Hay muy pocas dinastías auténticamente estadounidenses. Las más conocidas son los Rockefeller, los Mellon, los Astor y los DuPont. Sin embargo, los Getty también forman parte de ese grupo selecto.
Fundada por el barón petrolero Jean Paul Getty —quien pasó inadvertido hasta 1957, año en que la revista Fortune lo “sacó del clóset” como el hombre más rico de Estados Unidos—, el patriarca tuvo cinco esposas con las cuales procreó cuatro varones. Estos, al alcanzar la adultez, ramificaron el árbol genealógico con 19 nietos, 40 bisnietos y 15 tataranietos: cuatro generaciones que han acaparado la atención pública debido a su impresionante desenvoltura en círculos que abarcan desde el ambientalismo hasta la moda, los negocios, la música, los archivos digitales, las artes, los derechos LGBTQ+ y la política.
Hace décadas que los tabloides siguen de cerca sus escándalos y disputas familiares; casi todos tan sonados que incluso se habla de “la maldición Getty”.
Entre dichos conflictos tenemos una demanda judicial (fallida) iniciada en 1960, pleito que duró siete años y en el cual Gordon —uno de los hijos— impugnó el fideicomiso familiar. Para 1973, la familia tuvo que hacer frente al secuestro del nieto mayor, y a las posteriores secuelas de drogadicción y depresión. Y, por supuesto, también hay que tomar en cuenta los adulterios.
Sin embargo, de especial nota fue la guerra familiar de 1985, consecuencia de la venta de Getty Oil a Texaco, compañía que pagó 10,100 millones de dólares en una transacción que, en aquellos días, fue considerada la mayor adquisición corporativa en la historia de Estados Unidos.
LOS GETTY VALEN 20,000 MDD
De dicho total, el patriarca decidió reservar 3,000 millones de dólares para crear otros cuatro fideicomisos. Y así, a la fecha, el valor neto de los Getty ronda los 20,000 millones de dólares, cantidad que habrá de repartirse entre todos los herederos una vez que muera Gordon, el último hijo que sobrevive a Jean Paul Getty y quien ya cuenta con 88 años.
En el discurrir de sus éxitos y fracasos, tanto personales como profesionales, los Getty terminaron entreverados en la trama de la política californiana, forjando estrechas amistades personales y familiares con el actual gobernador, Gavin Newsom; la vicepresidenta Kamala Harris; y Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Todo empezó con el abuelo del gobernador, William A. Newsom II, quien hizo las veces de padre sustituto para John Paul Jr. y Gordon Getty. Años después, el padre de Gavin, William “Bill” Newsom III, se ofreció como representante de los Getty para pagar el rescate del nieto secuestrado, John Paul III.
Mas la historia compartida no termina allí. Tanto los Newsom como Harris, los Pelosi y los Getty han apadrinado a los descendientes de las familias amigas, y siempre se hacen presentes en los eventos familiares importantes. Este extracto, adaptado de Growing Up Getty, del autor James Reginato (Gallery Books), nos deja entrever cómo empezó todo.
LOS DOS ÚNICOS HERMANOS CARNALES
Durante su infancia, en las décadas de 1930 y 1940, John Paul Jr. y Gordon disfrutaron del compañerismo que les confería ser los dos únicos hermanos carnales nacidos de Jean Paul Getty, el estadounidense más acaudalado de su tiempo.
Es verdad que el magnate petrolero tenía otros tres hijos varones, pero todos fueron procreados con distintas mujeres (el patriarca tuvo cinco esposas), de manera que los medio hermanos se veían en muy contadas ocasiones.
En 1936, tras divorciarse del multimillonario, la madre de John Paul Jr. y Gordon, Ann Rork Light, emigró a San Francisco y se instaló con sus hijos en una inmensa casa de Clay Street. Sin embargo, dada su naturaleza gregaria y sus inclinaciones artísticas, Ann se ausentaba muy a menudo, en tanto que Jean Paul —adicto al trabajo y prácticamente radicado en Europa— rara vez hacía acto de presencia.
EL EFECTO WILLIAM “BILL” NEWSOM III
Dejados a su suerte, John Paul Jr. y Gordon pasaban mucho tiempo en casa de su vecino, William “Bill” Newsom III, con quien también asistían a clases en la escuela preparatoria de St. Ignatius. El chico Newsom tenía cinco hermanos, y la cabeza de aquel alegre hogar católico irlandés era William A. Newsom II, promotor inmobiliario y director de las campañas de Edmund G. Brown, quien fuera gobernador de California entre 1959 y 1967 (para 1974, su hijo Gerald “Jerry” Brown volvería a ocupar el despacho del gobernador durante cuatro mandatos).
Los jóvenes Getty hallaron un padre sustituto en el afable Newsom père, y ese afecto nunca se extinguió. De hecho, cuando John Paul Jr. murió en su mansión inglesa, en 2003, hallaron junto a su lecho un retrato enmarcado de Newsom II. Hoy día, la íntima relación familiar entre los Getty y los Newsom abarca muchas generaciones, incluidas la de los cuatro hijos de Gordon (Peter, Andrew, John y Billy) y la del hijo de Bill: Gavin, el cuadragésimo gobernador de California.
UNIDOS POR LOS HUESOS
Hacia 1970, Gordon y su flamante esposa, Ann Gilbert, asistieron a una reunión en San Francisco en la que el célebre paleontólogo Louis Seymour Bazett (L. S. B.) Leakey, compartiría sus experiencias de trabajo en Kenia y daría a conocer sus adelantos en la búsqueda de los orígenes de la humanidad.
Gracias a los artículos periodísticos, Gordon se mantenía al tanto de las investigaciones del Dr. Leakey, por lo que estaba ansioso de asistir a la conferencia. Ese mismo entusiasmo inflamaba a Ron Pelosi y a su mujer, Barbara (Newsom, por su apellido de soltera; una de las hermanas de Bill), así como a Ron Pelosi (hermano de Paul) y su esposa, Nancy.
En 1969, cuando se estableció en el hogar de los Pelosi en San Francisco, Nancy —nacida en Baltimore, Maryland— estaba dedicada en cuerpo y alma a la crianza de sus cuatro hijos (el quinto nació en 1970). Y pese a que fue educada en una familia política, la idea de postularse para un cargo público no habría de cruzarle por la cabeza sino hasta dos décadas más tarde.
De tal suerte, los únicos “políticos” de aquel grupo eran Ron y Barbara, ya que él servía en la Junta de Supervisores de San Francisco, mientras que ella pasó su infancia inmersa en el ámbito de la política demócrata irlandesa de la ciudad.
Las tres parejas se convirtieron en fervientes partidarios de la nueva Fundación L. S. B. Leakey, donde tuvieron oportunidad de perfeccionar sus destrezas organizando grandes simposios públicos, revisando solicitudes para las becas de investigación que otorgaba la organización, y desempeñando muchas otras funciones.
UN TRIUNFO ANTROPOLÓGICO
Su primer evento importante (un simposio de dos días, celebrado en el Palacio de Bellas Artes de San Francisco, en 1973) fue todo un triunfo: el antropólogo australiano Raymond Dart detalló su trascendental hallazgo del Australopithecus africanus en una cueva en Taung, Sudáfrica; Mary Leakey compartió las últimas noticias sobre sus excavaciones en la garganta de Olduvai, Tanzania; Diane Fossey habló acerca de su estudio de los gorilas de montaña de Ruanda; y Jane Goodall describió su labor con los chimpancés salvajes del Centro de Investigación de Gombe Stream, Tanzania.
A lo largo de las siguientes décadas, Gordon fungió como presidente de la junta directiva y contribuyó de manera importante a las finanzas de la Fundación Leakey. Y en 2013, la organización celebró los 40 años de servicio de Gordon con un evento de cuatro días en el que los asistentes brindaron por él, incluidos la fideicomisaria vitalicia Nancy Pelosi y su marido, Paul.
