CIUDAD DE MÉXICO es un paraíso LGBT+ donde hay oportunidades, ley de identidad de género, matrimonio igualitario. En otros estados, como Guanajuato, Chihuahua o Zacatecas, sin embargo, la comunidad LGBT+ no tiene voz ni voto. Así lo expresa la activista de la campaña “It Gets Better” Zoé Joffree, quien se lamenta porque algunos ciudadanos deban vivir en un “segundo nivel”.
Al velar por los derechos de la comunidad trans, se ha propuesto darle visibilidad a esta dado que “tenemos estados, como Nuevo León, donde las mujeres trans mueren a cuentagotas; en Zacatecas, las mujeres trans son violentadas; en Ciudad de México no hay oportunidades laborales. ¿Cuándo has visto a una mujer trans trabajando en un banco, en una caja, en una tienda?”.
Por ello, aboga junto con sus aliados por generar oportunidades: este año se plantean como objetivo el poder unificarse: “Si movemos políticas públicas, qué padre, si es para ser comunidad, también; creo que todas las luchas suman. Para mí es prioridad que las cosas cambien y que haya derechos para todos”.
Y enfatiza: “Este año es para hacer comunidad, tenemos que hacer a un lado las diferencias. Este año tiene que ser de unión”.
En el marco de los 50 años del orgullo LGBT+ a escala internacional, Joffree considera que “todo lo que ha pasado desde que surgió el movimiento de Stonewall es de no creerse, cuando una mujer trans dijo: oye, respétame. Así empezó el movimiento, con una mujer trans migrante en Nueva York, Estados Unidos. Y si miras el flashazo, las cosas han cambiado abismalmente; entonces, vamos a conmemorar, a celebrar, reconociendo lo que se ha avanzado, y dejándole a las nuevas generaciones algo mejor, cada año tenemos que avanzar un paso más y ni un paso atrás”.
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Joffree dice que están trabajando con Scotiabank en una iniciativa para darle empleo a las personas trans. “El hecho de que normalicemos a la comunidad trans dentro del imaginario de las personas es importante, porque las personas dicen mujer trans y se imaginan a una trabajadora sexual, una estilista o un make-up artist, pero nunca a una trans doctora.
–Es una cuestión de redignificar a las personas trans.
–En todos lados. Si tienes una empresa, por pequeña que sea, contrata a una persona trans. No la contrates para que esté en una bodega en donde nadie la va a ver. Contrata a una persona trans en un mostrador. Así, cuando la vean a diario trabajar, será parte activa de la sociedad; no la vas a ver como un ciudadano de segunda que está en la calle ejerciendo el trabajo sexual, por necesidad.
–¿Cómo fue tu experiencia?
–Me fue increíble, maravilloso. Tuve momentos duros, pero la verdad tuve una familia maravillosa que me apoyó. Tengo una abuela que fue un ángel en mi vida y ella me enseñó justo eso: respeta a todos y trata a todos como a ti te gustaría que te trataran. Somos diferentes o no, diversos o no, pero somos parte del universo. Si aprendemos a respetarnos, las cosas van a ser diferentes; ¿por qué no nos enfocamos en los siguientes 50 años para que las nuevas generaciones crezcan con una ideología diferente, de respeto, de inclusión, de amor, de cuidar el medioambiente?
“Creo que hay problemas mucho más grandes, nos estamos acabando el planeta y estamos preocupados por si es una persona hombre o mujer. Debemos de preocuparnos por leer un libro, por plantar un árbol, por respetar a los seres humanos. Enfoquémonos en que los siguientes 50 años el movimiento LGBT+ tenga retos cada día más alcanzables”.
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