EL 8 de marzo de 2020, pocos días antes de que se iniciara el confinamiento en México, 80,000 personas, la mayoría mujeres, salieron a las calles del país para manifestarse en contra de la violencia que cada vez se vuelve más agresiva en contra de las niñas, jóvenes y mujeres, al grado de que hoy se registran diez feminicidios por día.
Para Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios, A. C., la protesta que se vivió el 8M fue la suma de mujeres de diversas generaciones en todo el país que se unieron para exigir justicia y decir: ¡Ya basta!
Sin embargo, conforme ha avanzado la pandemia, la violencia no ha cesado, ya que las víctimas pasan más tiempo con sus agresores a causa del confinamiento.
“Esto [la violencia contra las mujeres] no se detuvo aun con la pandemia COVID-19, sino que se agudizó, incluso llegó a más de diez feminicidios diariamente, por lo que 2020 es, de acuerdo con datos oficiales, uno de los años más violentos para las mujeres”, señala Figueroa en entrevista con Newsweek México.
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La directora de esta red agrega que el país cerró 2020 con violencia contra las mujeres y contra las niñas y que sigue existiendo una omisión del Estado mexicano para tipificar correctamente los feminicidios y no reconocer que hay una cifra negra en estas violencias.
“Estamos hablando de más del 90 por ciento, y muy probablemente no sean diez feminicidios diariamente, sino casi 20, por esta cifra negra”, señala Figueroa.
Otra de las problemáticas que la directora de la Red Nacional de Refugios (RNR) resalta sobre el cierre de 2020 es que México está en estado de emergencia y con una crisis nacional de derechos humanos como resultado de una cadena de omisiones y negligencias con el Estado como cómplice.
CRISIS SIN SOLUCIONARSE
En 2019, la RNR y colectivos feministas señalaron los intentos del Estado por tratar de desaparecer las organizaciones de la sociedad civil y debilitar los mecanismos que existen para prevenir, sancionar y eliminar la violencia contra las mujeres.
“Hemos estado en la primera línea de esta situación. Las organizaciones feministas, las organizaciones de la sociedad civil, las organizaciones de los colectivos, y esto nos ha dado una criminalización constante. Cerramos el año con esta criminalización y sin el reconocimiento real que tenemos las organizaciones de la sociedad civil en la atención de este problema que lacera el día a día de nuestra sociedad y arrebata la vida de más de 11 mujeres y niñas al día”, menciona.
Según sus cifras, la RNR atendió a 38,081 personas de marzo a noviembre, lo que significa un aumento del 48 por ciento en atención a las víctimas. Además, cuatro de cada diez mujeres refirieron que también sus hijas e hijos vivieron algún tipo de violencia, y tan solo en el mes de noviembre cada hora una mujer se comunicó a la RNR para pedir apoyo ante una situación de violencia.
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Entre octubre y noviembre, cuatro de cada 100 mujeres reportaron intentos de feminicidio, por lo que se realizaron 39 rescates de mujeres con sus hijos, lo que colocó a Ciudad de México, Estado de México y Puebla como las entidades donde más rescates se realizaron.
De estas cifras, nueve de cada diez niños que ingresaron en Refugio fueron víctimas de violencia física y psicológica. Ante la desconfianza frente a las autoridades, la falta de oportunidades y la ineficiencia de las órdenes de protección, las mujeres deben salir de sus casas con sus hijos en busca de espacios seguros.
“A lo largo de la pandemia la RNR ha realizado 39 rescates, 5 por ciento internacionales, el 28 por ciento en CDMX, el 24 por ciento en Edomex, y el resto en Morelos, Puebla, Chiapas, Nayarit, Guanajuato, Guerrero, Quintana Roo, Querétaro, Hidalgo, Sinaloa y Tlaxcala”, escribe Daniela Razo en un comunicado de la Red Nacional de Refugios.
16 DÍAS DE ACCIÓN
Empero, la violencia de género no es un tema exclusivo de México. En el mundo, las agresiones contra las mujeres también se han acrecentado, lo que deja ver que la violencia contra niñas, jóvenes y mujeres no son exclusivas de un país, sino que abarca otras regiones del orbe.
