Una enfermera pediátrica ha publicado una desagradable ilustración de un exudado nasofaríngeo para detectar el COVID-19, la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus; dicha ilustración ha sido compartida más de 50,000 veces.
La ilustración muestra cómo el personal médico realiza el exudado nasofaríngeo estándar para detectar la enfermedad, que se utiliza para recoger material genético.
“La prueba que se muestra es un exudado nasofaríngeo. En ella, se utiliza un pequeño hisopo flocado, montado en un bastón de plástico flexible para obtener una muestra de la nasofaringe posterior”, declaró a Newsweek Wesley Long, microbiólogo del Hospital Metodista de Houston.
El término “nasofaringe” se refiere a la parte posterior de la nariz, donde se une con la garganta. Es en esa zona donde hay más probabilidades de detectar el virus.
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“Aunque parece desagradable, en realidad, si se hace adecuadamente, no debería causar dolor, y de hecho, una persona puede seguir respirando, e incluso hablar mientras se realiza el exudado”, señaló.
Una vez que se ha obtenido el material genético de la nasofaringe, se analiza para determinar si está presente el nuevo coronavirus, conocido como SARS-CoV-2.
“El hisopo se coloca en un caldo que conserva y favorece la proliferación del virus, y posteriormente se realizan pruebas en ese caldo para detectar directamente el ARN del virus”, declaró a Newsweek Luis Ostrosky, catedrático de enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina McGovern de UTHealth en Houston.
“La obtención de la muestra toma dos minutos. Las pruebas genéticas del caldo toman tan solo 45 minutos en las máquinas más recientes, que realizan pruebas de una sola persona, o cuatro horas en las máquinas más grandes que realizan varias pruebas al mismo tiempo”.
“Actualmente, estos exudados son la [prueba para detectar el COVID-19] más confiable, y son mejores que los exudados orales. Sin embargo, en los pacientes que arrojan flemas o en aquellos que están intubados, preferimos obtener muestras de los pulmones. El exudado nasofaríngeo es la mejor prueba si el paciente no está intubado”, dijo.
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Otros de los exudados para el COVID-19 que ya han sido aprobados por los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos son el orofaríngeo (en el que se obtienen muestras de la garganta a través de la boca) y el de las narinas (ventanas nasales), aunque el nasofaríngeo es el más efectivo.
“La eficacia de estas pruebas depende del volumen de partículas virales detectadas, por lo que puede verse reducida por las distintas etapas de infección, en las que la carga viral es más baja o más alta”, declaró a Newsweek Joshua Moon, Becario de Investigación en Métodos de Investigación en Sostenibilidad de la Unidad de Investigación en Políticas de la Ciencia de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de Sussex, en el Reino Unido.
“También se verá afectada por la técnica de exudado, ya que los exudados orofaríngeos y de las narinas probablemente recogerán menos partículas virales debido a que el COVID infecta a la nasofaringe y al tracto respiratorio superior, por lo que podrían ser menos efectivas para detectar casos”, dijo.
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De acuerdo con Moon, la realización de pruebas es muy importante para que las autoridades determinen quién está infectado COVID-19 y quién no.
“Es importante señalar que si solo hacemos pruebas a los casos más críticos, únicamente obtenemos una imagen parcial del número de personas infectadas”, afirmó. “Al saber quién está infectado y quién no, podremos aislar los casos y a sus contactos, al tiempo que permitimos que las demás personas se muevan libremente por el país y acudan a trabajar. Por ello, la realización de pruebas es totalmente clave para reducir el encierro que tenemos actualmente; de otra manera, los casos sin detectar infectarán a otras personas y el ciclo continuará”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek