LA ESTABILIDAD del peso mexicano atravesará por diversos escenarios locales y foráneos en este año, como parte de los reacomodos gubernamentales que se realicen en México y Estados Unidos, además de variables como la flotación de la divisa mexicana, explicó Jorge Gordillo Arias, director de Análisis económico y bursátil de CIBanco.
El directivo hizo un balance sobre los diversos escenarios que ha enfrentado y enfrentará la moneda mexicana durante esta pandemia, asimismo, realizó un análisis de cómo los movimientos políticos que habrá durante este 2021 incidirán en el movimiento del peso.
Para Gordillo Arias, desde 1995 el tipo de cambio es de libre movimiento, con el fin fundamental de medir las distorsiones de precios de nuestros socios comerciales, en este caso principalmente de Estados Unidos. Sin embargo, su naturaleza es también de libre tránsito financiero, lo que determina que “se vuelva muy sensible a percepciones de inversionistas extranjeros y nacionales, lo que provoca que se mueva a corto plazo”.
El especialista en finanzas expuso que, al comenzar la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el tipo de cambio comenzó a tener repercusiones por dos temas principales: la cancelación del aeropuerto de Texcoco, que “tuvo una mala percepción de los inversionistas y se subió el tipo de cambio de manera importante”, y el discurso de Donald Trump acerca del T-MEC, (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) “que cambiaba de parecer a su contentillo”.
Hasta ese momento, dijo, el tipo de cambio se iba moviendo en esos dos temas, pero cuando el virus del COVID-19 salió de China y llegó a Europa, todo el mundo en general entró en pánico, sobre todo los mercados financieros y los inversionistas corrieron al dólar, pues empezaron a vender pesos y a comprar dólares, “y vimos al tipo de cambio moverse en niveles que no veíamos en muchos años, se fue de 18.50 hasta 26.50 pesos por dólar, es decir, más de siete pesos a principios de marzo del año pasado”.
SIGNOS FAVORABLES
No obstante, Gordillo consideró que en la actualidad se empiezan a ver signos favorables para el peso mexicano: “En febrero empezamos a ver que la economía norteamericana reportaba buenos números económicos, está recuperándose más rápido de lo que pensamos y el proceso de vacunación ha sido mucho más acelerado de los planes que se tenían”.
En su opinión, si bien esto describe un mejor escenario, en el plano nacional las modificaciones legislativas al sector energético reportaron una incidencia en la divisa nacional, la cual podría aumentar la incertidumbre de la inversión si se da una mala señal en el sentido de que pueden cambiar las reglas del juego.
Explicó que las empresas extranjeras signan un contrato y hacen inversiones de muchos años, pero si un nuevo gobierno cambia ese contrato, como ocurre con la Ley de Reforma Eléctrica, se puede provocar una mala percepción entre los inversionistas, lo cual podría catalogar a México como un tipo de país que “a la hora de no estar tan respaldados por los estímulos por la alta liquidez, puede jugar en contra de la moneda o al tipo de cambio”.
Otro de los riesgos fuertes de este año, advirtió el analista financiero, son las elecciones intermedias, porque si las discusiones de cambios legislativos generan una percepción negativa para los inversionistas y consideran que el resultado electoral puede provocar cambios constitucionales, “posiblemente tomen precauciones y nos pongan en un escalón diferente en los movimientos del tipo de cambio”.
No obstante, el directivo de CIBanco aclaró que la percepción de inversionistas extranjeros no tiene mucho que ver con políticas internas, “entonces lo que hay que tener en cuenta es que la moneda mexicana, casi en su totalidad, se mueve por asuntos externos y lo interno simplemente lo agrava o lo contiene”, concluyó. N