La megacárcel de El Salvador, considerada “la más grande de América”, se caracteriza por un elevado nivel de seguridad y promete un severo trato para 40,000 pandilleros detenidos durante el periodo de la “guerra” que les declaró el presidente Nayib Bukele.
La prisión fue construida en un valle rural a una corta distancia del volcán Chichontepec, en Tecoluca, unos 74 kilómetros al sureste de San Salvador. El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), se destaca por rigurosos controles de ingreso.
62,975 PANDILLEROS IRÁN A LA MEGACÁRCEL DE EL SALVADOR
La construcción recluirá a 62,975 pandilleros detenidos bajo un régimen de excepción que fue decretado por el Congreso a petición de Bukele. La orden fue una respuesta a la escalada de violencia que cobró la vida de 87 personas entre el 25 y 27 de marzo pasado.
Con el fin de construir la cárcel el Estado compró 166 hectáreas, 23 de las cuales fueron utilizadas para construir ocho pabellones que se encuentran dentro de un perímetro rodeado por un muro de concreto de 11 metros de altura y 2,1 kilómetros, protegido por alambradas electrificadas.
Para ingresar, tanto reclusos como personal de seguridad y administrativo, tienen que llegar a zonas de registro antes de pasar por tres fortificados portones controlados por guardias de seguridad.
LO QUE INCLUYE LA MEGACÁRCEL
Cada reo que llegue, además de pasar por un escáner corporal deberá registrarse en un área de ingreso donde le tomarán fotografías. Hasta el momento las autoridades no han informado cuando comenzará el traslado de pandilleros a la megacárcel.
La prisión cuenta con dos pozos, también se instaló una planta de abastecimiento de 600 metros cúbicos de agua, cuatro cisternas, y construyeron ocho subestaciones de energía eléctrica.
Con el fin de garantizar el fluido eléctrico, el penal dispone además de plantas de emergencia a base de combustible. También se construyó una planta de aguas residuales.
CONSTRUCCIÓN EN TIEMPO RÉCORD
Frente a los pabellones de celdas, figura un cuarto de control para operar los sistemas de agua y electricidad para que los internos no tengan capacidad de “manipular” ambos servicios, explicó un funcionario del CECOT, quien prefirió mantenerse en el anonimato.
Los pabellones tienen un techo curvo que garantiza la ventilación natural para los presos. En la cárcel, que fue construida en un tiempo récord de siete meses, trabajaron 3,000 personas y fue supervisada por una empresa mexicana.
Cada pabellón posee un área de construcción de 6,000 metros cuadrados, y en cada una de sus 32 celdas provistas de barrotes de acero, se alojarán “más de cien” pandilleros, explicaron las autoridades.
PANDILLAS MS-13 Y BARRIO 18
Los reclusos disponen en cada celda, de unos 100 metros cuadrados, dos piletas con agua corriente para el aseo personal, y dos inodoros. Cada celda también dispone de camarotes de lámina de hierro sin colchón para que duerman 80 personas.
Además, en cada pabellón existen las “celdas de castigo” oscuras y sin ventanas que serán utilizadas con los pandilleros de mala conducta.
En esta nueva cárcel, estarán alojados los miembros de las pandillas MS-13 y Barrio 18, nacidas en calles de la ciudad estadounidense de Los Ángeles a principios de la década de 1980.
Las principales actividades de estos grupos consisten en extorsiones a particulares y comercios, el sicariato y la venta de drogas. N