Los estudiantes de secundaria de Pekín y Shanghái volvieron este lunes a clase tras cuatro meses de vacaciones por la pandemia de coronavirus, en medio de grandes medidas de seguridad, con mascarillas y controles de temperatura.
“Estoy contenta, hacía demasiado tiempo que no había visto a mis compañeros de clase”, explica con una sonrisa Hang Huan, de 18 años, frente al centro de secundaria Chenjinglun, en el este de la capital china.
“Les echaba mucho de menos”, explica a la AFP llevando una mascarilla y ropa deportiva que le sirve de uniforme, la misma que sus compañeros.
China, el primer país afectado por el coronavirus, cerró todas sus escuelas a finales de enero antes del Año Nuevo lunar y desde entonces las clases eran por internet.
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Las provincias poco pobladas de Qinghai (noroeste) y Guizhou (suroeste) fueron las primeras en marzo a organizar progresivamente la vuelta a clase.
En Pekín solo los estudiantes de último año de secundaria fueron autorizados a volver a clase este lunes para preparar el ‘gaokao’, el examen de entrada a la universidad, el más importante de la enseñanza china.
En Shanghái los alumnos del ciclo de secundaria inferior también retomaron las clases.
China logró contener la propagación del virus, que oficialmente dejó 4,633 muertos en el país. Pero ahora teme una segunda ola de contaminación con los casos “importados”, en su mayoría de chinos que vuelven al país.
El miedo al virus sigue presente, también en Pekín, a pesar de que todas las personas que llegan a la ciudad tienen que cumplir una cuarentena de 14 días.
Sin abrazos
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En la entrada del instituto de secundaria Chenjinglun, un empleado limpia la acera con desinfectante.
Para mantener la distancia la vuelta a clase se hace en pequeños grupos y “sin abrazos”, lamenta Xiao Shuhan, un chico con ropa deportiva blanca y una camiseta negra.
Los alumnos tienen que pasar por una tienda de desinfección, con personal vestido con traje integral de protección.
“Traje máscaras dentro de bolsas de basura y desinfectante”, explica Meng Xianghao, un estudiante que este lunes volvió a ir en metro por primera vez en meses.
Según el ministerio de Educación todos los estudiantes del país tienen que tomarse la temperatura.
En las imágenes publicadas por el Periódico de Pekín, los estudiantes están en clases separados unos de otros y llevan mascarilla.
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En la red social Weibo, un vídeo grabado en Hanghzou (este) muestra a estudiantes con unos extraños sombreros con antenas que en teoría sirven para que respeten una distancia de un metro con sus camaradas.
Motivarse para estudiar
En Shanghái, algunos institutos instalaron salas especiales para aislar a los alumnos que tienen “temperaturas anormales”, asegura el ministerio.
En la escuela privada Huayu, en el centro de la ciudad más grande de China, los alumnos se mantienen a distancia y todos llevan mascarilla, vieron periodistas de la AFP.
Al clima especial de la vuelta a clase, se suma la ansiedad de una larga ausencia de clase y la presión del ‘gaokao’, el examen de entrada en la universidad.
En casa “había que motivarse para estudiar”, dice Wang Yuchen, un estudiante de 17 años.
La fecha de este temido examen fue aplazada excepcionalmente un mes, a principios de julio, a causa de la pandemia.
La mayoría de escuelas primarias y de universidades de China siguen cerradas.
El ministerio de Sanidad recomendó el sábado limitar a 2:30 al día las clases en internet para proteger la vista de los más jóvenes “y no más de 20 minutos seguidos”.
“En casa era difícil estar todo el día delante del ordenador y no era bueno para el aprendizaje”, asegura Hang Huan.