Este jueves arranca la Cumbre Católica contra la Pederastia Clerical convocada por el Papa Francisco. Durante cuatro días las máximas autoridades de la Iglesia se reunirán en el Vaticano para abordar el flagelo de pederastia que tiene sumida a su institución en una crisis sin precedentes.
Luego de enterarse de los abusos sexuales cometidos por un sacerdote en contra de niños, Gloria decidió renunciar a su trabajo como ministerio público en el gobierno de Oaxaca y hacer una investigación en la sierra por su cuenta.
El trabajo que realizó esta mujer (a quien llamamos Gloria para preservar su seguridad), sirvió para desenmascarar el modus operandi del sacerdote Gerardo Silvestre quien, en colusión con autoridades eclesiales de la entidad, logró moverse de una parroquia a otra en total impunidad.
Lo anterior lo relata Cristina Sada, activista en contra de los abusos sexuales, en especial de los cometidos por sacerdotes. Comprometida con causas sociales, como la denuncia de la pederastia clerical, la empresaria mexicana decidió financiar el documental sobre Gerardo Silvestre. El mismo fue proyectado en El Vaticano con subtítulos en italiano.
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En este momento, Sada se encuentra en El Vaticano. Fue invitada a participar en un encuentro convocado por la organización Ending Clerical Abuse (ECA, por sus siglas en inglés) con el fin de reunir a las asociaciones y activistas a nivel mundial que trabajan en el tema y conformar una agenda y plan de acción común.
La reunión convocada por ECA correrá en paralelo a la invitación que el Papa Francisco hizo a los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo para hablar sobre de la pederastia, entre el 21 y el 24 de febrero próximos. La intención del sumo pontífice es generar un protocolo para saber cómo actuar cuándo se presente un caso de esta índole.
MUCHO RUIDO, POCAS NUECES
Lamentablemente, comenta Bernardo Barranco, sociólogo en religiones, Jorge Bergoglio empuja esta agenda pero luego da marcha atrás. En su opinión, el Papa genera mucha expectativa con reuniones como la que tendrá ahora lugar en el Vaticano, pide perdón, dice que siente mucha vergüenza, son palabras, pero ha hecho poco, asegura.
El especialista comenta que para este encuentro se levantó mucha expectativa. “Ahora sí va a actuar”, pero días antes de la reunión, dice que hay demasiada expectativa y hay que bajarla. No puede ser, se queja.
Como es posible, agrega, que diga que hay que crear conciencia, “como si no hubiera”. También el Papa dice que hay que crear una catequesis, un protocolo de actuación. Para Barranco esto es absurdo. El maestro en Sociología del Catolicismo Contemporáneo por la Escuela de Altos Estudios Sociales de París pone como ejemplo el reciente viaje del Papa a Panamá. En su reunión con jóvenes y obispos de Centroamérica aseguró que la Iglesia estaba herida, que tenía vergüenza por los casos de pederastia pero de inmediato se subió al avión, Bergoglio dice que no es para tanto. Entonces, refiere Barranco, primero uno piensa, va con todo y luego mete reversa.
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Cristina Sada coincide con el planteamiento del especialista mexicano. “Teníamos mayores expectativas y ahora (el Papa) dice que están infladas, que no esperemos tanto, que no se va a acabar con el celibato”. Pero Sada asegura que esa no es la intención ni el foco de su causa. Podría ser que eliminar el celibato sacedortal coadyuvara, comenta, pero este no es el punto ya que ser célibe no es sinónimo de ser abusador. Una cosa no necesariamente lleva a la otra.
La activista y empresaria mexicana dice que aunque sus expectativas no son muy altas, sí tienen esperanzas. Y que ante una institución como la Iglesia católico que cuenta lo mismo méritos que deméritos, “vamos a dar la lucha”. Algo se ha avanzado porque, ¿cuándo se había convocado a una cumbre así?, inquiere.
También será fundamental lo que resulte del encuentro alterno que convoca el ECA, ya que se hará un frente común que abarcará todo el planeta.
LOS 152 PEDERASTAS
El pasado 11 de febrero, el arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López, dijo a periodistas que se tenía conocimiento de 152 sacerdotes que en los últimos nueve años habían cometido abuso sexual contra infantes en México. “Algunos delincuentes sacerdotes están en la cárcel, otros han sido ya suspendidos de su ministerio sacerdotal”, aseguró.
