Las inyecciones de nanopartículas en el cerebro humano revertirían los síntomas de párkinson de una manera menos invasiva que los tratamientos existentes, además de reducir efectos secundarios como la ansiedad, el deterioro cognitivo y la depresión, según un estudio.
Un grupo de investigadores de China demostró que las inyecciones de nanopartículas en el cerebro de ratones —y su activación con láser— pueden reducir los síntomas característicos de la enfermedad relacionados con el movimiento.
De acuerdo con la Clínica Mayo, la enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios. Los síntomas aparecen lentamente. El primero puede ser un temblor apenas perceptible en una sola mano. En México, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía estima una prevalencia de 50 casos nuevos por cada 100,000 habitantes al año.
En los pacientes con enfermedad de Parkinson, una proteína llamada “α-sinucleína”, que normalmente participa en la regulación de los neurotransmisores, se deforma y se aglutina en estructuras similares a filamentos llamadas fibrillas y masas más grandes conocidas como cuerpos de Lewy.
Estas acumulaciones anormales alteran el funcionamiento de las células cerebrales y conducen a la degeneración y, en última instancia, a la muerte de las neuronas que producen el neurotransmisor dopamina, que interviene en el movimiento, la memoria y la motivación.
Para combatir esto, existe un tratamiento común, la “estimulación cerebral profunda”, en el que se implantan electrodos en regiones específicas del cerebro. Estos implantes se utilizan para enviar impulsos eléctricos al cerebro y ayudar a modular la actividad de las neuronas.
NANOPARTÍCULAS: LAS ALTERNATIVAS MENOS INVASIVAS CONTRA EL PÁRKINSON
Sin embargo, el problema con la estimulación cerebral profunda basada en electrodos es que es inherentemente invasiva; debido a esto, puede causar deterioro cognitivo y alteraciones emocionales como ansiedad y depresión.
En los últimos años se han desarrollado alternativas menos invasivas, entre ellas la “estimulación transcraneal con corriente directa” (en la que se aplica una corriente al cuero cabelludo) y la “estimulación magnética transcraneal” (en la que se utilizan campos magnéticos). Sin embargo, estos métodos están limitados por su capacidad de penetración en el cerebro y por una resolución espacial limitada.
Para abordar estas limitaciones, la profesora Chunying Chen del Centro Nacional de Nanociencia y Tecnología de China y sus colegas desarrollaron una forma de estimulación cerebral directa sin implantes basada en nanopartículas que se activan mediante pulsos de láser de infrarrojo cercano.
Cada nanocapa tiene tres componentes principales: una nanocapa central de oro y, a partir de ella, un conjunto de brazos de “orientación” y “degradación”.
Estos últimos permiten que las nanopartículas se unan a las fibrillas dañinas de α-sinucleína y las destruyan, mientras que los primeros se dirigen específicamente a un receptor sensible a la temperatura en las neuronas productoras de dopamina que a su vez son estimuladas por las nanocapas de oro, que traducen la luz del láser en calor.
En experimentos con ratones con enfermedad de Parkinson, los investigadores descubrieron que las nanopartículas activadas por láser restauraron la red de neuronas productoras de dopamina de los roedores, mejorando sus funciones motoras en el proceso. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)