Representará a México en los Juegos Olímpicos de Tokio. Durante la pandemia no ha desistido y ha continuado entrenando con mucho tesón.
A sus 23 años de edad, José Gerardo Ulloa Arévalo ha hecho historia al convertirse en el primer ciclista mexicano en ubicarse en la sexta posición en una Copa del Mundo, lo cual sucedió en 2019. Además, tiene ya un lugar ganado en el equipo que representará a México en los Juegos Olímpicos de Tokio, los cuales fueron pospuestos para julio de 2021 a causa del coronavirus.
El joven practica el ciclismo desde los tres años, y con los años y el arduo entrenamiento se convirtió en un ciclista profesional de carretera y montaña. Ello le ha valido ser campeón en los Juegos Panamericanos 2019 y campeón en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018, así como campeón de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2014.
“El ciclismo es mi profesión y significa todo lo que hago en este momento. Llevo 20 años entrenando. Me subí por primera vez a una bicicleta a los tres años y nunca imaginé que iba a lograr todo lo que ahora tengo.
“Al principio lo hice porque me gustaba salir los domingos con la familia y los amigos a convivir en medio de la naturaleza y el bosque. En ese momento ya disfrutaba mucho de las competencias que hacíamos. Al paso de los años fui tomando un poco más en serio el deporte y me fui preparando cada vez más. Siempre con mucha dedicación. Me inscribí en competencias, poco a poco pasé de ganar a escala nacional para llegar a lo internacional”, explica Ulloa en entrevista con Newsweek México.
El ciclista actualmente forma parte del Proyecto de Alto Rendimiento (PAR), que consiste en un programa de detección, desarrollo y consolidación de ciclistas de alto rendimiento proyectado hacia los Juegos Olímpicos de Tokio 2020-21, París 2024 y los Juegos Olímpicos de la Juventud Dakar 2022, el cual ha sido aprobado, por dos años consecutivos (2019 y 2020), por el programa de Estímulo Fiscal al Deporte de Alto Rendimiento (Efideporte).
Durante 2019, con la aprobación del Efideporte, el programa sumó a sus éxitos los históricos sexto y octavo puestos de Gerardo Ulloa en la Copa del Mundo de la UCI de ciclismo de montaña, así como el obtener su boleto de entrada a los Juegos Olímpicos de Tokio.
LA PANDEMIA Y EL PASE OLÍMPICO
Gerardo Ulloa entrena hasta por 30 horas semanales, pero puede reducir el tiempo a 16 dependiendo de si se encuentra en etapa competitiva o no. “Durante una competencia se requiere que sean [entrenamientos] más cortos, más específicos, pero más explosivos, con mejores arranques y mayor fuerza”, comenta.
Un día de entrenamiento largo comienza a las siete de la mañana. Después de un café y una cucharada de aceite de coco, Gerardo sale a rodar hasta por siete horas consecutivas para después tomar un desayuno completo y recuperar los líquidos perdidos.
En otros casos, primero desayuna y sale un poco más tarde, y después de algunas horas también realiza ejercicios de estiramiento, seguido de una alimentación con carbohidratos, descanso y una serie de sentadillas para enfocar toda la fuerza que se necesita en la montaña y que solo puede conseguirse con esos ejercicios.
Durante la pandemia no ha desistido y ha continuado entrenando. Aunque ha modificado su rutina, poco a poco retoma los tiempos y las formas de entrenamiento regulares.
“El pase a las Olimpiadas [de Tokio] está asegurado, pero entrenarse por varios años para ese momento y ver los juegos interrumpidos por la pandemia sí pesa. No obstante, en lo personal creo que es un año de ventaja, de aprendizaje, de crecer mental y físicamente. Veo el tiempo como un beneficio”.
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El ciclista de montaña explica que obtener el pase a las Olimpiadas ha significado un largo trabajo y señala que sus bases principales han sido la disciplina y la dedicación que ha tenido para conseguir las mejores condiciones, lo que lo llevó al campeonato Panamericano, donde obtuvo el pase a las Olimpiadas.
“Día tras día entrené para mejorar cada vez más y detrás de esto también está el apoyo de mi entrenador, del equipo multidisciplinario y de todos aquellos que me han apoyado y creen en mí, además del programa en el que estoy, que es pieza importante para lograr este crecimiento.
“Todos estos elementos me ayudaron a llegar en condiciones óptimas y ganar el pase. Es preciso mencionar que era la única oportunidad que teníamos. Era un solo evento y era en México. Esto también ayudó porque había mayor fuerza mental, las porras de todos los mexicanos fue una parte muy importante”, agrega el ciclista.
