Los padres y los bebés que leen libros en papel juntos hablan y tienen más interacción en comparación con quienes leen libros electrónicos, según hallaron unos investigadores.
Leer con un niño es una actividad de desarrollo enormemente importante ya que ayuda a los pequeños a aprender nuevas palabras, amplía su conocimiento y les da tiempo para crear vínculos con sus seres queridos. Por ello, unos científicos quisieron ver si los padres y niños actuaban de manera diferente cuando leían juntos usando medios tradicionales que cuando usaban dispositivos electrónicos como las tablets.
Para investigarlos, los investigadores reclutaron 37 pares de padres y bebés sanos entre dos y tres años. Les pidieron que leyesen en tres tipos diferentes de medios: libros electrónicos mejorados con efectos de sonido y animación, un libro electrónico básico y un libro impreso.
Primero, las parejas fueron captadas mientras jugaban libremente con juguetes por cinco minutos en un laboratorio, el cual se montó de manera que asemejase una sala de estar, antes de leer. Los autores documentaron de qué hablaron padres e hijos cuando consumían los libros.
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Los investigadores hallaron que los padres e hijos hablaban más cuando interaccionaban con un libro en papel en vez de con un cuento en una tablet. Aún más, los padres usaban un lenguaje más abundante cuando usaban libros impresos en comparación con las tablets, y colaboraban más con sus hijos.
Pero los padres eran menos receptivos y los niños participaban menos con sus padres cuando leían libros electrónicos, dijo Munzer. Los hallazgos se publicaron en la revista Pediatrics.
La Dra. Tiffany Munzer, autora correspondiente del estudio e investigadora de desarrollo conductual pediátrico en el Hospital Infantil C.S. Mott de la Universidad de Michigan, dijo a Newsweek: “Uno de los aspectos más sorprendentes es que estos hallazgos se repitieron incluso cuando los padres e hijos leían libros en tablets con pocas mejoras que distraían, lo cual sugiere que podría ser el dispositivo tablet en sí lo que contribuye a menos conversación y menores grados de colaboración entre padres y bebés”.
No obstante, Munzer señaló que el estudio estuvo limitado de varias maneras, incluido el que el equipo no puso a prueba la capacidad de lectura de los bebés. “Tal vez no esté claro cómo la comprensión de lectura en una tablet podría compararse con la capacidad de lectura en un libro impreso”, dijo ella.
El estudio también estuvo limitado por el tamaño pequeño de la muestra, y el hecho de que el equipo usó solo una aplicación disponible comercialmente para los libros electrónicos. Estudios posteriores deberían usar tipos diferentes de aplicaciones con “más características animadas o campanas y silbatos diferentes”, dijo Munzer.
Entonces, ¿los padres deberían deshacerse de las tablets cuando leen con sus hijos, o un poco de lectura es mejor que nada, sin importar el dispositivo?
“Los padres y los bebés saben cómo interaccionar con un libro, pero cuando se añade una tablet a la mezcla, esta bloquea algunos de los beneficios positivos de esa experiencia de lectura compartida”, comentó Munzer.
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“Esto no quiere decir que no haya un beneficio en la lectura de un libro electrónico en comparación con no hacer nada, solo es menor en comparación con los libros impresos. Los libros impresos solo son mejores en promover un lenguaje abundante de parte de sus padres y más conversación entre padres e hijos”.
Munzer dijo que los padres siempre conocen mejor a sus hijos “por lo que deberían sentirse empoderados para ajustar la experiencia de lectura a lo que saben que les interesa a sus hijos: incluso los cómics y revistas cuentan como lectura”.
En 2017, un estudio independiente publicado en la revista Frontiers in Psychology halló que los bebés tenían más probabilidades de prestar atención y estaban más dispuestos a leer cuando usaban un libro electrónico en comparación con los niños quienes consumían los mismos libros pero impresos.
Los autores escribieron: “Una acotación importante a nuestros hallazgos es que la participación aumentada no siempre se traduce en mayor aprendizaje”.
El año pasado, un estudio diferente también aclaró los beneficios aparentes de leerles a los niños. El artículo, publicado en la revista Pediatrics, sugirió que los niños eran menos hiperactivos en la escuela si sus padres leían en voz alta con ellos.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek