La congresista estadounidense de origen palestino Rashida Tlaib renunció este viernes a visitar a su abuela en Cisjordania ocupada debido a las “condiciones opresivas” impuestas por Israel, último capítulo de una saga que evidencia lo controvertido de la cuestión del boicot al Estado hebreo.
Tras el llamamiento del presidente Donald Trump a vetar a quienes pidiesen boicotear a Israel, Tel Aviv anunció el jueves que prohibía la visita de Tlaib y de la también demócrata Ilhan Omar, primeras mujeres musulmanas en ser miembros del Congreso de Estados Unidos.
Horas después, Tlaib escribió a las autoridades israelíes para solicitar una visa humanitaria para visitar a su familia, en particular a su abuela, que vive en la aldea de Beit Ur al Fauqa, cerca de Ramala, en Cisjordania ocupada.
“Me comprometo a respetar todas las restricciones y no promocionar el boicot a Israel durante mi visita”, alegó la congresista en la carta, que difundió en internet.
El viernes, el ministerio de Interior israelí, Arié Dery, accedió a la petición de “visita humanitaria a su abuela”, Muftia, subrayando que la Tlaib había “prometido no promover la causa del boicot contra Israel durante su estancia”. No trascendió si decidió imponer otras condiciones para la visita.
En Cisjordania, la abuela ya esperaba a su nieta. “La veo llegar a la aldea, en su vestido tradicional”, confiaba la matriarca a la AFP, impaciente por “sacrificar un cordero” para celebrar el reencuentro.
Sin embargo, en un enésimo giro de tuerca, Tlaib, elegida para la Cámara de Representantes en enero de 2019, acabó por declinar la oferta de las autoridades israelíes.
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“Cuando gané la elección para convertirme en congresista de Estados Unidos, muchos palestinos, especialmente mi abuela, sintieron esperanzas de tener finalmente una voz. No puedo permitir que el Estado de Israel les quite eso o use mi profundo deseo de ver a mi abuela, potencialmente por última vez, como moneda de cambio”, explicó Tlaib en un comunicado.
“He decidido que visitar a mi abuela bajo estas condiciones opresivas está en contra de todo lo que creo en la lucha contra el racismo, la opresión y la injusticia”, añadió en el texto, difundido en Twitter.
El viernes por la tarde, militantes palestinos rogaron a Tlaib en las redes sociales que no visitara a su abuela por las restricciones impuestas por Israel.
“Enemigas”
Aunque Estados Unidos sea un aliado histórico de Israel, Tlaib y Omar son consideradas por muchos como “enemigas” del Estado hebreo, al apoyar la campaña BDS (Boicot, Desinversión, Sanciones) que llama al boicot económico, cultural y científico de Israel para protestar contra la ocupación de los Territorios Palestinos.
Israel votó en 2017 una ley que permite prohibir la entrada en su territorio a los partidarios del BDS, a los que denuncia como antisemitas, acusaciones que ellos rechazan.
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Aunque la colonización de Cisjordania y Jerusalén Este ha sido una constante de todos los gobiernos israelíes desde 1967, el proceso se ha acelerado en los últimos años bajo el impulso del primer ministro Benjamin Netanyahu y su aliado en Washington, Donald Trump.
En la actualidad, más de 600,000 personas residen en las colonias judías, asentamientos considerados ilegales por el derecho internacional, en conflicto permanente con los cerca de tres millones de palestinos que viven en las zonas aledañas.
La negativa inicial de Israel de autorizar la visita de las congresistas, adversarias políticas de Trump, había suscitado reacciones airadas en el lado palestino y alentado en el lado israelí un debate sobre la sintonía entre el presidente estadounidense y el primer ministro israelí.
Muy crítica con Tlaib y su apoyo a la campaña BDS, una parte de la prensa israelí reprochó no obstante a Netanyahu, en campaña por las elecciones legislativas del 17 de septiembre, haber cedido a los cantos de sirena de Trump en lugar de defender los “intereses” fundamentales de Israel.
“Tras numerosos zigzags entre lo que es bueno para Israel y lo que es bueno para Trump, Netanyahu ha elegido a Trump”, apuntaba el analista Shimrit Meir en el diario Yediot Aharonot, medio de mayor tirada en la prensa israelí.