Por Alba Castillo Baylin VP, Stakeholder y Community Management Coca-Cola. Como inmigrante latina que se ha beneficiado enormemente de su país adoptivo, hay muchas cosas que me hacen sentir orgullosa de ser estadounidense. Una de ellas es la oportunidad de avanzar en una carrera linda con varias etapas, y en una empresa con un compromiso firme hacia la comunidad.
Como inmigrante latina que se ha beneficiado enormemente de su país adoptivo, hay muchas cosas que me hacen sentir orgullosa de ser estadounidense. Una de ellas es la oportunidad de avanzar en una carrera linda con varias etapas, y en una empresa con un compromiso firme hacia la comunidad.
He pasado muchos años como ejecutiva en The Coca-Cola Company, en donde uno de nuestros objetivos principales siempre ha sido hacer labor social y mantener un enfoque en la diversidad. Como otras empresas que comparten nuestra visión, estamos orgullosos de nuestra larga historia de compromiso, y el mejoramiento de las comunidades hispanas a través de una variedad de esfuerzos caritativos.
Ya que los hispanos comprenden casi 20 por ciento de la población de los Estados Unidos, las corporaciones de todo el país han comenzado a centrar su atención en este segmento. Sin embargo, para Coca-Cola esta es una historia que se ha estado gestando desde hace muchas décadas.
En The Coca-Cola Company aspiramos a crear un mejor futuro para las personas de todo el mundo, potenciando el acceso a la igualdad de oportunidades y construyendo la inclusión y la pertenencia, tanto en nuestros lugares de trabajo como en la sociedad. Un ejemplo dentro de nuestra Unidad Operativa de Norteamérica es la iniciativa Consejos de Responsabilidad de la Equidad, diseñada para mejorar la calidad de vida en comunidades con escasos recursos, a través de la estabilidad financiera y el bienestar de los individuos en sus hogares.
Hemos establecido alianzas con infinidad de organizaciones enfocadas en la comunidad hispana de los Estados Unidos, y creemos firmemente que estos esfuerzos han marcado un impacto positivo. Por ejemplo, desde 1981 hemos apoyado con su educación, a través del Hispanic Scholarship Fund (HSF), a generaciones de estudiantes latinos en el camino hacia el éxito profesional. Apoyar el avance educativo de la juventud es vital, por lo que estamos orgullosos de propulsar a la próxima generación de líderes.
Mientras crecía en Colombia, mi familia definía de qué se trataba la vida, y la educación era primordial para nosotros. Crecí en un hogar de tres generaciones con recursos modestos y valores sólidos. Los adultos en mi vida enfatizaron un tema común para mí y mis hermanos: la educación es la clave para un futuro satisfactorio.
Si puedes verlo, puedes serlo
Mi madre solía decirnos que en los Estados Unidos una persona podía alcanzar los estratos más altos, desde cualquier nivel. Y el ejemplo que utilizó fue Roberto Goizueta, un refugiado que había huido de su patria durante la revolución cubana y quien se convirtió en el Director General de The Coca-Cola Company, desde 1981 hasta 1997. Durante su mandato, Coca-Cola se convirtió en la marca comercial más conocida del mundo.
Yo tenía mi propia historia como inmigrante, no muy diferente a la del Sr. Goizueta, ya que mi madre hizo arreglos para que yo viviera con parientes en Miami después de graduarme del bachillerato. Fue en los Estados Unidos que recibí mi educación superior y conseguí mi primer empleo como mesera en una cadena nacional de restaurantes. Pero tenía metas más grandes en mente y fue la educación y la oportunidad que recibí en los Estados Unidos lo que me ayudó a alcanzarlas.
Comencé mi carrera en Coca-Cola en gestión de proyectos, y más tarde trabajé en varias divisiones de nuestra organización. Uno de mis puntos destacados fue, sin duda, la participación en eventos mundiales como la Copa Mundial de la FIFA y los Juegos Olímpicos.
Después de ocupar varios puestos y desempeñar diversos papeles, mi cargo actual como vicepresidenta de gestión de grupos de interés y comunidad para Coca-Cola Norteamérica es un reto que marca un punto importante en mi trayectoria. Estoy en la primera línea de la estrategia filantrópica y de participación de la comunidad, el voluntariado de los empleados y la ayuda en casos de catástrofe. Desde mis humildes raíces en Bucaramanga, Colombia, ha sido increíblemente gratificante servir como conducto para generar tanto impacto positivo.
Mi viaje de inmigrante comenzó como una chica de 18 años, con una mochila llena de sueños, 500 dólares y sin poder hablar el idioma. A través del apoyo de la comunidad pude obtener ayuda financiera, aprender inglés y ser guiada por personas e historias como la del Sr. Goizueta, que me mostraron que sí se podía lograr el éxito. Se parecían a mí y yo a ellos. Creyeron en mí y me siento honrada de poder ser recíproca.
Nuestro propósito en Coca-Cola es marcar una diferencia. Invitamos a otras empresas a para impulsarlas en este propósito y a priorizar estos esfuerzos. Como alguien que se ha beneficiado personalmente de las compañías que han invertido en la comunidad hispana de los Estados Unidos, sé el profundo impacto que pueden tener y el cambio positivo que podemos crear.