“Estamos en una jaula de metal…”
Así es como comienza el primero de una serie de recuentos desgarradores de niños y adolescentes migrantes en instalaciones fronterizas de Estados Unidos.
Las declaraciones de los niños, que fueron recopiladas durante visitas de abogados a las instalaciones de la Protección de Aduanas y Fronteras la semana pasada, dan una imagen angustiante de cómo es la vida bajo el cuidado del gobierno estadounidense: ser obligados a dormir en frías jaulas de metal, a veces con ropa mojada y con poco más que una cobija Mylar; estar privados de comida, agua y los artículos sanitarios más básicos; ser obligados a cuidarse unos a otros después de haber sido separados de sus padres, y que se rían de ellos cuando lloran.
Algunos adolescentes también describieron cómo es tratar de cuidar de sus propios niños en los centros de detención, con las madres contando cómo batallan para mantener calientes y con buena salud a sus bebés, sin acceso a pañales o ropa limpia.
Los recuentos de los niños conforman la base de una nueva batalla legal que le pide a una corte federal una “intervención de emergencia” para abordar las “condiciones deplorables que enfrentan los niños migrantes en campos de detención”.
En su expediente, entregado por una coalición de abogados del Centro de Derechos Humanos y Ley Constitucional (CHRCL por sus siglas en inglés) y cierta cantidad de otras organizaciones pide que la corte ordene inspecciones inmediatas de las instalaciones de detención de migrantes por profesionales en salud pública.
Si la corte no actúa, advierten los abogados, los niños vulnerables podrían enfermar o, peor aún, terminar muertos, bajo la vigilancia de la administración de Trump.
El CHRCL le envió a Newsweek extractos de los recuentos desgarradores que les contaron niños en instalaciones de detención estadounidenses. He aquí esos extractos completos:
“Estamos en una jaula de metal”, sobre las condiciones inseguras e insalubres
“Estamos en una jaula de metal con otras 20 adolescentes con bebés y niños pequeños. Tenemos un tapete que tenemos que compartir entre todos. Es muy frío. Todas tenemos una cobija de mylar, pero no es suficiente para calentarnos. Hay bancas, pero no podemos dormir allí. A veces está tan abarrotada que no podemos hallar dónde dormir, así que nos permiten que unas cuantas durmamos fuera del área cercada. Las luces están encendidas todo el tiempo”, testimonio de una joven 16 años
“Estoy hambriento aquí en Clint todo el tiempo. Estoy tan hambriento que me he despertado a la mitad de la noche con hambre. A veces me despierto por el hambre a las 4 a.m., a veces a otras horas. Estoy tan asustado que les pido a los oficiales aquí más comida, aun cuando no hay comida suficiente para mí aquí”, testimonio de un niño de 12 años
“En Ursula, no hemos podido bañarnos. El retrete está a la vista en la jaula, no hay puerta para un poco de privacidad. Hay agua, pero no hay jabón para lavarnos las manos. No hay toallas de papel para secarnos las manos. No nos han dado un cepillo de dientes o pasta dental para cepillarnos los dientes”, testimonio de un joven de 17 años
“Nos dijeron que solo podíamos tener una capa de ropa, y tiraron el resto de nuestra ropa a la basura”, testimonio de un joven de 16 años.
“Dejan a los bebés… dormir en el suelo frío”, criando a un niño tras las rejas
“Me dieron una cobija y un colchón, pero luego, a las 3:00 a.m., los guardias se llevaron la cobija y el colchón. Dejaron que mi bebé durmiera en el suelo. De hecho, casi todas las noches, los guardias nos despiertan a las 3 a.m. y se llevan nuestros colchones y cobijas. Dejan a los bebés, incluso bebés pequeños de dos o tres meses, dormir en el suelo frío. Para mí, porque también estoy embarazada, dormir en el sueño es muy doloroso para mi espalda y caderas. Pienso que los guardias actúan de esta manera para castigarnos”, testimonio de una joven de 17 años
“Dormimos en colchones en el suelo y nos dieron cobijas de aluminio. Nos quitaron los pañales de nuestros bebé, la leche de fórmula y todas nuestras pertenencias. Nuestra ropa todavía estaba mojada y teníamos mucho frío, sí que nos enfermamos… He estado en Estados Unidos por seis días y nunca me han ofrecido una ducha ni he podido cepillarme los dientes. No hay jabón y nuestra ropa está sucia. Nunca se ha lavado”, testimonio de una joven de 16 años
“Hace tres días mi bebé ensució su ropa. No tenía dónde lavar la ropa, así que no pude ponérselas de vuelta a mi bebé, porque cuando él fue al baño, su popó se salió del pañal y ensució toda su ropa. Desde entonces, mi bebé de solo tres meses solo ha vestido una chaqueta pequeñísima hecha con la tela de una camiseta. No tengo algo más que ponerle a mi bebé… Me dijeron que no tienen ropa alguna en este lugar. Solo quiero que mi bebé esté lo bastante caliente. Tengo que asegurarme de cargar a mi bebé muy cerca de mí para mantener su cuerpecito caliente”, testimonio de una joven de 17 años
“Mi bebé se mojó y tuve que quitarle los pantalones hace dos días y no he podido conseguirle unos pantalones”, testimonio de una joven de 18 años
“El día en que llegamos, mi bebé se enfermó. Ella no podía mantener los ojos abiertos y tenía una fiebre que empeoró muchísimo durante el día. Le pedí ayuda al guardia y él me dijo ‘solo aguántate’. Pedí ayuda de nuevo y me ignoraron. La tercera vez que la pedí, yo estaba llorando porque estaba mucho peor y estaba preocupada por ella. Después de dos días, la llevaron con el médico”, testimonio de una joven de edad desconocida
“Solo nos hemos bañado una vez desde que nos detuvieron. El 4 de junio, nos llevaron a un área con cerca de 28 duchas. Nos bañamos y cepillamos los dientes. Sin embargo, desde entonces, no nos hemos podido bañar. No he sido capaz de lavar ni limpiar a mi bebé desde el 4 de junio. No tenemos cepillos de dientes, pasta dental ni toallas en las jaulas. El mameluco de mi hija está muy sucio. No he podido lavarlo desde el 4 de junio”, testimonio de una joven 17 años
“Un día después de que llegamos aquí, mi bebé empezó a vomitar y tener diarrea. Pedí ver a un médico y no nos llevaron. Lo pedí de nuevo al día siguiente y el guardia dijo: ‘Ella nos e ve como una bebé enferma. No necesita ver a un médico’. Mi bebé no ha recibido medicinas desde que llegamos. Tiene una tos muy mala, fiebre, y continúa vomitando y teniendo diarrea”, testimonio de una joven de 16 años
“Una vez, necesité ropa limpia para mi bebé porque ella vomitó, pero cuando la pedí, me dijeron que no tenían alguna disponible. Ella todavía tiene la misma ropa sucia”, testimonio de una joven de 17 años
“Algunos niños tienen solo dos o tres años y no tienen alguien que los cuide”, los niños criando niños
“Empecé a cuidar de una niña de cinco años después de que la separaron de su padre. No conocía a ninguno de los dos antes de eso. Ella estaba muy alterada. Los trabajadores no hicieron nada para tratar de consolarla. Traté de consolarla y ha estado conmigo desde entonces. Duerme en un tapete conmigo en el suelo de concreto. Pasamos todo el día todos los días en ese cuarto. No hay actividades, solo llanto”, testimonio de una joven de 15 años
