Investigaciones realizadas en el exoplaneta K2-18b han revelado que este mundo distante podría albergar las condiciones adecuadas para la existencia de la vida.
El año pasado, el planeta, que se localiza a alrededor de 124 años luz de la Tierra en la denominada “zona habitable” alrededor de su estrella anfitriona, llegó a los titulares cuando los científicos identificaron vapor de agua en su atmósfera, rica en hidrógeno.
Sin embargo, el simple hecho de que haya vapor de agua en la atmósfera del planeta y de que éste se encuentre en la zona habitable, es decir, la región que rodea a una estrella anfitriona en la que las temperaturas pueden ser favorables para que exista agua en forma líquida, no necesariamente significa que será un lugar hospitalario para la vida.
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Un equipo encabezado por Nikku Madhusudhan de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, analizó la masa, el radio y los datos atmosféricos de K2-18b, y encontró que podría ser “potencialmente habitable”, de acuerdo con un estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters.
“Existe una posibilidad razonable de que el planeta albergue un gran océano bajo la atmósfera, con una presión y temperatura similares a las que hay en los océanos de la Tierra”, declaró Madhusudhan a Newsweek.
Hallazgo intrigante
Este hallazgo es particularmente intrigante, dado que el planeta es 2.6 más grande que la Tierra, y tiene una masa 8.6 veces mayor, según los científicos. Algunas personas han indicado previamente que el planeta es más parecido a un “mini Neptuno” que a la Tierra, por estar revestido de una capa de oxígeno por encima de una capa de agua a alta presión y un núcleo interior sólido formado por rocas y hierro.
Si la capa de hidrógeno es demasiado gruesa, la temperatura y la presión en la superficie del agua serían demasiado grandes para que la vida como la conocemos pudiera sobrevivir. Sin embargo, a pesar de su gran tamaño, el equipo descubrió que la capa de hidrógeno podría no ser tan gruesa.
“Esto indica que puede haber condiciones habitables en exoplanetas significativamente más grandes de lo que se suponía previamente, y que nuestra búsqueda de vida en otras partes no debería restringirse necesariamente a exoplanetas del tamaño de la Tierra”, afirmó Madhusudhan.
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“También descubrimos que el planeta tiene una atmósfera rica en hidrógeno molecular, con una cantidad importante de vapor de agua, lo que confirma los estudios anteriores. Sin embargo, encontramos que las concentraciones de otros gases como el metano y el amoniaco son significativamente menores de lo esperado en esas temperaturas. No está claro si ciertos procesos biológicos podrían ser responsables de ese agotamiento”, dijo.
Los científicos ya tienen noticias de otros exoplanetas que orbitan sus estrellas en la llamada zona habitable.
“Sin embargo, en ninguno de esos exoplanetas se ha encontrado vapor de agua en la atmósfera, ni tampoco ha habido ninguna prueba de que exista agua líquida en su superficie”, dijo Madhusudhan. “Esto convierte a K2-18b en el candidato más prometedor hasta ahora [para albergar vida].”
Observaciones atmosféricas
El equipo logró esos hallazgos tras usar observaciones atmosféricas para calcular las propiedades de la atmósfera, como la composición y la estructura de presión y temperatura. Posteriormente, utilizaron esas propiedades atmosféricas como punto de partida para inferir la estructura interna del planeta.
“Consideramos un modelo de estructura interna compuesto de una envoltura de hidrógeno, una capa de agua y un núcleo interno compuesto de rocas y hierro, típico del interior de los planetas”, dijo Madhusudhan. “Analizamos una amplia gama de posibles composiciones interiores que podrían explicar todos los datos, entre ellos, la masa y el radio medidos en el planeta”.
Al final, nos quedó un intervalo de condiciones en el interior del planeta que podrían explicar los datos combinados. En particular, en el límite entre la envoltura de hidrógeno y la capa de agua, las presiones y las temperaturas son tales que puede existir agua líquida en muchos de los casos. De esos casos, hay algunos donde las condiciones son similares a las de los océanos de la Tierra”, explicó.
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Según los investigadores, una de las principales implicaciones de la investigación es que los exoplanetas con un tamaño significativamente mayor al de la Tierra, podrían albergar condiciones favorables para la vida.
“Por esta razón, nuestra búsqueda de vida en otras partes no debería estar restringida necesariamente a exoplanetas del tamaño de la Tierra”, dijo Madhusudhan. “Debemos estar abiertos a encontrar vida en entornos más diversos y en formas más disímiles que lo que nos indica nuestra experiencia terrestre”.
Los planetas como K2-18b podrían convertirse en objetivos de futuras misiones de observación con instalaciones como el Telescopio Espacial James Webb, de próxima creación, que será capaz de proporcionar información más detallada acerca de estos prometedores mundos.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek