Perros y gatos han tenido cambios en su genética, fisiología y fisionomía que les permiten adaptarse a las circunstancias domésticas.
LA CRISIS SANITARIA que estamos viviendo, donde el aislamiento es prácticamente obligatorio y experimentamos el distanciamiento social, sin duda ha sido una experiencia difícil para todos.
De pronto perdemos nuestra libertad y, con ella, nuestras rutinas habituales, sobre todo aquellas que tienen que ver con salir de casa como pasear, visitar lugares diferentes o reunirnos con familiares y amigos. Por supuesto, esta situación trae consigo una potente carga de sentimientos y emociones como frustración, ansiedad, estrés, aburrimiento, tristeza y soledad.
Por ello, compartir el día a día con una mascota se ha convertido en un gran regalo terapéutico para hacer frente al confinamiento. Lamentablemente, existen personas que buscan domesticar animales salvajes como “mascotas”.
Te puede interesar: Las actividades humanas están acelerando la extinción masiva de los animales, advierte estudio
Una de las muchas razones por las que las personas no deberían considerar animales salvajes para tenerlos en un ambiente doméstico es porque privarlos de su libertad conlleva a que experimenten sentimientos y emociones similares a los de un ser humano. Ellos tienen conductas que pueden desarrollar en su hábitat natural al andar, correr, explorar, las cuales les será imposible desarrollar al estar en un lugar confinado donde no hay los suficientes estímulos ni enriquecimiento. Esto les generará frustración, ansiedad y estrés que, dada su naturaleza libre, pueden desencadenar en comportamientos agresivos, lo que pondría en riesgo no solo su bienestar, sino también el nuestro.
Los animales salvajes con un nivel de estrés muy elevado también pueden llegar a una etapa de congelamiento en la cual dejen de comer y comiencen a permanecer postrados, lo que hablaría de una depresión profunda. Existe una alta probabilidad de que en confinamiento presenten desnutrición debido a que nunca podremos ofrecerles las condiciones características de su ambiente natural y que les son indispensables para su bienestar.
Para algunas personas puede resultar muy atractivo tener una mascota salvaje, sin embargo, debemos saber que estos animales pertenecen a la libertad, a su hábitat natural, y que estaríamos comprometiendo aún más su bienestar al no encontrar a un especialista que pueda tratarlo en los casos de desnutrición u otras patologías o enfermedades.
Lee: Alerta científica: virus de animales, cada vez más frecuentes en humanos
Además, por lo general, estos animales se compran de manera ilegal. Esto nos habla de que muy probablemente varios especímenes murieron para que alguien pueda obtener tan solo un ejemplar, lo que resulta delicado sobre todo en el caso de especies en peligro de extinción.
Todo lo contario, los animales domésticos, principalmente los perros y gatos, han tenido cambios en su genética, fisiología y fisionomía a lo largo de varias generaciones que les permiten adaptarse mucho mejor a las circunstancias domésticas. Ven al humano como una fuente de recursos, protección, cobijo, alimento, cuidado y compañía. ¡No es para menos! Los seres humanos hemos llegado a solucionar muy bien todos estos aspectos, a lo que ellos corresponden con cariño y lealtad incondicional.
Al igual que sucede con las personas, cuando un animal de compañía convive con nosotros, secreta serotonina (conocida como la hormona de la felicidad), experimentando sensaciones de relajación, bienestar y placer. Esto demuestra que en realidad sí existe un vínculo afectivo en ambos sentidos, lo que los hace ideales como mascotas. No solo nosotros los queremos como un miembro de nuestra familia, ¡el sentimiento es recíproco!
En la actualidad también existen algunas especies de animales exóticos que pueden convivir con humanos, como los hurones, chinchillas, algunos tipos de reptiles (iguanas, tortugas y serpientes no venenosas) e insectos (alacranes y tarántulas). Siempre y cuando sean criados de manera controlada, con todos los permisos que se requieren para ello y puedan adquirirse de manera legal.
En conclusión, los animales salvajes deben permanecer salvajes. En lo que a los animales domésticos respecta, seamos dueños responsables brindándoles una alimentación adecuada, salud preventiva, seguridad, higiene, un espacio conveniente, respeto y amor para que sean mascotas sanas, seguras y felices.
—∞—
Esther Charles es médica veterinaria zootecnista, especialista en comportamiento, nutrición, medicina preventiva y bienestar de mascotas en Mars Pet Nutrition México y especialista del programa Ciudad para las Mascotas.