El gobierno de Donald Trump mantiene en hoteles a niños migrantes detenidos, a veces por semanas, antes de deportarlos a sus países de origen, según una investigación de la agencia de noticias The Associated Press.
De acuerdo con la información obtenida por AP, un contratista privado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), lleva a los niños, hasta de un año de edad, a tres hoteles de la cadena Hampton Inn & Suites en Arizona y en la frontera entre Texas y México, donde los detienen durante varios días.
Las leyes federales contra la trata en Estados Unidos, así como un acuerdo judicial que guía el tratamiento de los niños migrantes, precisa que la mayoría de los infantes sean enviados a refugios.
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Sin embargo, estos hoteles localizados en Phoenix, McCallen y El Paso, han sido utilizados casi 200 veces, mientras que hay más de 10 mil camas vacías en los refugios federales, según los datos recabados por la agencia.
La administración de Trump ha ignorado también esas reglas y legislaciones al expulsar de manera inmediata a todas aquellas personas que buscan asilo en el país, bajo cuestiones de salud pública.
Los abogados y defensores de los migrantes dicen que esta acción expone a los niños a un trauma, al estar detenidos en sitios que no fueron diseñados para eso y ser atendidos por personal con referencias poco claras.
AP reporta que ICE se negó a responder sus preguntas y solamente dijo que los contratistas son “especialistas en transporte” que “están capacitados para trabajar con menores y garantizar que se cumpla con el acuerdo judicial”.
De acuerdo con reportes de diversas organizaciones y representantes legales citados por BBC, algunos menores de edad han sido deportados en plena madrugada y sin que sus guardianes legales fuesen notificados, en acciones que han forzado a abogados a introducir demandas y mociones urgentes ante tribunales para detener las deportaciones.
Otros cientos de menores de edad han sido expulsados en cuestión de horas o días de la frontera de Estados Unidos, sin posibilidad de solicitar la protección de asilo ni de pedir ayuda legal. Se sabe que al menos 2,000 niños han sido expulsados desde marzo.