EL EMPEÑO en lograr una escritura neutra, en la que ningún género predomine sobre otro, está provocando encendidas discusiones en Suiza, que podría resolver el asunto en las urnas.
La escritura inclusiva está avanzando en las instituciones, la prensa y las escuelas de Suiza, frente a la reticencia de organismos de defensa de la lengua, que intentarán reunir suficientes firmas como para impulsar una votación sobre el tema, una iniciativa posible en virtud del sistema de democracia directa del país.
Convivir con diferentes lenguas es algo que los suizos conocen bien y que forma parte de su identidad nacional ya que en el país se habla alemán, francés e italiano además de romanche.
Desde los años 1990, el gobierno suizo se ha inclinado, siempre que se puede, por usar términos neutros. Pero en la gramática francesa, italiana y alemana, el plural masculino tiene preferencia sobre el femenino cuando se refiere a un conjunto de mujeres y hombres.
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El resultado ha sido que últimamente ha aumentado la tendencia a llenar las palabras de puntos y asteriscos para adoptar al mismo tiempo una forma masculina, femenina y también dirigida a las personas no binarias.
Para sus detractores, es un exceso y una manera de mutilar el lenguaje escrito y crear un enredo ilegible.
Por ejemplo, en textos oficiales en francés se usa el término “electorado”, “l’électorat”, en lugar de “les électeurs et les électrices”, formas masculina y femenina, respectivamente.
Pero ahora aparecen formas que utilizan, por ejemplo “les electeur.rice.s”, que, según los detractores, convierten las frases en un galimatías.
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Para dirigirse a los ciudadanos, se ha llegado también a usar la palabra “citoyen·ne·x·s” con el fin de incluir al masculino, al femenino (con la terminación “ne”) y a las personas no binarias (con la “x” final).
El Ministerio francés de Educación recientemente prohibió tales formulaciones y en Suiza, varios políticos, en especial de derecha, están en campaña para eliminarlos también.
En alemán, la Cancillería Federal Suiza prohibió en junio el uso de asteriscos y otros signos tipográficos para incluir en la misma palabra el género masculino, femenino y a las personas no binarias.
Por ejemplo, para la palabra ciudadanos (“burgers” en masculino y “burgerinnen” en femenino) se estaba usando “burger*innen” y “burger: innen”, para incluir a ciudadanos no binarios. Todo eso quedó eliminado con esta nueva norma.
La lucha llegó al parlamento. Benjamin Roduit, del partido demócrata-cristiano (centro), presentó en marzo una moción para pedir a la administración federal suiza que respete las reglas de la lengua francesa “sin derogarlas en favor de la llamada escritura ‘inclusiva'”.
En los últimos meses, la televisión pública suiza en lengua francesa RTS avivó la disputa al sustituir el “bonsoir à tous” (“buenas noches a todos”) por “bonsoir et bienvenue”, una forma neutral que se podría traducir en español como “buenas noches y les damos la bienvenida”.
El cambio provocó la ira de la sección suiza del organismo de Defensa de la Lengua Francesa (DLF), cuyo presidente, Aurèle Challet, quiere convocar una convención nacional de la lengua francesa en Suiza y reunir firmas para realizar una votación pública sobre el tema.
Poner puntos entre las letras es “inconsistente, ineficaz, feo y no reportará nada a esta lucha legítima, que yo apoyo, sobre el papel de la mujer en la sociedad”, dijo Challet.
El responsable deploró el uso de este tipo de escritura no solo en esferas oficiales, sino también en las escuelas, ya que las autoridades suizas pretenden introducir algunos elementos de lenguaje neutral cuando se renueven los libros de texto escolares en la parte francesa en 2023.
Pascal Gygax, un psicolingüista de la Universidad de Friburgo y autor del libro “¿El cerebro piensa en masculino?”, defiende la “refeminización” de la escritura, incluso en las aulas.
“Vemos una sociedad que empieza a darse cuenta del poderío patriarcal […] de que todo gira alrededor de los hombres: desde el patio del colegio hasta la manera de vestirnos o de hablar. La cuestión del lenguaje forma parte de un movimiento que busca más igualdad”, opinó.
Para Janna Kraus, de la organización Transgender Network Switzerland (TGNS), “la existencia de personas que no son ni hombres ni mujeres no es un tema de discusión, es un hecho social y científico y no tiene sentido disfrazarlo lingüísticamente”. N