En el caso de México, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) no presentó cifras sobre el total de víctimas pero monseñor Cabrera aseveró que en fechas recientes ha platicado con algunas de ellas. Pero asegura que es una tarea urgente “levantar la estadística; en México no hay un centro de recopilación de información, porque cada obispo es el que enfrenta estos problemas (…) esperamos que después de las medidas que la Iglesia ha puesto de mayor exigencia o tolerancia cero, disminuyan los casos de delitos y que también los obispos se pongan las pilas para poner en orden estas situaciones”.
Al respecto de las declaraciones del arzobispo, Cristina Sada se pregunta: ¿dónde están ahora los sacerdotes que no están en prisión, a cuántos niños hicieron daño, de qué parroquias eran?
En Estados Unidos, Irlanda y Australia, afirma, las cosas han cambiado. Se transparenta la información y la Iglesia ayuda en las investigaciones. En México, sin embargo, “nos sueltan la lista de 152, que desconocíamos totalmente, porque se manejan en el más estricto secreto, y ¿dónde están?, ¿fueron denunciados?, ¿se les hará debido proceso? No sabemos”.
Sada, como activista, solicita que los archivos que posee El Vaticano sean abiertos y liberados. Si el papa Francisco en verdad quiere poner un alto, que entregue los archivos. Esto es extensivo a Monseñor Rogelio Cabrera: que diga quiénes son los 152 sacerdotes que fueron retirados de su ministerio sacerdotal por pederastia clerical. “Por ahora tenemos la información a cuenta gotas”, observa.
Bernardo Barranco considera una “verdadera salvajada” lo que hizo el arzobispo Cabrera. Si bien reconoce que es un hombre bien intencionado, también piensa que lanzó un número sobre el que no sabemos si es mucho o poco, no conocemos sus nombres ni tampoco de cuántas víctimas se está hablando, si recibieron atención, si se les indemnizó.
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El especialista en religiones recuerda que cuando las personas de la prensa interrogaron al también presidente del Episcopado Mexicano, este no supo qué responder pues no tenía datos duros, fiables. Barranco considera que si el arzobispo Cabrera no es capaz de sostener su dicho y probar lo que dijo, podría ser acusado de encubrimiento.
Al mismo tiempo Barranco piensa que la declaración sobre los 152 sacerdotes pederastas es fruto de que el Episcopado mexicano está presionado para asistir a la reunión de finales de este mes en el Vaticano.
LA COMPLICIDAD DEL ESTADO
Gloria, la ex ministerio público, es una mujer ejemplar, asegura Cristina Sada. Desgraciadamente es una ex funcionaria que actuó a título individual ya que no hay voluntad de las autoridades ni de los gobiernos estatales por acabar con la pederastia clerical.
En el caso de la pederastia en Oaxaca, Gloria decidió renunciar a su cargo público para entregar tres meses de su vida e investigar en las comunidades.
“Es una mujer comprometida con la justicia —comenta Sada— pero es la excepción; la mayoría va a proteger al hombre, cuando es homicidio, y al sacerdote, en el caso de pederastia, como lo que no hizo Norberto [Rivera], y esto es complicidad. Esta MP se involucró para hacer su investigación y descubrió muchos casos”.
Cristina Sada sostiene que la autoridad no solo encubre sino que actúa consistentemente en contra de las víctimas. En este punto dice que cuando las personas acuden a denunciar o van a dar seguimiento a sus casos observan que los sacerdotes llegan acompañados por los mejores despachos e incluso escoltados por la propia policía.
En otro caso, recuerda Sada, hubo inclusive destrucción de pruebas. Ahí está el caso de Jesús Romero Colín a quien le tomó una década lograr que se condenara a un sacerdote en ejercicio en Ciudad de México, Carlos López Valdez, que lo violó durante cinco años cuando era menor de edad. “El Ministerio Público hizo desaparecer pruebas, me trató mal, me humilló, me citó en vacaciones o intentaba convencerme de que el caso había prescrito”, refirió Romero a la prensa en marzo de 2018, después de que López Valdez fue condenado por vez primera en la CDMX por la violación de un menor.
https://newsweekespanol.com/2018/09/abuso-sexual-iglesia-catolica-victimas/
Al respecto Sada comenta que Romero tenía pruebas en video, foto, grabaciones, y la autoridad le exigió entregar los originales porque no aceptaban copias; y cuando así lo hizo, las destruyeron. “Había audios y videos del sacerdote con muchos niños, pero autoridad los destruyó convirtiéndose así en cómplices”.
El encubrimiento, dice Barranco, es como “una patología institucional. El tema ahora está en un punto muy álgido. Para muchas personas esta será la última oportunidad que otorgarán a la Iglesia para reconstruirse. Si falla esta vez, probablemente, no se reponga”, sentencia el experto.