Ulloa añade sentirse orgulloso de haber conseguido un lugar en las Olimpiadas: “Estoy feliz de poder hacerlo por mí, por mis padres, por mi país y por toda la gente que cree en mí y apoya el ciclismo. Muy feliz de ser parte de la selección que podrá ir a los juegos olímpicos y esperamos que todo salga bien”.
LAS CAÍDAS Y LOS SACRIFICIOS
A lo largo de los 20 años de practicar el ciclismo, Gerardo Ulloa ha tenido obstáculos que no han mermado su ánimo y concentración en su profesión. En diversas ocasiones, por ejemplo, se quedó fuera de competencias importantes por falta de recursos.
Sin embargo, el joven no se ha detenido a pensar en esto y ha continuado con sus entrenamientos. “Nunca presto atención a esas cosas y siempre me enfoco y continúo en busca de mis objetivos”.
El ciclismo profesional también le ha implicado sacrificios, pues, según comenta, principalmente ha dejado de lado las convivencias con su familia y amigos por el entrenamiento y las competencias en otras regiones.
“Pero debo decir que lo que se gana al estar arriba de la bicicleta también lo compensa, conoces a muchas personas, visitas países, alcanzar un triunfo en las competencias es algo importante”.
Sin embargo, reconoce, para ganar también ha padecido las caídas. “Los que nos dedicamos a esta profesión tenemos claro que solo hay dos tipos de ciclistas: los que ya se cayeron y los que se van a caer. Entonces siempre habrá caídas”.
“En cuanto a lesiones, solamente he tenido dos. En una copa del mundo me dañé la muñeca al caer en un jardín de rocas y estuve aproximadamente un mes y medio sin usar la bicicleta y, posteriormente, tuve un desgarre mínimo en la pierna derecha. Han sido las únicas lesiones que he tenido, de ahí en fuera todo ha ido muy bien.
“Soy muy conservador en las competencias, nunca me he arriesgado de más. Ni en el entrenamiento ni en las competencias, siempre estoy enfocado en lo que puedo y debo hacer”, añade Ulloa.
EUROPA Y LAS COPAS DEL MUNDO
A finales de septiembre y en las primeras semanas de octubre se llevarán a cabo dos de las competencias más importantes del mundo. La primera será en República Checa y la segunda será el campeonato del mundo, en Austria.
Por ello, el ciclista mexicano no ha perdido la constancia y la disciplina. Asegura que se siente preparado y confía en que el entrenamiento que ha tenido durante todo lo que va de 2020 rinda frutos. “Aunque no he dejado la bicicleta, actualmente he entrenado un poco más con muchísimas ganas de correr después de tantos meses sin competir”.
El joven deportista, que inició su carrera de manera profesional en 2016 al entrar en un equipo de ciclismo y comenzar a tener un ingreso por ello, asegura que nunca ha pensado en abandonar lo que hace. Ello porque, explica, ha sido importante a lo largo de su vida sentir el cansancio y la adrenalina que produce estar arriba de una bicicleta.
Desde la visión de Gerardo Ulloa, en México el ciclismo no es un deporte que tenga muchos simpatizantes. Por ahora, le da gusto que en medio de las tragedias que ha dejado la pandemia, la gente haya comenzado a usar las bicicletas. Porque, piensa, esto podría dar un impulso al ciclismo en general.
“En México se tiene la idea de que el deporte debe de dar resultados de un día para otro o se prefiere entrenar al deportista que ya tiene experiencia. Pero nadie o casi nadie se ha fijado en los niños, en quienes se debería crear el interés en el deporte y comenzar a formarlos como sí sucede en otros países.
“Sin embargo, sí se ha avanzado, ya que se ha conocido un poco más del ciclismo y muchas veces por la promoción que puede haber, como las entrevistas, eso hace que la gente se interese al saber que México tiene representantes en este deporte, que hay gente que lucha por dejar en alto el nombre de nuestro país. Aun con dificultades se puede lograr lo que nos proponemos, siempre y cuando tengamos las ganas de hacerlo porque eso también hace una diferencia”.
El ciclista recomienda que se creen escuelas con deportistas de entre 11 y 12 años de edad para que vayan teniendo un entrenamiento profesional y que cuando tengan 20 años sean talentos del país. Ulloa considera que hace falta una estructura para comenzar a guiar a los niños en el ciclismo y después se pueda llevar a ese talento fuera de México, a las grandes competencias.