“Hay niños pequeños aquí que no tienen quién los cuide, ni siquiera un hermano o hermana mayor. Algunos niños solo tienen dos o tres años y no tienen quién los cuide”, testimonio de un niño de 11 años
“Estoy en un cuarto con docenas de niños. Algunos apenas tienen 3 o 4 años. Algunos lloran. Justo ahora, hay uno de 12 años que llora mucho. Otros tratan de consolarlo. Uno de los oficiales se burla de los que lloran”, testimonio de un joven de 17 años
“Tenía muchísimo miedo. Lloré”, separados de sus familias
“Fui aprehendido con mi padre. Los agentes de inmigración me separaron de mi padre de inmediato. Tenía muchísimo miedo. Lloré. No he visto a mi padre de nuevo… he estado resfriado y con tos por varios días. No he visto a un médico y no me han dado alguna medicina”, testimonio de un niño de 5 años
“Nos separaron de nuestra abuela y ahora estamos solos. No nos han entregado a nuestra madre. Hemos estado aquí por mucho tiempo. Tengo que cuidar de mi hermana pequeña. Ella está muy triste porque extraña muchísimo a nuestra madre y abuela… Dormimos en una banca de cemento. Hay dos tapetes en el cuarto, pero los niños grandes duermen en los tapetes, así que tenemos que dormir en la banca de cemento”, testimonio de un niño de 8 años
“A las 3 a.m. del día siguiente, los oficiales nos dijeron que se llevarían a nuestra abuela. Mi abuela trató de mostrarles a los oficiales un papel firmado por mis padres diciendo que le habían encargado a mi abuela que nos cuidara. Los oficiales rechazaron el documento diciendo que lo tenía que firmar un juez. Luego, los oficiales se llevaron a mi querida abuela. No la hemos visto desde ese momento”, testimonio de una niña de 12 años
¿La corte intervendrá?
En su declaración de hechos en el expediente del miércoles, los abogados resumieron cómo a los niños se “les niega el acceso a higiene básica, incluido jabón, duchas, cepillos de dientes y ropa limpia”, a la par que se les obliga a cuidarse unos a otros. Algunos han enfermado en lo que se ha descrito como condiciones “frías” y “espantosas”.
Al citar el Acuerdo Flores de Asentamiento, que exige al gobierno de Estados Unidos asegurar condiciones “seguras y sanitarias” para los niños migrantes en custodia federal, los abogados argumentaron que la administración de Trump actualmente no está cumpliendo con ese requisito.
Este fue el punto que Sarah Fabian, abogada del Departamento de Justicia, trató de refutar la semana pasada, aseverando que no era técnicamente un requisito que el gobierno proveyese artículos sanitarios a niños migrantes, como jabón y cepillos de dientes e incluso darles acceso a duchas y cobijas bajo el acuerdo Flores.
Sin embargo, en su expediente del miércoles, los abogados argumentaron que la administración de Trump de hecho está obligada a proveer “jabón, toallas, duchas, ropas seca y cepillos de dientes” a los niños. No obstante, a los niños bajo custodia en instalaciones de la Protección de Adunas y Fronteras no se les da acceso a estos artículos.
“Las instalaciones de baños están sucias y no hay jabón para lavarse las manos después de usar el retrete”, declara el expediente. “Algunos niños se bañan y cepillan los dientes una vez cada 4 o 5 días, mientras que otros pasan semanas sin una ducha o la oportunidad de cepillarse los dientes”.
Mientras tanto, “niños y bebés son obligados a vestir ropa manchada e inadecuada”.
“Todos visten lo mismo con lo que cruzaron la frontera, y su ropa está sucia porque no hay dónde lavar la ropa”, continúa el expediente. “Algunos de los niños visten ropa manchada de vómito o leche materna. No hay ropa limpia disponible para los niños”.
Aun cuando los niños podrían vestir aquello con lo que cruzaron la frontera, les quitaron los artículos extras que traían consigo, según múltiples recuentos de los niños.
“Muchos detenidos atestiguaron que los oficiales tiraron cualquier ropa extra, medicinas y artículos para bebés que traían consigo”, dice el expediente.
“Algunos de los niños estaban mojados cuando llegaron, pero no se les permitió cambiarse de ropa antes de meterlos en las celdas gélidas”, declara el documento. “A los bebés se los mantiene en condiciones gélidas, y algunos de ellos solo tienen un pañal y una camiseta que vestir”.
Los abogados declaran que niños bajo custodia en instalaciones de la Protección de Aduanas y Fronteras también enfrentan hambre y malnutrición, con los niños declarando que “la comida es inadecuada y a menudo incomible”.
“A menudo les dan comida que no está del todo cocinada o todavía congelada”, declaran los abogados. “Hay una cantidad insuficiente en la comida que se provee, y muchos niños reportaron que tienen hambre todo el tiempo”.
Mientras tanto, “las madres adolescentes que amamantan a sus bebés no tienen suficiente que comer o beber, y como resultado, no producen suficiente leche materna para alimentar a sus bebés”.
Ellos dijeron que a los bebés no siempre se les da “comida apropiada para su edad” que puedan o quieran comer. La comida apropiada para su edad que les dan “no es provista en cantidad suficiente”.
“A muchos bebés no se les provee comida para bebé, y no pueden digerir la comida de adulto que les proveen”, dijeron los abogados. “La comida que les proveen es de calidad inferior y no es apropiada para bebés o niños pequeños… A algunos bebés ni siquiera les proveen fórmula láctea, y a otros les proveen menos fórmula de la que necesitan”.
“Muchos niños de brazos y un poco más grandes pierden peso a causa de la calidad y cantidad de la comida que les proveen”, dijeron ellos.
Los abogados comentaron que cuando los niños se enferman, la Protección de Aduanas y Fronteras les niega atención médica de emergencia.
Las condiciones en una instalación, un centro de procesamiento de la patrulla fronteriza conocido como Ursula, “han llevado a enfermedades descontroladas”, explicaron los abogados, con gran cantidad de niños de brazos y un poco más grandes al parecer “tremendamente enfermos”. Estos incluyen a una adolescente embarazada cuyo bebé dio positivo a gripe, la cual puede ser mortal para mujeres embarazadas y sus fetos.
Finalmente, en violación a su obligación de proveer un ambiente “seguro” para los niños, declaran los abogados, la Protección de Adunas y Fronteras no solo ha ayudado a facilitar la separación de los niños y sus familias, sino también “tiene niños pequeños cuidando de otros más pequeños y otros niños muy pequeños en condiciones que constituyen poner en peligro al niño”.
En pocas palabras, dijeron los abogados, “los niños necesitan acceso inmediato a atención de emergencia y mejores condiciones de vida para evitar más enfermedades e incluso la muerte”.
Por lo menos seis niños migrantes ya han muerto después de ser aprehendidos por agentes de la patrulla fronteriza, mientras que otros fueron hallados muertos después de tratar de cruzar la frontera desde México hacia Estados Unidos con sus familias, incluida Valeria, la niña de 23 meses hallada ahogada en el río Bravo con su padre, Óscar Alberto Martínez Ramírez, hace pocos días.
“Nunca hemos visto que una administración actúe tan despiadada y cruelmente con los niños como esta”.
La queja es parte de una batalla legal que ha durado décadas por el acuerdo Flores y si el gobierno está cumpliendo con su obligación de condiciones “seguras y sanitarias” en detención.
En una entrevista con The Washington Post, Peter Schey, quien ha litigado el caso actual desde su presentación inicial en 1985, dijo que el expediente del miércoles representaba la primera vez que los abogados habían sentido la necesidad de buscar alivio de emergencia de parte de un juez.
“En 33 años de representar a niños detenidos sin compañía, a lo largo de varias administraciones, tanto republicanas como demócratas, nunca hemos visto que una administración actúe tan despiadada y cruelmente con los niños como esta”, dijo a The Post Schey, presidente del Centro de Derechos Humanos y Ley Constitucional.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek