LA SUPERLIGA Europea obtuvo hoy una primera victoria judicial tras la decisión este martes de un tribunal madrileño de impedir a la UEFA y la FIFA actuar contra los clubes impulsores del nuevo torneo.
Ante la ola de indignación que provocó el lunes el anuncio de una liga privada y casi cerrada, sus promotores ya habían advertido que acudirían preventivamente ante la justicia ante eventuales represalias de las instancias del futbol, una amenaza que reiteró este martes por la mañana el patrón del futbol mundial, Gianni Infantino.
En un acto judicial al que tuvo acceso la AFP, el Juzgado de lo Mercantil nº 17 de Madrid adoptó medidas cautelares por las que prohíbe a la FIFA, la UEFA, ligas nacionales y federaciones adoptar “cualquier medida o acción” contra el proyecto de Superliga o sus fundadores, a la espera de una decisión definitiva.
El auto ordena a la FIFA y la UEFA que “se abstengan de adoptar cualquier medida o acción, y de emitir cualquier declaración o comunicado que impida o dificulte, de forma directa o indirecta, la preparación de la Superliga Europea de futbol”, así como “medidas disciplinarias o sancionadoras contra “los clubes, directivos y personas de los clubes o jugadores que participen en la preparación de la Superliga Europea de futbol”.
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Falta saber cómo reaccionarán la UEFA y la FIFA a esta decisión de un tribunal europeo dado que las amenazas afectan a toda Europa.
La decisión del tribunal madrileño llegó apenas unas horas después de que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, respaldase a la UEFA: los clubes fundadores de la Superliga “deberán afrontar las consecuencias” si persisten en su proyecto.
La intervención de Infantino este martes en la apertura del Congreso de la UEFA en Montreux (Suiza), donde se reúnen representantes de 55 federaciones nacionales, era especialmente esperada, pese a que en el pasado el italosuizo y el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, han tenido numerosos puntos de fricción.
Infantino considera esa nueva competición “un club cerrado” y “disidente de las instituciones existentes”, fundado por seis clubes ingleses (Arsenal, Chelsea, Tottenham, Liverpool, Manchester City, Manchester United), tres españoles (Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid) y tres italianos (Juventus, AC Milán, Inter de Milán).
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“O estás dentro, o estás fuera”, añadió, agitando de nuevo la amenaza de la exclusión de los clubes impulsores de la Superliga Europea y de sus jugadores de todas las competiciones nacionales e internacionales, sin citar, sin embargo, medidas concretas.
En el Reino Unido, cuna del futbol, el primer ministro, Boris Johnson, aseguró que su gobierno “no descarta ninguna medida” para frenar el proyecto de la Superliga Europea, después de un encuentro con los dirigentes del futbol inglés.
“NO ES DEPORTE”
En la reunión prevista para el viernes del Comité Ejecutivo de la UEFA se puede plantear la exclusión de los clubes disidentes de la Liga de Campeones en curso, que son tres de los cuatro semifinalistas (Real Madrid, Chelsea y Manchester City), con la excepción del París SG.
Pero el todopoderoso presidente del Real Madrid y primer presidente del organismo que gestiona la Superliga europea, Florentino Pérez, aseguró que esta posibilidad no se dará: “No va a pasar, es imposible”, sentenció en el programa español de televisión El Chiringuito.
Sea cual sea el desenlace, numerosas figuras del futbol mostraron este martes su oposición a un proyecto que dinamita el edificio piramidal del balón y la redistribución de los ingresos.
Uno de los más virulentos fue Pep Guardiola, pese a que el club que entrena, Manchester City, es uno de los 12 promotores del proyecto: “No es deporte cuando no existe la relación entre esfuerzo y recompensa”.
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“No es deporte si el éxito está garantizado o si perder no tiene ninguna importancia”, insistió el técnico catalán.
En cambio, el entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, se mostró más comedido y evitó opinar: “Eso es una cuestión de una sola persona, del presidente”.
Estas declaraciones resumen la profunda fractura que han creado los 12 clubes rebeldes.
Ceferin, jefe de una UEFA que el lunes aprobó su proyecto de reforma de la actual Liga de Campeones a partir de 2024 con el fin de saciar el apetito financiero de los más poderosos, abrió no obstante la puerta a una reconciliación declarando que “aún es tiempo de cambiar de opinión”.
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“Toda propuesta sin el apoyo de la UEFA (…) no resuelve los problemas del futbol”, aseguró Nasser Al-Khelaifi, presidente del París SG, el campeón francés que por el momento no se ha unido a los disidentes.
Estos pretenden crear una liga casi cerrada, comparable a los campeonatos profesionales de basquetbol (NBA) o de futbol americano (NFL).
La Superliga prevé una temporada regular con 20 equipos, y después eliminatorias, con 15 miembros clasificados de oficio (los 12 fundadores y otros tres a determinar) y otros cinco elegidos cada curso “por su actuación la temporada anterior”.
Esta nueva competición, según sus promotores, tiene por objetivo “generar ingresos adicionales para toda la pirámide del futbol”.
Los 15 clubes fundadores recibirán “un pago en una vez de unos 3,500 millones de euros”, una cantidad muy superior a los 3,200 millones que generaron las competiciones de clubes en 2018-2019, la última temporada antes de la pandemia y que se repartieron entre los 80 clubes que participaron en la Liga de Campeones y la Europa League. N