Los tiburones blancos (Carcharodon carcharias) se han ganado una formidable reputación, pero, aunque sean depredadores natos y se pueda afirmar que son la criatura marina depredadora más grande del mundo, tienen un poderoso adversario: las orcas, o ballenas asesinas (Orcinus orca).
A las orcas se les dio el nombre de ballenas asesinas debido a que, en la antigüedad, se produjeron avistamientos de estos animales agrupándose para cazar y matar a otras especies de ballenas, frecuentemente de mayor tamaño. Su nombre científico “Orcinus” se traduce literalmente como “pertenecientes a Orcus”, un dios romano del inframundo. Más recientemente, se ha sabido que las orcas también atacan y matan a tiburones blancos.
En un nuevo video captado en Seal Island, Mossel Bay, Sudáfrica, el 7 de noviembre de 2019, se muestra a un grupo de orcas persiguiendo a un tiburón blanco. El video fue captado por Oceans Research, una organización de investigación, educación y conservación marina con sede en Sudáfrica, que publicó el video en su página de Facebook la semana pasada.
“Se divisó a un grupo de orcas persiguiendo a un tiburón blanco, y varios tiburones más se encontraban cerca en ese momento”, escribió Oceans Research en la publicación de Facebook.
Lee más: Detectan en el Golfo de México a Unama’ki, un tiburón blanco de 4.7 metros
“Un tiburón blanco parece nervioso por la presencia de las orcas, pero otro tiburón no parecía perturbado”.
Una de las razones de estos ataques es la afición de las orcas por el hígado de tiburón. Los biólogos también piensan que las orcas podrían perseguir a los tiburones blancos que se encuentran cerca de los terrenos de caza para ahuyentar a la competencia y tener más presas para ellas mismas.
El primer incidente documentado de un ataque de orcas contra un tiburón blanco ocurrió apenas en octubre de 1997, cuando un grupo de turistas que navegaban en un bote de observación de ballenas detectó a dos de estos cetáceos persiguiendo a un tiburón antes de comerse su hígado cerca de las Islas Farallon, frente a las costas de San Francisco.
Más recientemente, un grupo de conservacionistas que trabajaban en Sudáfrica observaron que, en el lugar, se producían más ataques de orcas contra tiburones. Esto ocurrió después de un aumento en los avistamientos de orcas en el área desde 2009.
Te puede interesar: Un tiburón arranca el pie de un turista inglés en Australia
En 2017, cuando se encontraron cinco tiburones blancos arrastrados por la marea hasta la costa de Gansbaai, Sudáfrica, los cuales presentaban heridas sospechosas, las orcas fueron las principales sospechosas.
“Había marcas distintivas de mordidas en las aletas pectorales de los tiburones muertos. Estas impresiones circulares de dientes, distribuidos uniformemente, se identificaron como pertenecientes, con toda probabilidad, a una ballena asesina de “dientes planos”, que es poco frecuente en las aguas costeras”, escribieron las biólogas Alison Kock y Tamlyn Engelbrecht en un artículo publicado en Newsweek.
“No había más mordidas en ninguna otra parte del cuerpo, lo que indica que la ballena (o ballenas) probablemente tiraron de las aletas pectorales para abrir la cavidad corporal y extraer el hígado. El hígado de los tiburones constituye hasta un tercio de su peso y es rico en grasas, un nutriente muy buscado por las ballenas asesinas”.
En varios estudios se indica que los tiburones blancos temen tanto a las orcas que son capaces de abandonar sus terrenos de caza preferidos si se produce un avistamiento o un ataque de orcas, y en ocasiones no regresan durante todo un año.
Oceans Research señala que vigilarán cualquier actividad de orcas y de tiburones blancos en los próximos días para determinar si el incidente ha provocado algún cambio conductual.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek