRESIDENTE DE MEDIA LUNA ROJA DEFIENDE LA ACCIÓN
Las tiendas fueron repartidas en las regiones del sudeste de Turquía devastadas por el terremoto, que provocó más de 44,000 muertos en ese país. El presidente de Media Luna Roja, Kerem Kinik, confirmó en Twitter que Kizilay Cadir, una filial de esta organización encargada de la fabricación de tiendas, había vendido a Ahbap las tiendas por el “precio de fabricación”.
“La cooperación de Media Luna Roja con Ahbap resulta moral, razonable y ética”, defendió. Pese a estas explicaciones, las revelaciones por parte de la prensa generaron una oleada de críticas contra la organización humanitaria.
“UN ESCÁNDALO”
“La mayor organización caritativa en Turquía, Media Luna Roja vendió tiendas de campaña en lugar de distribuirlas de manera gratuita a aquellos que las necesitaban y lo hizo en un momento en que la gente las suplicaba tres días después del sismo. Es un escándalo”, aseguró el periodista de Cumhuriyet, Murat Agirel, que reveló estos hechos.
El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, concluyó este sábado una visita a la región turca de Hatay, en el sur del país, donde observó de primera mano de la devastación causada por el seísmo que sacudió el país el pasado 6 de febrero.
Con unos 18 millones de damnificados en el sur de Turquía y el noroeste de Siria, se han perdido decenas de miles de vidas y millones de personas han perdido sus hogares, sus medios de subsistencia y sus bienes.
“Solo hay una forma de describir lo que he visto hoy: apocalíptico. Barrios enteros arrasados, casas destruidas, escuelas y comercios cerrados, vidas destrozadas. La magnitud de la devastación es realmente incomprensible”, afirmó Beasley.
“Aunque el mundo se ha movilizado rápidamente en apoyo de la población, el impacto de este terremoto se dejará sentir durante meses y años”, señaló Beasley, que también visitó el campamento de Boynuyoğun para reunirse con familias desplazadas cuyas casas quedaron reducidas a escombros. N
(Con información de AFP)