Diez personas fueron asesinadas durante el inicio del Año del Conejo en la localidad de Monterey Park, en California, Estados Unidos. La noche del sábado 21 de enero, un hombre cometió una masacre al abrir un tiroteo en una discoteca de ese suburbio asiático de Los Ángeles, habitualmente apacible.
Un sospechoso de origen asiático entró en la discoteca y abrió fuego, dejando 10 muertos, entre ellos cinco hombres y cinco mujeres. La masacre dejó también 10 personas heridas, algunas graves, informaron las autoridades de la localidad.
La masacre es la más mortífera en Estados Unidos desde la matanza de Uvalde, cuando murieron 19 niños y dos profesoras en una escuela de Texas, en mayo de 2022.
A una decena de kilómetros del centro de Los Angeles, Monterey Park se considera la “Nueva Chinatown” de la megalópolis californiana. En medio de las calles cerradas, los habitantes siguen sin entender cómo pudo suceder la masacre en una localidad apacible. En los teléfonos circulan fotografías de cadáveres en el piso de una sala alumbrada por luces multicolores.
EL SOSPECHOSO DE LA MASACRE MURIÓ
En un principio, muchos creyeron que se trataba de un crimen racista. Pero el origen asiático del sospechoso, revelado en la mañana por la policía, sembró dudas y alimenta las especulaciones de las personas.
“El problema es que tenemos muchas armas de fuego en este país”, suspira el presidente de la Cámara de Comercio china de Los Angeles, quien asegura conocer al dueño del salón de baile. “Es tan fácil tomar una arma y cometer un acto estúpido”.
Robert Luna, sheriff del condado de Los Ángeles, indicó que se rastreó una camioneta que tenía aviso de búsqueda y que cuando los agentes se acercaron, escucharon un disparo dentro del vehículo.
“El sospechoso sufrió una herida de bala autoinfligida y fue declarado muerto en la escena”, detalló. Fue identificado por la policía como Huu Can Tran, de 72 años.
“Puedo confirmar que no hay sospechosos pendientes”, agregó Luna, quien dijo que aún se desconoce el motivo del ataque, que también dejó 10 heridos, algunos de gravedad.
“La investigación aún está en curso. Los detectives de homicidios trabajan día y noche para recopilar información adicional y determinar el motivo detrás de este incidente extremadamente trágico”, señaló.
UN JOVEN DESARMÓ AL SOSPECHOSO
Imágenes aéreas mostraron a la furgoneta acorralada por vehículos blindados, mientras que una gran cantidad de patrullas se encontraban cerca, dentro de un amplio cordón policial. Fotografías tomadas por la AFP en la escena muestran el cuerpo sin vida de un hombre en el asiento del conductor.
Horas antes, un hombre, identificado por el diario The New York Times como Brandon Tsay, de 26 años, estaba en el establecimiento de Lai Lai Ballroom & Studio en Alhambra el sábado por la noche observando a los bailarines cuando levantó la vista y vio al sospechoso apuntándole con un arma.
“Mi corazón se hundió, sabía que iba a morir”, declaró al periódico. “Ese momento fue instintivo. Algo ocurrió allí. No sé qué me pasó”, acotó. Según relató, se abalanzó sobre el hombre y agarró el cañón del arma, comenzando una pelea por su vida.
BANDERAS A MEDIA ASTA
Tsay, cuyos abuelos fundaron el salón de baile donde estaba, no sabía que el sospechoso, identificado por la policía como Huu Can Tran, habría matado a 10 personas y herido a otras 10 minutos antes en otra sala similar en las cercanías de Monterey Park.
Tsay y su familia dijeron que las imágenes de seguridad los mostraban a ambos luchando durante unos 90 segundos antes de que le quitara el arma al sospechoso. Inmediatamente le apuntó y gritó: “Vete, lárgate de aquí”, señaló. Así, el sospechoso se dio a la fuga.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó que las banderas en los edificios públicos de todo el país ondeen a media asta hasta el 26 de enero “una señal de respeto por las víctimas” del tiroteo, señaló un comunicado de la Casa Blanca. N
(Con información de AFP)