Postal del paradisíaco noreste de Brasil, la playa de Carneiros, en el estado de Pernambuco, amaneció este viernes llena de grandes manchas de petróleo, una emergencia que desde setiembre afecta a más 2,000 kilómetros de costa y cuyas causas aún se desconocen.
Ayudados por decenas de voluntarios con máquinas, palas y rastrillos manuales, las autoridades desplegaron desde el alba una gran operación de limpieza para retirar las manchas de crudo estacionadas en la arena de la playa, rodeada de palmeras, según mostró la TV Globo.
Imágenes aéreas mostraban otras manchas negras, de consistencia viscosa, flotando mar adentro, una de ellas aparentemente encima de un arrecife de coral.
#18Oct | Manchas de petróleo que se arrastran por el litoral noreste de #Brasil llegaron a la paradisíaca playa «Praia dos Carneiros», en el municipio de Tamandaré / Video cortesía pic.twitter.com/kQf6nxIFdY
— CaraotaDigital (@CaraotaDigital) October 18, 2019
La playa de Carneiros, ubicada en el sur de Pernambuco, está entre los puntos turísticos más codiciados del noreste de Brasil. Por sus aguas verde-turquesa y vegetación exuberante, llegó a ostentar en 2014 la 12ª posición en el ranking de playas más hermosas del mundo elaborado por los internautas del sitio de viajes Tripadvisor.
Las autoridades temen que el petróleo llegue al balneario Porto de Galinhas, otro popular destino turístico entre brasileños y extranjeros.
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Además de las playas, los especialistas están preocupados por la posible contaminación de los arrecifes de coral y los manglares, dos ecosistemas muy frágiles y difíciles de limpiar.
De acuerdo con la agencia ambiental Ibama, las manchas fueron detectadas por primera vez el 2 de setiembre y ya han afectado a 187 localidades ubicadas en los nueve estados del noreste brasileño.
“Petrolero fantasma”
Fiscales de esos nueve estados presentaron una acción judicial para forzar al gobierno federal a activar un plan nacional de contingencia para hacer frente al derrame de petróleo.
El gobierno federal “no está adoptando las medidas adecuadas en relación a este desastre ambiental que ya llegó a 2.100 km de los nueve estados de la región y es considerado el mayor en la historia del litoral brasileño, en términos de su extensión”, afirmó el fiscal Ramiro Rockenbach, uno de los que firma la demanda.
Las causas de la contaminación todavía no fueron establecidas, a pesar de que estudios de laboratorio ya confirmaron que el petróleo es de origen venezolano.
El presidente Jair Bolsonaro pidió el pasado 5 de octubre acelerar las investigaciones, que por ahora no han dado resultados. El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, visitó por lo menos dos veces la zona afectada.
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Entre otras hipótesis, los investigadores analizan la posibilidad de que la fuga provenga de un “barco petrolero fantasma” que transportaba hidrocarburos clandestinamente, para burlar el embargo impuesto por Estados Unidos, que incluye medidas para restringir la venta de crudo venezolano.
De acuerdo con una simulación matemática hecha por científicos de la Universidad Federal de Rio de Janeiro a pedido de la Armada y citada en la prensa local, el punto de partida del petróleo derramado se ubicaría a unos 700 km de la costa brasileña.