Se visualiza que, en los próximos años, la mitad de los ingresos de las empresas procederán de cualquier actividad digital.
Las circunstancias históricamente únicas y difíciles que Latinoamérica y el mundo han vivido en los últimos seis meses evidencian lo importante que es avanzar en transformación digital. Hoy, con millones de personas, ahora mismo, trabajando desde sus hogares para protegerse del coronavirus, es un hecho que las organizaciones que “hicieron el trabajo previo” han estado mejor preparadas para enfrentar, adaptarse y salir del paso en esta crisis.
En efecto, los canales de venta online representan, en épocas de COVID-19, la oportunidad para que las empresas puedan mantenerse operativas: el e-commerce ha crecido un 300 por ciento en Latinoamérica desde el inicio de la emergencia sanitaria, mientras el número de consumidores en línea ha aumentado en un 30 por ciento en la región en el mismo periodo. Un dato adicional: se estima que 10.8 millones de consumidores realizarán una compra digital por primera vez este año, elevando el total de compradores digitales a 191.7 millones.
Esta realidad toca a todos los sectores de la economía —o al menos, a los más relevantes—, en donde transversalmente la logística y el transporte cumplen un rol esencial salvando al ser humano en distintos rincones del planeta, más aún cuando detrás está la inteligencia artificial (IA) dando respuestas en abastecimiento de alimentos y medicamentos en supermercados y farmacias, respectivamente.
Muchas empresas han tenido en su ADN, por años, estar arriba del tren de la transformación digital, pero son las menos. Un informe de Blue Yonder y la Universidad de Warwick indica que solo un 8 por ciento de los minoristas globales pueden reaccionar a los cambios en la demanda y actualización de los procesos de planificación de los requerimientos en tiempo real, aunque el 61 por ciento alberga ambiciones de transformación digital, y lograr una cadena de suministro prescriptiva o autónoma para 2025. Estas empresas que han sido reactivas a la pandemia y sienten que pierden competitividad aún están a tiempo para gestionar el cambio que las haga volver al redil de la competitividad.
Esta es una estrategia a largo plazo, de profundo cambio organizacional y que parte con un cambio de mentalidad, evidentemente, de su propia dirección y plana ejecutiva. Es un reformateo mental y, luego, una comprensión de que la adopción digital implica una intervención en todos los niveles de la organización. Cada área de la empresa debe trabajar de manera integrada con las otras, teniendo en la mira la satisfacción del cliente como el gran objetivo a cumplir.
LA MAGIA DE LAS SOLUCIONES INTEGRADAS
Si un consumidor ingresa en un sitio web y compra un producto, y este no llega en los plazos establecidos o lo hace en malas condiciones, la venta en línea habrá sido solo una promesa con altos costos para el negocio y, sobre todo, una mala experiencia para el cliente. El comercio electrónico es mucho más que un sitio web, redes sociales, estar en un marketplace y ofrecer un sencillo botón de pago fácil de utilizar. Se requiere de administración e integración con proveedores y cadena logística, operación del centro de distribución, gestión de despacho y devoluciones, todo bien cruzado con IA y machine learning (ML). Todo lo anterior debe ser digitalizado a través de soluciones integradas y que permitan ver el proceso end-to-end. Una buena noticia es que la adopción de este tipo de plataforma tecnológica es algo rápido y fácil de hacer.
Y a lo anterior se suman solo beneficios: una cadena de tiendas de variedades de origen holandés y presencia en ocho países, con el uso de algoritmos de IA/ML logró alzas de 30 por ciento en la precisión del pronóstico, y alcanzó beneficios como mejor disponibilidad de productos, baja en ventas perdidas, rebajas más efectivas y menos inventario obsoleto en non-food que tiene riesgo de convertirse en merma. Por su parte, a Morrisons —gran cadena de supermercados del Reino Unido— se le reconoció por cómo respondió al comienzo de la pandemia según lo que indicaban los algoritmos, pues en dos y tres semanas sus góndolas estaban bien abastecidas en comparación con el vacío de productos que mostraba su competencia. Un prestigioso medio inglés se refirió a esta empresa como “una máquina logística bien pulida, algo sustancial en una cadena responsable de alimentar a la nación”.
La digitalización ofrece demasiadas oportunidades de crecimiento en todos los ámbitos, sectores, regiones y cualquier tipo de empresa. Esta conlleva la mejora de los procesos que aumentan la eficacia y reducen los costos. También se visualiza que, en los próximos años, la mitad de los ingresos de las empresas procedan de cualquier actividad digital. Se trata de mucho más que simplemente seguir una nueva tendencia tecnológica.
Hace años existen modelos que apuntan a mejorar la “experiencia del cliente” y que integran conceptos como el “viaje del cliente” y “omnicanalidad”; mientras, por otro lado, solo hace unos días se da a conocer un acuerdo de Walmart con Zipline para el uso de drones de corto y mediano alcance para la entrega de paquetes de máximo 36 kilos, y que llegan en paracaídas a su destino (trabajo experimental en Arkansas). Puede que su empresa no esté en algo tan vanguardista, pero para permanecer en el mercado es clave tomar decisiones en una logística acabada, un trabajo fino de la última milla, en donde la inteligencia artificial se asoma como esencial para aquellos que quieren mantenerse competitivos y subirse al tren de la transformación digital.
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Jorge Sánchez es VP Latinoamérica de Blue Yonder.