NUNCA he estado tan nerviosa en mi vida como el día de 2019 que competí en los Juegos Olímpicos de Tokio. De alguna forma logré conservar la calma y, cuando se anunció oficialmente que representaría a Jamaica en gimnasia, fue la mejor sensación. Finalmente fui capaz de ver mi nombre en esa lista de clasificados tras años de trabajo duro.
El público general principalmente ve la gimnasia cada cuatro años, y ves a las mejores entre las mejores en sus leotardos brillantes. Parece muy fácil en ese momento. Pero llegar a ese lugar requiere de mucha fuerza y determinación, tanto mental como física. Cuando llegué a Tokio me entrené con muchachas de países diferentes y la sensación principal era de gratitud por estar allí. Todas nos apoyábamos unas a otras.
Simone Biles y la selección de Estados Unidos estaban en mi subdivisión, así que entrenábamos con ellas todos los días. El entrenamiento de ella era increíble antes de la calificación. Es asombrosa. Eso es lo más cerca que he estado de su gimnasia, y la mandíbula se te cae al piso cuando la ves. Sin embargo, puedes ver durante su salto en la final por equipos que se perdió, y es muy afortunada de que tenga tal intuición espacial y fuerza que no se lastimó.
Me retiré después de competir en las barras asimétricas el 25 de julio porque me rasgué el ligamento cruzado anterior, pero no me puedo imaginar cuánto le afectó ese momento a ella, el no estar segura de si iba a pasarle de nuevo y de potencialmente resultar en una mala calificación y sacar a la selección fuera de las medallas. También había el riesgo de lesionarse. Hay algunas personas por allí que la llaman rajona y dicen que es una competencia por equipos y por qué ella “renunció”. Eso no fue lo que ella hizo. Ella tomó la mejor decisión para la selección, y luego salió de vuelta y les aplaudía a todas y les daba ánimos.
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Desde entonces ella ha revelado que sufrió de “vueltitas”, que es cuando te pierdes en tu giro, no sabes cuántas veces vas a tener que dar vuelta, pierdes la noción de dónde están el techo y el piso, y no sabes dónde vas a aterrizar. Es aterrador. Cuando te pierdes estando en el aire, un pánico total te recorre todo el cuerpo. Yo definitivamente lo he sentido. A veces lo padeces de una manera tan terrible que se queda contigo, y si te sucede cuando haces rutinas de habilidad en superficies de competencia, se vuelve altamente peligroso.
Sé que todos apoyaban a Simone para que compitiera de nuevo en estos juegos olímpicos; pero si no lo hubiera hecho habría sido una declaración igual de grande. Ella está poniendo en primer lugar su salud mental y su seguridad. Sacrificar esas medallas y darle prioridad a su salud mental es una declaración enorme. Con suerte, las federaciones, con la voz de Simone, ahora puedan pensar con más seriedad en la salud mental en la gimnasia.
También tenemos problemas con la imagen corporal en la gimnasia. Vi por primera vez a la selección femenil de Alemania en gimnasia vestir sus trajes de cuerpo completo antes de los juegos olímpicos, en el Campeonato Europeo de Gimnasia Artística 2021 en abril. Aun cuando mi primera reacción fue que se veían muy bien, luego me pregunté si les habían restado puntos por vestirlos. Cuando se reveló que vestir trajes de cuerpo completo está contemplado en las reglas y está permitido, mi reacción fue: “Guau, ¿por qué yo no sabía esto?”
Cuando se trata del sexismo y lo que se les permite vestir a las gimnastas, los hombres pueden vestir pantalones largos o cortos y cubrirse un poco más. Pero era como una regla no escrita que nosotras teníamos que vestir leotardos. Y obviamente ahora sabemos que podemos cubrirnos también, porque la selección femenil de Alemania llamó la atención de la gente al respecto, pero yo no sabía que eso estaba contemplado en las reglas, y he sido gimnasta por muchos años.
