En 2001, el Distintivo ESR nació como un reconocimiento otorgado anualmente en México por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) y AliaRSE. A lo largo de más de dos décadas ha tenido el desafío de agregar valor a la marca y rentabilidad de las empresas, ya que las acredita ante sus empleados, inversionistas, clientes, autoridades y sociedad como firmas comprometidas públicamente con la responsabilidad social.
El modelo del distintivo se ha enfocado en solicitar a las empresas evidencias sobre la implementación de la responsabilidad social en más de 150 indicadores. El fin es determinar si la compañía presenta un comportamiento responsable y se puede acreditar con icono de valor la existencia de prácticas de RSE en su interior.
Sin embargo, tras más de 20 años de haber sido creado, el distintivo ha evolucionado hacia un nuevo modelo y hoy se ha convertido en un proceso sistémico para medir y comparar el nivel de madurez de las buenas prácticas de responsabilidad social a través de indicadores en los ámbitos ambiental, social y de gobernanza en las empresas.
“Está referenciado con legislación nacional y normativa internacional y contempla la revisión de evidencias para soportar el grado de cumplimiento de responsabilidad social y sostenibilidad de las organizaciones”, explica Evodio Sánchez, director de Responsabilidad Social del Cemefi. “El fin es acreditarlas con un icono de valor (ESR) que las destaca y diferencia de las empresas que operan en México y América”.
EL ADN DEL NUEVO MODELO
De acuerdo con el directivo, el objetivo del nuevo modelo es convertirse en un propulsor de adopción de la sostenibilidad para las empresas, como una capacidad competitiva que influya en la estrategia y modelo de negocio, los procesos operativos, la cadena de suministro, las ofertas de mercado y todos los puntos intermedios.
“El nuevo modelo del distintivo desarrollará organizaciones capaces de adaptar procesos y personas hacia propósitos sostenibles que garanticen en el largo plazo la supervivencia y existencia en el ecosistema”, indica Sánchez. “La visión es impulsar a las empresas a emprender acciones de responsabilidad social empresarial y sostenibilidad que impacten de forma positiva en sus grupos de interés”.
El origen del nuevo modelo tiene una base teórica que se centra en la revisión de trabajos anteriores en tres ejes: cumplimiento, normas y certificaciones y referencias y buenas prácticas. Concluye Evodio Sánchez: “La RSE y la sostenibilidad serán los principios rectores para el liderazgo empresarial de la era digital. De ahí la necesidad de enfocar el nuevo modelo en comprender el estado de madurez de las empresas, lo que sirve de base para proponer un patrón de desarrollo, el cual debe ser personalizado de acuerdo al tipo de industria, el tamaño de la empresa y su posición de mercado”. N