Los microplásticos, diminutos fragmentos de plástico de menos de cinco milímetros de diámetro, han invadido casi todos los aspectos de la vida moderna. Desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que consumimos, están presentes en todas partes y son casi imposibles de evitar.

Según investigaciones recientes, estos contaminantes están vinculados a riesgos graves para la salud, como enfermedades cardíacas y trastornos pulmonares. Aunque evitarlos por completo es poco realista, expertos han compartido con Newsweek pasos prácticos para minimizar la exposición.

¿Qué son los microplásticos?

Los microplásticos son partículas plásticas resultantes de la descomposición de materiales plásticos más grandes. Se desprenden de objetos cotidianos como envases, ropa sintética, neumáticos de vehículos e incluso tablas de cocina.

“Los microplásticos están en todas partes, incluidos los alimentos que comemos, el agua que bebemos y el aire que respiramos“, explicó Abby Langer, dietista registrada, en entrevista con Newsweek. Su tamaño diminuto facilita que sean inhalados o ingeridos, lo que genera preocupaciones sobre su impacto en el cuerpo humano.

Las investigaciones iniciales destacan riesgos significativos. Los microplásticos contienen aditivos químicos como Bisfenol A (BPA), ftalatos y cloruro de polivinilo (PVC), sustancias que, según los expertos, pueden alterar las hormonas, afectar la reproducción y aumentar el riesgo de cáncer. Además, un estudio reciente sugiere que los microplásticos podrían elevar el riesgo de accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.

Alimentos con mayor contenido de microplásticos

Un estudio de PlasticList identificó alimentos con altos niveles de químicos relacionados con plásticos, como los ftalatos. Incluso los productos etiquetados como orgánicos pueden contener microplásticos. Algunos de los principales alimentos contaminados son:

• Agua embotellada: Presenta altos niveles de contaminación por microplásticos.
• Comida rápida: Productos como nuggets de pollo y hamburguesas de cadenas como McDonald’s y Burger King.
• Lácteos procesados: Quesos como el mozzarella en tiras.
• Mariscos: Como el salmón ahumado, debido a aguas contaminadas.
• Alimentos básicos: Arroz y sal.

Cómo reducir los microplásticos en los alimentos

Aunque eliminarlos por completo no es posible, estos consejos pueden ayudarte a minimizar su presencia en tu dieta:

1. Reduce el contacto con plásticos
Evita almacenar alimentos en plásticos y opta por materiales como vidrio o acero inoxidable. “La forma más efectiva de reducir la exposición es evitar usar plásticos tanto como sea posible”, aconsejó Langer.

2. Evita calentar comida en plástico
Calentar alimentos en recipientes plásticos acelera la liberación de partículas dañinas. “El calor provoca que los plásticos liberen químicos en los alimentos”, advirtió Adam James Pollock, autor de libros de cocina.

3. Filtra el agua
Beber agua del grifo filtrada puede disminuir la cantidad de microplásticos ingeridos. “Filtrar el agua es una manera sencilla de evitar estas partículas”, afirmó Pollock.

4. Prioriza alimentos orgánicos y menos procesados
Consumir alimentos orgánicos y mínimamente procesados reduce la exposición. “Los alimentos procesados y los pescados suelen tener mayores concentraciones de microplásticos”, explicó Langer.

Cómo ayudar a tu cuerpo a eliminar microplásticos

Aunque eliminarlos completamente del cuerpo es difícil, puedes respaldar los procesos de desintoxicación naturales con:

• Hidratación: Beber suficiente agua para eliminar toxinas.
• Alimentos ricos en fibra: Favorecen la digestión y la eliminación de desechos.
• Ejercicio regular: Mejora la circulación y desintoxicación.
• Apoyo al hígado: Incluye alimentos como vegetales de hoja verde y cúrcuma.

“Es inevitable ingerir microplásticos hoy en día”, señaló Pollock, “pero reducir el contacto con plásticos puede marcar una gran diferencia”.

El futuro de los microplásticos y la regulación

Más allá de los cambios personales, los expertos coinciden en que las soluciones a nivel industrial son esenciales. Políticas como la prohibición de bolsas plásticas de un solo uso y microesferas han ayudado, pero se necesitan regulaciones más amplias sobre la producción y gestión de plásticos.

“Es crucial que las personas sean conscientes de los microplásticos y cómo evitarlos”, enfatizó Langer. “La legislación para reducir la producción de plásticos y promover alternativas biodegradables es fundamental”.

Pollock añadió: “Apoyar leyes y votar por candidatos que prioricen la reducción del uso de plásticos son pasos importantes que todos podemos dar”.

Adopta estas prácticas y forma parte de la solución para combatir el impacto de los microplásticos en nuestra salud y en el medio ambiente. N

(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)

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