El pasado 7 de diciembre fui invitado a participar en el Primer congreso de transparencia del municipio de Aguascalientes. En el salón universitario de usos múltiples UAA, así expresé mi punto de vista:
“Temis, en la mitología griega, significa ley de la naturaleza, más que de autoridad humana, representa: justicia y equilibrio, su epíteto es temida. Para sus nupcias Zeus y Temis brotaron de los manantiales del Océano que circundaba el mundo, un fenómeno a la luz pública. Medusa, hermosa doncella hasta que fue violada por Poseidón, ello hizo que transformara su bello cabello en serpientes y su fin fuera convertir a todo aquél que la mirase en piedra.
En los diálogos de Platón, Glaucón insiste en que incluso un hombre bueno caería en la senda del mal siempre que se les concediera impunidad a sus actos. La política sin transparencia crea el entorno social predilecto para la inmoralidad. Requerimos un ejercicio de auto-reflexión. Solemos mirar a los demás con ojos muy críticos, es preciso mirarnos anosotros mismos. Estas narrativas, nos dicen de padecimientos que nos agobian: corrupción e impunidad.
Las sociedades de la comunicación, son la nueva realidad en la que horizonte y pantallas conviven sin angustias. Posibilitan, que los gobiernos aposten la información a disposición de los actores interesados de manera más fácil. Una sociedad comunicada convoca a la calidad y oportunidad de la información, que ésta sea más accesible, que mejore y facilite el uso de los datos, tanto en términos de formato como de la navegabilidad de las plataformas.
Sin duda, el derecho a la transparencia, el acceso a la información pública y rendición de cuentas, son arquitectura y construcción civil de democracia y desarrollo. La transparencia es un corazón en cuyo sístole y diástole se configura como propulsor de formas de expresión y protección, especialmente en los sectores sociales marginados. Dicho en una nuez: tener acceso a la información es el polígono de una cartografía de calidad para la construcción de una nueva ciudadanía. Su dialéctica es así: la transparencia en la gestión pública garantiza que la ciudadanía pueda ejercer debidamente el control, mediante la rendición de cuentas. Transparentar la gestión del Estado no hace más que generar confianza y respaldo popular: confianza y certidumbre, legitimidad que todo gobierno debiera buscar.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, establece un principio rector, la máxima divulgación: El derecho de acceso a la información es la regla y el secreto la excepción; La carga probatoria en caso de establecer limitaciones al derecho de acceso a la información corresponde al Estado; y, La preeminencia del derecho de acceso a la información en caso de conflictos de normas o de falta de regulación.
La transparencia es ciega, no cuestiona el sistema ni se pregunta por otras alternativas. La transparencia no pudo sembrar en la política tradicional, ésta se basa en estrategias secretas. La transparencia supone una nueva etapa política, la post-política.
¡Cuidado!, podemos matar la transparencia, vive en las sociedad de la exposición, sin ésta pierdes condición ontológica. Las sociedades del escándalo eliminan los valores y empoderan las mercancías. Reduce la existencia a algo insignificante. La comunicación visual es anestésica, no invita a la reflexión, provoca un vacío de sentido. Si la transparencia no se cultiva adecuadamente se convierte en una sociedad de la pornografía, un desnudamiento sin límites, elimina significación y sentido. Se reduce a la exposición, a los hechos. Se elimina la fantasía, la imaginación, incluso el placer. La desnudez quita el encanto, allana los hechos. La velocidad de la luz ha creado hiperactividad, hiper-producción y la hiper-comunicación, no son narrativas, no buscan un fin. La transparencia conlleva la exposición de intimidad, confesión, desnudamiento y la falta de distanciamiento. Una sociedad de la información no garantiza ninguna verdad. Al contrario, el exceso de información que generamos facilita el control y la vigilancia digital, un panóptico digital, una versión incluso mejorada al panóptico de Bentham.
Ahora bien, en la transparencia está el alma de una vida compartida solidaria y virtuosa. Existen quienes la destruyen, una de sus armas es entropía en el exceso de información y datos, dañarla, es no acompañarla de una pedagogía pública que la haga amable, manejable y entendible. Todo usuario, debe recibir la didáctica que le permita saber manejar los entornos digitales, dominar los filtros eficaces para su información necesaria.
Foucault, en Vigilar y Castigar, nos dice que la sociedad civil debe de ser transparente, organizada, un lugar donde todos podamos vivir y ese lugar es el Estado del que hablaba Tomás Hobbes, todos debemos ceder parte de nuestra libertad al Estado para organizar a la sociedad.”
Comentario: sin duda, una iniciativa de esta naturaleza y con este tema no es muy taquillero, por ello mi reconocimiento a la autoridad municipal por convocar a la reflexión compartida.