El miedo ha aplicado el freno y el mundo reduce la marcha. Los restaurantes están vacíos, las tiendas otro tanto, y no se diga la venta de artículos suntuarios. El supermercado rebosa ante el encierro forzoso y los proveedores a domicilio ven sus ventas crecer. Hay que trabajar en casa o dejar de ir a trabajar.
Las actividades sociales y laborales se reducen al mínimo y la perversa relación entre economía y ecología registra el cambio. Cuando la economía languidece, la ecología florece. Los índices de contaminación se han reducido drásticamente. Lamentablemente lo mismo ha sucedido con la generación de riqueza.
En nuestro artículo anterior, “Los ocho cuartos de una tormenta perfecta”, hablamos de las macrovariables que amenazaban a la economía nacional. Hoy quiero ocuparme de los escenarios que, para usted que vive de su trabajo, o para mí que vivo de su lectura, nos deparan el futuro inmediato y mediato.
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El problema real no es el número de muertes, pues la estadística es muy variable. Alemania, por ejemplo, tiene un 0.1 por ciento de los casos reportados que han derivado en muertes, es decir, 1 de cada 1,000. Italia en cambio tiene un 8 por ciento, es decir, 80 de 1,000, y ese es el problema medular. Alemania tuvo capacidad para dar una atención médica de excelencia a sus enfermos y las defunciones fueron muy pocas. En el caso de Italia, los servicios de salud fueron rebasados por la epidemia. De pronto, fueron insuficientes las camas de cuidados intensivos y los respiradores mecánicos y con esto murieron muchos enfermos que con tratamiento adecuado se hubieran salvado.
Ese es el problema real, la falta de instalaciones adecuadas para tratar el problema, y eso es lo que el gobierno mexicano está tratando de evitar con el aislamiento social y laboral.
Pero eso nos deja a nosotros en casa. Quienes podemos trabajar dentro de ella libramos la contingencia, quienes no, se encontrarán en una situación económica complicada. Para librarla aquí van algunas sugerencias.
Haga un análisis de los escenarios que se pueden presentar en su caso. Ojo, los escenarios pueden variar, así que contemple escenarios optimistas, pesimistas e intermedios; prepárese para los peores y busque alternativas para solucionar los problemas en el camino. Atienda las soluciones antes de que sean urgentes.
Por ejemplo: si tiene créditos que venzan en el corto o el mediano plazo, llame a sus acreedores y vea qué puede negociar en cuanto al pago para conservar tanto su liquidez como su crédito.
Si le deben dinero procure cobrar lo más que pueda, pero no sea intransigente, busque la negociación que le permita cobrar quizás antes, quizá después, pero cobrar, al fin y al cabo.
Si por alguna razón no le pueden pagar, negocie a cambio la firma de un documento en el que su deudor reconozca la deuda y los términos de la negociación. Recuerde que, en cuestiones de dinero, la clave es adelantarse y negociar algo prudente para ambas partes. Considere que, por lo menos durante un par de meses, la situación de encierro se mantendrá y puede prolongarse. Si tiene empleados procure mantenerlos a su lado. Las empresas están en una situación delicada, pues por un lado la llave de los ingresos se ha cerrado y no hay para pagar la nómina. Ante esto, Aeroméxico redujo el salario y los viáticos de sus pilotos en un 50 por ciento y ellos aceptaron. El líder sindical dijo: “La determinación con la que negociamos mejoras salariales es la misma con la que vamos a apoyar a la empresa”. Esto resolvió uno de los frentes para la aerolínea, pero aún quedan varios y las demás empresas ven problemas parecidos.
OTROS ESCENARIOS
En cuanto al escenario epidemiológico que enfrentamos, nuestro grado de incertidumbre es alto, pero podemos imaginar escenarios.
El optimista supone que a una enfermedad del sistema respiratorio el calor no la favorece, por lo que el contagio será lento y manejable. Para que esto suceda se requieren varios supuestos: el primero, un control sanitario estricto con muestreos generalizados, que no existe en el país. Se han implementado cuestionarios clínicos por internet y telefónicos para quienes presenten síntomas, y esto da una idea del crecimiento de la viremia, pero no se puede concluir nada, pues no existe la evidencia de una prueba clínica. Las pruebas clínicas se aplican, en estos momentos, a los pacientes con síntomas agudos de la enfermedad. Esto deja fuera a una gran cantidad de pacientes.
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Sin embargo, hay buenas noticias, estas son que China y Corea han controlado la pandemia y los nuevos casos se han reducido drásticamente; el sistema médico en India ha tratado a los pacientes graves con éxito utilizando una combinación de antivirales que comprenden el ritonavir, oceltamivir, lopinavir, azitromicina y cloroquina1; se está aplicando un protocolo de tratamiento en Nueva York con azitromicina y cloroquina. La urbe experimenta un brote exagerado de la viremia y el protocolo ya fue aprobado por la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés)2; las investigaciones en torno a la vacuna ya están comenzando las pruebas en humanos, hay nuevas pruebas de diagnóstico cuyo resultado no demora más de una hora. Todo esto permite suponer en el corto plazo un tratamiento efectivo que desahogue los hospitales y una espera de dos a tres meses. Este es el supuesto optimista.
El escenario pesimista lo define un video filmado por el periódico The New York Times, que al ritmo de “La Cumparsita” expone en pantalla la situación en las calles de Ciudad de México y entrevista al Dr. Francisco Moreno, del Hospital Inglés, quien expresa su opinión al respecto.
Según el doctor, la situación será peor que la de Italia y adelanta que atestiguaremos la explosión de la viremia en las próximas semanas. Luego se muestran las declaraciones del presidente López Obrador, y las enfrentan con datos duros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Al hacerlo, los datos de AMLO salen mal librados. El presidente ha recibido una andanada de críticas internacionales por su conducta. El diario Anzeiger, en Alemania, El Financial Times y The Washington Post, en Estados Unidos, así como muchos otros, lo critican acremente. Su gobierno, conforme escalaron los números, mandó a una gran parte de los empleados a su casa. Solo laboran aquellos cuya función es indispensable.
Ante la situación, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, salió al quite con una declaración que es una perla japonesa3. Dijo el mandatario: “Si ustedes son ricos tienen el riesgo, si ustedes son pobres, no; los pobres estamos inmunes, sale”. Bajo esta premisa, el góber —con una fortuna valuada en 25 millones de pesos4— es pobre y, además, por ese simple hecho es inmune5. La verdad es que ni cómo ayudar al escenario pesimista.
EL GRAN DILEMA
Es cierto que el gobierno se ha atenido a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud; por un lado, no cerró fronteras y, por otro, mantuvo la actividad económica tanto como pudo; pero la ciudadanía redujo sus actividades antes que ellos. Muchas empresas han mandado a sus empleados a trabajar en casa con goce de sueldo. Algunas les han ajustado el salario a sus colaboradores.
El gobierno federal está en un dilema de enormes proporciones. Por un lado, sus ingresos se han reducido y no tiene dinero para implementar una atención de primer mundo. El país cuenta con 5,500 respiradores mecánicos para 130 millones de habitantes (4.5 respiradores por cada 100,000 habitantes); mientras, los estadounidenses cuentan con 160,000 de estos equipos para 327 millones de habitantes (50 respiradores por cada 100,000 habitantes). Si los gringos, que tienen diez veces más respiradores que nosotros, temen ser rebasados por la demanda de estos equipos, es lógico suponer que nuestra necesidad rebasará por mucho la capacidad instalada.
Si nos atenemos a los datos de The New York Times, las muertes por la epidemia pueden llegar al 10 por ciento en México6 y los hospitales estarán saturados primero por los pacientes y, luego, por los propios empleados del hospital que contraerán la enfermedad por la falta de protecciones adecuadas.
Es posible que al final nos quedemos en algún lugar intermedio entre ambos supuestos. Yo me aferro a dos ideas; la primera, que el tratamiento con azitromicina y cloroquina va a resultar, y con ello las muertes por el virus se reducirán drásticamente7; el tratamiento tiene un costo aproximado de 250 pesos por paciente, algo que la 4T podrá pagar sin mucho esfuerzo, y un estudio clínico adecuado permitirá dar tratamiento a los enfermos, lo que evitaría en lo posible la necesidad de la UCI, y cuando esta sea necesaria, abreviará la estancia del paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos. La segunda, que el calor habrá de mitigar si no el contagio, por lo menos la gravedad de los enfermos. Es posible que en un par de meses se reduzca la contingencia. El problema dependerá en gran parte del abasto del medicamento.
Esto tiene un bemol, pues hemos visto que, a la hora de abastecer medicamentos, a los funcionarios de compras se les hace bolas el engrudo.
La próxima quincena veremos con mayor claridad la situación sanitaria que habremos de enfrentar y, con ella, el escenario económico comenzará a definirse. Esa tormenta, la económica, apenas comienza.
VAGÓN DE CABÚS
Ildefonso Guajardo ha puesto en redes un video en el que define con claridad que es momento de estar unidos y de olvidar los intereses políticos. Habrá que enfrentar la realidad en forma solidaria haciendo algunos sacrificios en nuestro tren de vida y apoyando en la medida de lo posible a quienes menos tienen. No dejemos de apoyar con nuestras propinas los servicios de los repartidores o los empacadores en el supermercado o los lavacoches en el estacionamiento. Si va a prescindir de la ayuda doméstica no le corte de tajo el salario. Hoy más que nunca todos necesitamos de todos.
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1. El compuesto es, en realidad, un derivado de la cloroquina, la hidroxicloroquina y tiene una serie de contraindicaciones para pacientes con complicaciones, sobre todo las cardiacas.
2. Este protocolo surge de una modificación al tratamiento reportado por los médicos chinos elaborada por el Dr. Didier Raoult, en Marsella quien, al aplicarlo a 24 pacientes, obtuvo, después de 48 horas, una drástica reducción de la carga viral por coronavirus y, por consiguiente, la mejora de los pacientes.
3. El periodista Raúl Prieto llamaba “perlas japonesas” a las barbaridades dichas o escritas y creó una sección donde las reunía al tiempo que las criticaba.
4. Información de El Universal.
5. Si usted junta un montoncito de 25 millones de pesos y sigue siendo pobre debe ser, por extensión del absurdo, inmune.
6. 10 por ciento es la mortandad en Italia de los pacientes infectados.
7. En este momento hay desabasto de ambos medicamentos en el mercado y esto puede traer un problema muy serio al negar a los enfermos el tratamiento.
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El autor es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias.