DE POLÍTICA Y ALGO MÁS
Me tomaré la libertad de recomendar Un extraño enemigo (disponible Amazon Prime), una serie a la que podríamos denominar como el House of Cards mexicano. Esta serie de televisión, que dirige magistralmente Gabriel Ripstein y que produce Televisa, en un principio podría alejar al espectador más crítico por las reservas a la televisora.
Sin embargo, precisamente este elemento termina por darle mayor relevancia gracias al contenido de esta y al conocimiento profundo (posiblemente de primera mano) de los hechos y personajes que nos presentan.
Debería ser obligada para todos los mexicanos, en especial para los jóvenes estudiantes: sin dar spoilers, la serie hace un crudo recorrido sociopolítico desde los tiempos de Díaz Ordaz, pasando por Luis Echeverría hasta López Portillo, a través del personaje de “Fernando Barrientos”, a todas luces refiriéndose al célebre Fernando Gutiérrez Barrios. Este hombre nos cuenta cómo es el tejido interno del Poder Ejecutivo en tiempos de sucesión presidencial, y cómo en la lucha y ambición desmedida por el poder el fin justifica los medios.
UN EXTRAÑO ENEMIGO MUY CONOCIDO
La serie nos muestra una etapa de la historia de México que asusta por lo vigente y actual que parecen los conflictos que se nos presentan, como lo son los movimientos sociales, estudiantiles, las marchas, la forma en que estas son infiltradas por grupos de choque para desprestigiar o manipular su mensaje, el fuego amigo entre políticos que ambicionan posicionarse como los favoritos del presidente todopoderoso para sucederlo en la silla del águila, el dominio hegemónico del partido en el poder, el espionaje político, la justicia selectiva, el papel del Ejército cada vez más politizado, el narcotráfico inmiscuido, los vecinos del norte metidos en la política nacional a través de sus agencias de inteligencia, entre muchos otros.
El tema de la sucesión presidencial, que hoy en día se ha adelantado en sus tiempos y en la que se vive una lucha interna encarnizada entre las llamadas “corcholatas” tanto favoritas como no tan favoritos, hacen recordar esos tiempos donde, ante una oposición política desdibujada en el ámbito nacional, pareciera que la verdadera lucha para llegar a la silla del águila es conseguir la venia del presidente para sucederlo. Y es ahí, en esa trinchera, donde se da la batalla: en el fuego amigo y en las traiciones íntimas.
APRENDER DEL PASADO
Si un mensaje nos da la historia es que, en política, los días tienen 24 horas y cada minuto cuenta. Y los candidatos, en apariencia favoritos del presidente, suelen no llegar a vestir la banda presidencial, quizá por la sobreexposición que estos tienen al ser blanco de ataque por todos los frentes. O quizá por perversidad y estrategia en el manejo que le da el propio presidente a elegir a su sucesor.
Por los extraños enemigos que cada vez se van desenmascarando con más soltura ante la inminente transición, hasta las sucesiones presidenciales que resultan cada vez más familiares por la lucha intempestiva por el poder que cada sexenio se presenta, ya sea dentro del mismo partido o contra la llamada oposición, la serie es un perfecto reflejo de los tiempos que vivimos y de los tiempos que vendrán. Por eso es importante conocer el pasado: para tratar de no repetirlo (porque el que avisa no traiciona) o, en el peor de los casos, para saber por dónde se vienen las cosas. N
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Carlos Jiménez Rodríguez, liberal, librepensador, licenciado en cine y televisión, maestro en administración pública, columnista, se ha desempeñado como servidor público en la Ciudad de México y como asesor legislativo en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.