Irán anunció este martes 22 de noviembre que comenzó a producir uranio enriquecido al 60 por ciento en una planta en Fordo, que reabrió en 2019 cuando Teherán comenzó a desligarse del acuerdo internacional con las grandes potencias sobre su programa nuclear.
Este nivel de 60 por ciento está muy por encima del límite de 3.67 por ciento fijado por el acuerdo de 2015 con el fin de evitar que Irán produzca un arma atómica. La fabricación de una bomba nuclear requiere un nivel de enriquecimiento de uranio del 90 por ciento.
Según ese acuerdo, Irán también aceptó congelar las actividades de enriquecimiento en la planta de Fordo, que está unos 180 kilómetros al sur de Teherán. Y fue construida bajo tierra para protegerla de cualquier bombardeo o ataques con misiles de un país enemigo.
“La producción de uranio enriquecido al 60 por ciento comenzó en Fordo el lunes”, anunció el martes el director de la Organización Iraní de Energía Atómica, Mohammad Eslami, citado por la agencia de prensa ISNA.
“Nosotros advertimos que las presiones políticas no cambiaban nada”, agregó el funcionario.
Irán siempre ha negado que sus actividades nucleares tengan como objetivo desarrollar una bomba e insiste que su programa tiene fines civiles. En el acuerdo internacional, Irán se comprometió a restringir sus actividades y a cambio las grandes potencias relajaron las sanciones impuestas a Teherán por su programa nuclear.
Pero el pacto se tambalea desde 2018, año en que Estados Unidos —gobernado entonces por Donald Trump— se retiró unilateralmente y restableció las sanciones contra Irán.
LAS CAPACIDADES NUCLEARES DE IRÁN
Al año siguiente, Teherán comenzó a desligarse progresivamente de sus obligaciones. En enero de 2021, Irán dijo estar trabajando para enriquecer uranio al 20 por ciento. Varios meses después, otra instalación iraní alcanzó la cota de 60 por ciento.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, expresó el martes la “profunda preocupación” del gobierno estadounidense por el “progreso del programa nuclear de Irán” y por “la mejora constante de sus capacidades de misiles balísticos”.
Estados Unidos desea participar en la reactivación del acuerdo internacional y hay conversaciones en marcha desde abril del año pasado.
Pero el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo el mes pasado que ve pocas oportunidades de restablecer el pacto, en un momento en el que Irán enfrenta una ola de manifestaciones iniciada en septiembre por la muerte en detención de la joven Mahsa Amini, arrestada por la policía de la moral.
El enemigo de Irán en la región, Israel, nunca ha descartado tomar acciones si lo considera necesario para impedir que Irán desarrolle capacidades nucleares. El acuerdo internacional entre las grandes potencias e Irán fue supervisado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), pero las relaciones entre Teherán y esta agencia de la ONU se han deteriorado en las últimas semanas.
El jueves, la junta de gobernadores del OIEA aprobó una resolución criticando la falta de cooperación de Irán, el segundo pronunciamiento en este sentido desde junio.
Teherán anunció que tomaría medidas de represalia para responder a la resolución del OIEA. La agencia oficial ISNA afirmó que el aumento de la capacidad de la planta de Fordo forma parte de la respuesta iraní.
Las negociaciones para reactivar el acuerdo internacional de 2015 están en punto muerto y Teherán reclama un cierre de una investigación del OIEA. N
(Con información de AFP)