LAS PEQUEÑAS y medianas empresas (pymes) generan en México aproximadamente 72 por ciento del empleo a nivel nacional. De acuerdo con información de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), las mujeres son las propietarias del 37 por ciento de estas.
En países miembros de la OCDE, la brecha salarial en promedio es de 13 por ciento, pero en México era del 19 por ciento al cierre del 2019 —es decir, una de las más amplias entre los países miembros—, de acuerdo con registros oficiales del Instituto Nacional de las Mujeres.
“A pesar de que las mujeres representan más del 50 por ciento de la población del país, no cuentan con las mismas oportunidades ni los mismos beneficios que los hombres en múltiples ámbitos de la vida social como en el laboral y en la remuneración que reciben por realizar el mismo trabajo que su contraparte masculina”, refiere la institución del gobierno federal.
Al respecto, la empresaria mexicana Angélica Fuentes Téllez señaló que, al menos en el campo de las pymes, las mujeres obtienen mayores índices de rentabilidad en comparación con los hombres; sin embargo, reconoció que aún hay un camino muy largo para que exista igualdad entre ellas y ellos.
“No es una cuestión de capacidades intelectuales las que limitan la incursión de mujeres en los negocios, son los viejos estereotipos con los que la sociedad debe acabar si se desea la igualdad”, aseveró.
Aun cuando la participación económica de las mujeres es un dato que sigue borroso e impreciso en las estadísticas oficiales de México, ellas son agentes de cambio y su contribución es relevante para aumentar el ingreso en sus hogares y mejorar la calidad de vida de sus familias, añade.
Angélica Fuentes, impulsora del emprendimiento femenino, precisó que al abrirse mayores oportunidades deben acortarse las limitantes que por años las han detenido como es el caso del acceso a puestos de liderazgo e inclusión financiera.
“Las mujeres de negocio conforman sus equipos regidas por una visión de equidad y sororidad. Es común ver en los emprendimientos femeninos que, como propietarias o líderes, apuestan por el talento de otras mujeres. Estas cadenas de apoyo son las que han permitido un incremento en el número de emprendimientos y empresas bajo la dirección de una mujer”, indicó la empresaria.
También ve en esas cadenas de apoyo una manera de contribuir al empoderamiento de otras mujeres que por diversos factores se han visto segregadas.
“Hace algunos meses lancé un reto para emprendedoras mexicanas con el fin de dar visibilidad a mujeres que a través de sus proyectos contribuyen a empoderar a otras mujeres. En esa convocatoria, conocí el proyecto de Huerta Santa Martha, emprendimiento liderado por una mujer que tuvo que quitarse estereotipos patriarcales para poder dirigir una de las huertas en Chihuahua con mayor responsabilidad social”, recordó Fuentes.
Finalmente, como promotora de la equidad femenina en todos los niveles y sectores, Fuentes Téllez señaló que cada vez es más común ver a mujeres buscando su independencia económica más que nunca antes. N