Según una declaración de Donald E. Dana, presidente del comité de finanzas de la fundación: “Nadie ha contribuido más a la ciencia del origen de la humanidad que Gordon Getty”.
En los años posteriores a su encuentro, y mientras escalaban hacia la cima de la riqueza y el poder, la estrecha relación de las tres familias dio pie a numerosas acusaciones de amiguismo.
Sin embargo, tal vez debido a su fascinación con la ciencia, todos habían aprendido la lección de la supervivencia del más apto. Y eso, indudablemente, les resultó de gran utilidad para enfrentar a los modernos cazadores-recolectores de Pacific Heights, el Capitolio y otros escenarios (Barbara y Ron se divorciaron en 1977 y ella retomó el apellido Newsom. Poco después, sirvió como representante de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, y siempre fue una firme defensora de su exconcuñada y su sobrino, Gavin).
AFINIDAD POR EL VINO
Cuando eran jóvenes, Billy Getty y Gavin Newsom aprendieron a apreciar el buen vino. La razón es que, además de mejores amigos, sus padres eran enófilos apasionados (Gordon Getty llegaría a convertirse en un respetado compositor de música clásica, mientras que Bill Newsom fue juez de la corte de apelaciones de California).
En 1992, los muchachos abrieron el establecimiento PlumpJack Wine & Spirits. Con elementos de diseño caprichosos y un tanto pueriles, pero con precios muy accesibles, PlumpJack fue un éxito inmediato que causó revuelo en el conservador mundo del vino.
“Es divertido ver que el espíritu emprendedor vuelve a burbujear en el clan Getty”, comentó Gordon.
Y por mera casualidad, el espíritu político también comenzó a burbujear en ese mismo establecimiento. Para ser precisos, en el lavadero de trapeadores. Mientras los jóvenes socios tramitaban los permisos para su negocio, los inspectores de la ciudad detuvieron las diligencias porque el local carecía de las instalaciones de plomería requeridas.
“¿Para qué diablos necesitamos un lavadero de trapeadores?”, estalló Gavin. “El lugar está completamente alfombrado”. Esa disputa con la ciudad resultó en el primer cargo público del joven Newsom: la Comisión de Tráfico y Estacionamientos.
MÁS QUE AMIGOS, FAMILIA
En 1999, en una ceremonia que ofició el juez Kevin Newsom, y en la que Gavin fue padrino del novio, Billy Getty contrajo matrimonio con Vanessa Jarman en un rancho de Napa Valley. Entre los 165 invitados se contaba una amiga de la novia: una mujer de 34 años llamada Kamala Harris quien, por entonces, era la flamante asistente del fiscal de distrito de la ciudad de San Francisco.
Dos años más tarde, Harris ofreció una fiesta para celebrar la inminente llegada del primer hijo de sus amigos. Y en 2005, cuando nació la hija de la pareja, los Getty pidieron a Kamala que fuera la madrina.
Correligionarios políticos, Gavin Newsom y Kamala Harris irrumpieron en escena al mismo tiempo. Pero el ascenso de Gavin fue meteórico (ganó la alcaldía de San Francisco en 2004).
En 2001, cuando Newsom casó con Kimberly Guilfoyle (por entonces, integrante de la fiscalía del distrito de San Francisco), Ann Getty, esposa de Gordon, prestó a la novia su tiara de diamantes trembleuse (trémulos) de principios de siglo XX. Y ofreció un suntuoso banquete para los 500 invitados a la recepción celebrada en la mansión Getty de Pacific Heights.
Con el paso de los años, los enemigos políticos de Newsom han tratado de utilizar en su contra la relación personal con los Getty, tildándolo de niño privilegiado. Sin embargo, si bien es cierto que los Getty hicieron generosas contribuciones a su campaña, otras familias de San Francisco aportaron cantidades semejantes e incluso más cuantiosas.
TRAGEDIAS Y ESCÁNDALOS
A través de las tragedias y los escándalos que han asolado a los Getty (incluida la muerte de Andrew, hijo de Gordon y Ann; y la sensacionalista noticia de 1999, en cuanto a que Gordon tenía una segunda familia en Los Ángeles: una amante con tres hijas), William Newsom II nunca dejó de proporcionar consejo y apoyo emocional a los miembros de la acaudalada dinastía.
Tan querido era que, horas después de su muerte —acaecida en 2018, a la edad de 84 años—, la desconsolada Kendalle Getty, una de las hijas de Gordon, patentizó su profunda tristeza en Instagram: “Mi padre… perdió hoy a su mejor amigo en todo el mundo… Amé y aún amo a Bill. Hoy me embarga un dolor muy profundo”.
Durante el ciclo electoral de 2020, algunos medios noticiosos reservaron tiempo aire para describir el camino que Kimberly Guilfoyle siguió desde su matrimonio con Gavin hasta su compromiso con Donald Trump Jr. No obstante, cuando BuzzFeedtocó el asunto con el gobernador, Newsom, haciendo gala de diplomacia, respondió: “La vida es muy interesante”.
En la Convención Nacional Demócrata, cuando Harris aceptó su histórica nominación a la vicepresidencia, la hoy exsenadora hizo un reconocimiento a las personas que consideraba parte de su familia, incluida su ahijada.
La pandemia doblegó a los Getty con dos tragedias consecutivas. El 14 de septiembre de 2020, Ann, la matriarca, falleció a resultas de un infarto cardiaco a los 78 años de edad. Y el 20 de noviembre de ese mismo año, su hijo John Gilbert fue hallado muerto a los 52 años en la habitación de un hotel de San Antonio.
LO MÁS VIEJO DE LO VIEJO
A decir del informe médico forense, el heredero falleció a consecuencia de “miocardiopatía y enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC], agravada por intoxicación con fentanilo”.
En septiembre de 2021, al cumplirse el primer aniversario de la muerte de Ann, lo más granado de San Francisco (al menos, lo que aún quedaba de la alta sociedad de antaño) abandonó el aislamiento por covid-19 y se dio cita en un evento conmemorativo celebrado en el Conservatorio de Música de la ciudad. “Lo más viejo de lo viejo”, comentó un observador, acerca de los asistentes.
Aun así, un rostro logró iluminar la triste conmemoración. Justo el día en que muchos presagiaban su funeral político —la elección extraordinaria para destituirlo del cargo de gobernador de California—, Gavin Newsom apareció radiante ante la concurrencia.
A las 11 de la mañana, cuando dio inicio el servicio religioso, el amigo de los Getty parecía muy seguro de la avasalladora victoria que tendría esa noche, producto de una votación que habría de reactivar las habladurías sobre su candidatura presidencial… así como una añeja rivalidad (según un titular de Los Angeles Times: “¿Es posible que Newsom y Harris estén en ruta de colisión?”).
¿E IVY GETTY?
Dos meses más tarde, pese a que seguía guardando luto por la pérdida de su padre y su amada abuela —quien prácticamente la crio—, Ivy Getty (hoy de 27 años y única hija de John Gilbert) contrajo matrimonio. Una de las amigas más queridas de Ann presidiría el enlace.
Llegadas las 6 de la tarde del 6 de noviembre de 2021, la oficiante, Nancy Pelosi, tomó la palabra bajo el domo del Ayuntamiento de San Francisco. Sucede que la noche anterior, justo antes de la medianoche, cuando la Cámara de Representantes se encontraba reunida a cobijo de la rotonda del Capitolio, la lideresa de mayoría suscribió el acuerdo bipartidista de infraestructura por una suma de 1.8 billones de dólares. “Salí corriendo de allí para reunirme con Ivy, a quien conozco desde que era una bebé”, informó Pelosi a los asistentes. N
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Extracto de Growing Up Getty, por James Reginato. Una publicación de Gallery Books. Derechos de autor © 2022. Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek.