DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS
Tres noticias cimbraron la escena mexicana. Por un lado, Carlos Loret de Mola informó en Latinus que un grupo internacional de hackers, autodenominado Guacamaya, penetró los servidores de la Sedena, extrajo más de 6 terabytes de información, y liberó esta información en las redes (el byte es la unidad informática; un terabyte equivale a un billón de bytes). Por otro lado, está la publicación del libro de Elena Chávez, El rey del cash, que ha sacudido las conciencias tanto de los seguidores como de los detractores de AMLO, pues es un testimonio que desnuda desde adentro la profunda corrupción de López Obrador y su grupo.
La tercera nota la da el general secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, quien desdeña el llamado que le hace la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados para que informe sobre la intrusión de un grupo enemigo en la seguridad cibernética de la dependencia a su cargo y le dice a los diputados: ustedes no son nadie para convocarme a ningún lado. Si quieren hablar conmigo, los espero en mi oficina el 18 de octubre a las 10:30 horas. Así hablaremos en mis terrenos y bajo mis condiciones.
Vale la pena ocuparnos de estos episodios de la gran comedia nacional, pues la gravedad de los hechos lo amerita.
EL HACKEO DE GUACAMAYA
Comencemos por el hackeo de Guacamaya. De entre la información que se ha publicado, surge que la verdad histórica por la que se encarceló al político hidalguense Jesús Murillo Karam con respecto al caso de Ayotzinapa no era verdad ni histórica. De acuerdo con los correos dados a conocer, una vez que se creó un conflicto mayúsculo, a quienes se les ordenó entrar al quite fue a los soldados. Los soldados hicieron lo que saben hacer y, terminada la matanza, ya no hubo remedio.
El general secretario de inmediato protestó porque bien a bien ellos de una forma o de otra siguieron órdenes, y el gobierno comenzó a buscar cómo salir del embrollo. No lo lograron, pero fue intrascendente porque se instaló un escándalo mayor a la luz de dichos correos: resulta qué hay evidencia en los correos de la Sedena de que en 2019 un grupo militar vendió a células del crimen armas de alto poder sustraídas del Campo Militar N° 1 por los mismos soldados.
De acuerdo con lo divulgado, este mismo grupo les vendía a las células criminales información sobre los desplazamientos y operativos de los activos del ejército mexicano. Nuestros soldados se han enterado, gracias a Guacamaya, de que duermen con el enemigo y que así, penetrados por el enemigo, el riesgo de perder la vida en los operativos se multiplica. Pero lo peor del caso es que el Ejército supo de la penetración y las transacciones; y por varias razones, entre las cuales la corrupción puede estar presente, no se hace nada.
POLICÍAS Y DELINCUENTES
Guacamaya también le ventiló al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, que entregó la policía a elementos vinculados con el crimen organizado. Tres de los elementos de seguridad asignados por don Adán a sus puestos cuando era gobernador de Tabasco son el secretario de Seguridad, Hernán Hernández Requena; el comisionado de Policía Estatal, José del Carmen Castillo, y el director de Policía Estatal, Leobardo Arturo Leyva Ávalos. Todos ellos tienen expedientes que los involucran con el CJNG.
El escándalo de Guacamaya no llega solo. Casi al mismo tiempo, el 9 de octubre, la editorial Grijalbo sacó a la venta el libro de Elena Chávez, El rey del cash, en el cual se desnuda la estructura criminal de AMLO para allegarse de fondos tanto para su vida personal como para el financiamiento de sus necesidades políticas.
La suma de ambos documentos desnuda la perversidad de un sistema político en donde el único fin es el dinero. Una de las grandes dudas alrededor de AMLO es de qué ha vivido todo este tiempo, y el libro El rey del cash contiene la respuesta: Octavio Romero fue el creador del esquema de financiamiento.
Este consiste en quitarle a los empleados de confianza un porcentaje de su sueldo. La entrega debe ser personal y en efectivo. Una vez entregado el sobre, el aportador es palomeado en una lista. Quien se niega al moche se queda fuera de la lista y de la nómina. El dinero va a parar a las arcas de López Obrador y se destina desde a la compra de tenis a Jesús Ernesto, el hijo menor, hasta al pago de los vuelos privados de su nuera.
ABUSO DE AUTORIDAD
Y si usted quiere pruebas de este abuso de autoridad a los trabajadores solo tiene que buscar el juicio que se le siguió a Delfina Gómez y Morena. Ellos fueron juzgados, y sentenciados en enero de 2022, a pagar una multa de 4.5 millones de pesos. La singularidad del caso es que en lugar de recibir el castigo que marca la ley, a doña Delfina la premiaron con una secretaría de Estado.
La trama se desenvuelve fuera de las rutas del derecho en un sistema en el que el presidente protesta airadamente cuando debe apegarse a la ley.
El rey del cash salió a la venta no obstante las presiones que surgieron de la Presidencia de la República para retirar la publicación. Se calcularon muchos escenarios: desde comprar la edición completa a la editorial, hasta adquirir los ejemplares yendo de librería en librería. Por supuesto, las amenazas fueron el primer recurso. Sin embargo, la editorial Grijalbo resistió la presión en función de que detrás de ella el accionista mayoritario es la casa Random House Mondadori y Random es una de las editoriales más grandes del mundo.
POSICIONES PELIGROSAS
Random calculó que las amenazas del afilado y voraz operador de Bucareli, de cristalizarse, solo subirían el tiraje del libro, y si le compraban todo el tiraje, Grijalbo estaba listo para surtirlo y hacer una reimpresión. De modo que, “haiga sido como haiga sido”, el libro salió al mercado y reveló de primera mano que la asociación conocida como Honestidad Valiente es un lavadero de dinero similar a los que usan los cárteles del narcotráfico y que de honesta o valiente no tiene nada, pues quitarle a un empleado de gobierno un porcentaje del sueldo se tipifica como abuso de autoridad. Y aportar ese dinero ilícito a un fin político cae en el caso de fraude electoral.
Quizá por todo esto, cuando al general secretario lo conminaron a presentarse, pudo pensar: ¿por qué, habiendo tanto mugrero en casa, voy a ser yo el que dé la cara? O quizá llegó a la conclusión de que, si controla trenes, aviones, aduanas, armas de fuego y narcotráfico, todos los recursos que esto genera, tanto en la superficie como por debajo de ella, son de su potestad. Ya es hora de poner a los poderes de la unión bajo el control militar. Este enfoque en un momento en el que las potencias mundiales recorren la cuerda floja de un conflicto bélico mundial con la incongruencia que pueden disparar estas tensiones, nos lleva a una posición muy peligrosa.
VAGÓN DE CABÚS
Hay momentos en que los amigos brindan fortaleza y apoyo. Por eso se dice que los amigos son la familia que elegimos. A todos quienes han iluminado el momento de oscuridad con la luz de su afecto, ¡gracias! N
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor.