La cantante colombiana habla de su nueva producción musical y de por qué le gusta escribir sobre el amor y el desamor.
LA SONORA Matancera sonaba una y otra vez en una pequeña casa en El Quindío. Escondida en el Eje Cafetero de Colombia, ahí entre las fincas de café con su aroma que inunda las mañanas, Pedrina ensoñaba con los timbales, trompetas, el son cubano y los coros del caribe.
“Me gusta escribir sobre el amor y el desamor, hacerlo sin timidez y sin complicaciones. Hacerlo directo, como hablar de amor con un amigo”, dice.
Cada canción que compone, agrega, representa una búsqueda de sí misma. Nunca podría sacrificar la calidad de una letra, asegura Pedrina, cantante de pop alternativo. Le importa expresar un mensaje más allá de que funcione la rima o que tenga la métrica esperada para cierto minuto o que deba funcionar para la radio. Eso, insiste, es algo que no le interesa hacer.
–¿Cómo es que Pedrina en estos tiempos escribe de amor?
–No es muy común hoy en día, sobre todo con los géneros urbanos que son tan ricos en producción y beat, creo que han descuidado un poco esta parte de literatura en las letras. Es música para bailar, pero parece que no fuera necesario, muchos seguimos apreciando un buen mensaje en la música y con sentido, una forma de escribir cuidada. Soy fanática de la música vieja, de la ranchera, del tango, bolero y tríos, pienso que esa forma de escribir sobre el amor es con la que me identifico.
—¿Qué hay en Prisma, tu disco reciente?
—“Hoy” es la canción más bailable del disco, es un dance hall, narra un momento muy temprano del enamoramiento, esa etapa de atracción cuando alguien te gusta. En cambio, “Háblame” es una invitación a hablar, dentro de mucha tristeza, para resolver los malentendidos. También hay rupturas y canciones de despedida muy dolorosas.
—¿Lo último que escuchaste de México que te haya sorprendido?
—David Aguilar, me gusta mucho su voz, es muy linda, me gustaría mucho hacer algo con él, también con Caloncho.
–En “Háblame” cantas que todo salió mal, ¿cuándo fue la última vez que algo te salió mal?
–Hace muy poco, hace un año fue complicado, mi carrera es una gran parte del total de mi vida, puedo diferenciar una cosa de la otra. Hubo muchos cambios, tanto administrativos como con el mánager que tenía, fueron traumáticos. Pero cuando la marea se calma entiendes que fueron cambios positivos.
—De esa experiencia a ahora, hay una Pedrina distinta.
–Me siento más fuerte, he perdido miedos a equivocarme, a decir que no, a no complacer y a no gustar. Muchas veces haces todo pensando en complacer a los demás, pero hoy lo que más me importa es sentirme satisfecha conmigo misma.
—¿La última vez que te sentiste débil?
Pedrina suspira, su sonrisa abarrotada de blanco llena el lugar, hace pausas intermitentes y entre risas responde: “Todos los días, pero me permito cinco minutos de debilidad y llorar, pero sé que a los cinco minutos tengo que limpiarme las lágrimas y seguir”.
—¿La última vez que hiciste algo para que nadie te olvidara?
–Mi hermana. Es una persona muy importante en mi vida, la más, creo. Ella tiene síndrome de Down, es mi hermana menor, en ella he encontrado un propósito de vida, hacer cosas por ella me motiva mucho más que hacer más cosas por mí.