ENTRE 2006 y 2020, más de 1,200 periodistas fueron asesinados en el mundo entero y cerca de 9 de cada 10 casos de estos asesinatos siguen sin resolverse judicialmente, según el observatorio de periodistas asesinados de la Unesco.
“Los periodistas son esenciales para garantizar el derecho fundamental a la libertad de expresión, que se enuncia en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Cuando los periodistas son atacados con impunidad, se produce un fallo de los sistemas judicial y de seguridad para todos”, dijo Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.
“La impunidad conduce a más asesinatos y, a menudo, es un síntoma de la agudización del conflicto y el colapso de la ley y los sistemas judiciales. Es por ello que a la Unesco le preocupa que la impunidad dañe a la sociedad al encubrir graves abusos a los derechos humanos, la corrupción, y la delincuencia. Se ha pedido a los gobiernos, a la sociedad civil, a los medios de comunicación, y a todos los interesados, que defiendan el estado de derecho y que se unan a los esfuerzos mundiales para poner fin a la impunidad.
“Reconociendo que las consecuencias de la impunidad son de gran alcance, especialmente en delitos contra periodistas, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución A/RES/68/163(link is external) en su 68º sesión en el año 2013, proclamando el 2 de noviembre como el ‘Día internacional para para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas’. Esta resolución urge a los Estados Miembros a implementar medidas definitivas para contrarrestar la actual cultura de impunidad. La fecha se eligió en conmemoración del asesinato de dos periodistas franceses en Mali, el 2 de noviembre de 2013”.
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A esta voz se aunaron tres expertos de la ONU en derechos humanos que alertaron sobre la precariedad de la seguridad de los periodistas y sobre la persistencia y magnitud de la impunidad para los delitos que se cometen contra ellos.
Las mujeres periodistas se ven particularmente afectadas por las amenazas y los ataques, en especial, cuando se realizan en línea. Según el reciente documento de trabajo de la Unesco, The Chilling: Tendencias mundiales de la violencia en línea contra mujeres periodistas, el 73 por ciento de las mujeres periodistas encuestadas dijeron que habían sido amenazadas, intimidadas e insultadas en línea en relación con su trabajo.
LISTA DE ABUSOS
Los relatores especiales sobre la libertad de opinión y expresión, Irene Khan; sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Morris Tidball-Binz; y sobre la violencia contra la mujer, Reem Alsalem dieron cuenta de una vasta lista de abusos infligidos contra los periodistas durante el último año en el mundo.
Dicha lista incluye amenazas, acoso, agresiones físicas, secuestros, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, tortura y asesinatos, todos delitos sufridos por los comunicadores por el simple hecho de hacer su trabajo.
La Unesco aseveró que la impunidad propicia más asesinatos, además de que suele ser un síntoma de agravamiento de los conflictos y colapso de la ley y los sistemas judiciales.
En el caso de América Latina, según un estudio reciente apoyado por la Unesco, la mitad de los profesionales de los medios de comunicación asesinados entre 2011 y 2020 había recibido amenazas previas relacionadas con su trabajo.
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“Por tanto, es fundamental fortalecer las investigaciones y juicios sobre las amenazas de violencia contra periodistas para prevenir los crímenes en su contra”, informa Unesco.
América Latina es la región con más periodistas asesinados a causa de su trabajo en 2020. El 80 por ciento de esos crímenes en esta parte del mundo durante la última década ocurrió en Brasil, Colombia, México y Honduras. Según los datos de la organización Reporteros sin Fronteras, en esos cuatro países fueron muertos 139 periodistas y colaboradores de medios durante ese periodo.
El informe detalla que la mitad de los periodistas asesinados en esos países trabajaba como reportero, fotoperiodista o camarógrafo y colaboraba con al menos un medio de comunicación. El 39 por ciento cubría asuntos relacionados con la política. Otros temas muy socorridos entre esas víctimas eran el crimen y la corrupción. Los principales objetivos de los asesinos son los periodistas sobre el terreno que denuncian y critican la malversación de fondos y los actos ilegales en su región. N