Ante ello, la campaña del Sistema de las Naciones Unidas para poner fin a la violencia en contra de las mujeres, con las actividades de los “16 días naranja de activismo contra la violencia de género”, que se realizó del 25 de noviembre al 10 de diciembre, tuvo énfasis en la situación de violencia que las mujeres han atravesado a causa del confinamiento en casa.
“La crisis ha venido acompañada de un repunte de las denuncias de violencia doméstica, precisamente en un momento en que servicios como las fuerzas del orden, sanitarios y albergues se están desviando para hacer frente a la pandemia”, declaró el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en el informe “Responsabilidad compartida, solidaridad mundial: responder ante las repercusiones socioeconómicas de la enfermedad por coronavirus de 2019”.
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Belén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en México, señala que la violencia contra las mujeres es una de las violaciones de derechos humanos más extendidas y toleradas en el mundo, al punto de que se ha tolerado e incorporado en la sociedad y ha afectado a millones de víctimas directas en términos de poder.
“Subsanar el poder recuperarse del impacto psicológico, del impacto físico, también tiene consecuencias en el desarrollo económico, profesional, y por lo tanto se convierte en un problema en la familia, en la comunidad, y un problema de salud pública”, dice en entrevista con este medio.
Datos proporcionados por Sanz Luque señalan que, al año, 87,000 mujeres y niñas son asesinadas en el mundo, lo que lo convierte en un tema preocupante, ya que los actos de crueldad se presentan a partir de la violencia física, sexual, psicológica, emocional, económica, patrimonial relacionada con la económica en términos de ejercer la violencia para controlar el patrimonio de la otra persona y, por supuesto, la violencia política.
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“Son varias consideraciones las que hay que hacer; en primer lugar, que la violencia preexiste a la pandemia, esto es muy importante. Una crisis sanitaria como la que estamos viviendo nos demuestra que las crisis están relacionadas con la desigualdad, la discriminación y la violencia”, añade.
En cambio, para Wendy Figueroa, directora de la RNR, todos los días son de acciones afirmativas para los derechos de las mujeres y, sobre todo, el derecho vital de vivir libres de violencia. Por eso, cada mes resignifican, escuchan a las niñas, mujeres y niños que están en los espacios de protección, porque “solamente escuchándolos podemos crear acciones que realmente cumplan con sus necesidades y no desde un escritorio”.
LOS RETOS PARA 2021
Los retos en este año son claros, ya que en 2021 habrá elecciones federales y locales, lo que significa una oportunidad para tener presente en la agenda electoral acciones que den seguridad a las mujeres para erradicar la violencia, así cómo trabajar en una ley federal que considere un aborto libre, seguro y gratuito y trabajar en un presupuesto que no disminuya.
Otro de los retos para 2021 es seguir escuchando y luchando por la no persecución a los movimientos feministas. Estar atentas al presupuesto “que, en el caso de la RNR, se etiquetó el mismo presupuesto. No se tomó en cuenta la inflación y las consecuencias que dejó la pandemia, al igual que el retraso en la agenda de género a escala mundial”, señala Wendy Figueroa.
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Al tener de frente esta temporada de elecciones, Figueroa explica a este medio que es tiempo de hacer un voto violeta que no tiene que ver con partidos políticos, sino con votar con mirada violeta, es decir, con igualdad de género, donde realmente se haga un análisis de a quién queremos que esté tomando decisiones.
“Seguiremos insistiendo en que todo México sea verde y tenga una mirada violeta. No es estar en contra de nadie, sino de esta opresión y la desigualdad del patriarcado que lacera a más de 11 mujeres diariamente en el país. Hay que seguir insistiendo aun cuando la criminalización esté y aun cuando nos sancionen. Que los refugios sigan existiendo hasta que por fin podamos transitar por las calles libres y seguras, solo hasta ese momento los refugios dejarán de existir, cuando haya un verdadero acceso a la justicia y que México no sea un país cómplice e impune que frecuente la complicidad y la corrupción”, concluye. N