LAS MUJERES ENFRENTAN MÁS PRESIÓN EN TÉRMINOS DE IMAGEN CORPORAL
Aun cuando personalmente me siento muy feliz en un leotardo, para mí es maravilloso que las gimnastas alemanas sigan mostrando que hay opciones. Les están mostrando al mundo, al mundo de la gimnasia y a las jóvenes gimnastas, que puedes elegir lo que quieres vestir.
También odio tener mi menstruación durante una competencia, porque hay el miedo de que el hilo de tu tampón se salga de ese material delgado. Así, yo tomaría, y tomo, mis píldoras anticonceptivas durante una competencia para controlar eso y asegurarme de que no esté menstruando. Tal vez si me hubieran dado la oportunidad de vestir un traje de cuerpo completo antes, simplemente habría aceptado mi menstruación y habría vestido algo diferente. Yo dudo que los hombres en la gimnasia tengan conciencia de esto. No me gustaría prejuzgarlos, pero sería bueno que los hombres tuvieran un poco más de educación en esta materia. Si tienes un entrenador masculino, necesitan abordar estos temas para que conozcan el lenguaje apropiado y sean delicados.
Las mujeres en la gimnasia enfrentan más presión en términos de imagen corporal, y la percepción de que debes vestir un leotardo el 100 por ciento de las veces contribuye a ello. Entrenas todos los días y estás en leotardo todo el tiempo. Recuerdo cuando fui a la UCLA y teníamos camisetas de entrenamiento en vez. Son un poco más holgadas, por lo que en esos días cuando te sientes un poco hinchada o no te sientes como normalmente lo haces, estás más cubierta. Desde entonces, nunca he vuelto a entrenar en leotardo, aparte de cuando voy a eventos grandes. Cuando vas a competir y sabes que estás en leotardo, sabes que alguien va a decir algo. No necesariamente a ti, pero sus ojos no están puestos solo en tu gimnasia; también están en cómo te ves. Con las mujeres, todas tienen formas de cuerpo muy diferentes, y alguien entre el público dirá que no te ves bien. Aun cuando probablemente tengas solo un 10 por ciento de grasa corporal y en la mejor forma de tu vida.
Las mujeres están conscientes de ello y, para quienes no tienen la piel tan gruesa, ello puede llevar a trastornos alimenticios. Sé que sucede en la gimnasia. Algunas de mis amigas han abandonado el deporte y han sido capaces de admitir que han tenido un trastorno alimenticio. Eso es algo que necesita abordarse junto con la salud psicológica. Si hubiera más psicólogos involucrados en un nivel de la federación en el que fueran capaces de ayudar en un nivel de clubes, entonces pienso que podríamos ver más gimnastas sanas.
Por supuesto, fue devastador oír la noticia de que me había rasgado el ligamento cruzado anterior estando en Tokio, pero yo quería tener mi momento olímpico y pude tenerlo. Recuerdo que, después de mi calentamiento para las barras asimétricas, todavía me lamentaba un poco, así que hablé con algunas de las muchachas que se estaban preparando para la siguiente ronda. Hablé con Simone y le compartí mi decepción. Ella me dijo que, sin importar lo que yo hiciera allá arriba, yo todavía sería una competidora olímpica. Oír eso de labios de ella y de la gimnasta canadiense Ellie Black, quien me dijo palabras similares de ánimo, realmente me conmovió.
Tenía un poco de nervios, pero fui capaz de sonreír durante mis 11 segundos completos. Hubo un retraso en nuestro grupo, así que fui la última en presentarse, y oí a todas las gimnastas en toda la arena aplaudiéndome. Honestamente, significó muchísimo para mí.
Los Juegos de la Mancomunidad serán los próximos en 2022 y, con suerte, mis amigas y mi familia podrán estar allí para apoyarme. Ser capaz de ponerle fin a la gimnasia enfrente de todas las personas que amo, con los colores de Jamaica y en un evento grande, sería un verdadero final de ensueño para mi carrera. N
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Danusia Francis es gimnasta olímpica británica-jamaicana, doble de riesgo, entrenadora de gimnasia y coreógrafa. Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de la autora. Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek.