El paso de la denominada Caravana Migrante por nuestro país ha puesto sobre la mesa grandes retos en materia de derechos humanos y relaciones exteriores que hacen necesario revisar también la dinámica de este fenómeno a nivel nacional y local
La ubicación geográfica de México coloca a nuestro país como una ruta de tránsito migratorio. Se estima que en 2017 ingresaron por la frontera sur más de 354 mil migrantes con el objetivo es llegar a Estados Unidos[1].
Por lo menos 8 mil migrantes centroamericanos organizados en dos caravanas ingresaron por la frontera con Guatemala; la primera, el pasado 19 de octubre, conformada por aproximadamente 6 mil migrantes y la segunda el 28 del mismo mes, con cerca de 2 mil personas que buscan llegar a Estados Unidos.
Frente a esta coyuntura, la política antiinmigrante del presidente Donald Trump y sus decisiones unilaterales al respecto han hecho que la situación se vuelva mucho más compleja. El pasado lunes 29 de octubre anunció el despliegue de 5 mil 200 militares en la frontera con México para impedir el ingreso de estos migrantes.
Las razones
Dejar el país de origen es una decisión difícil y tiene su origen en múltiples circunstancias: desde un desplazamiento forzado derivado de la discriminación hacia una persona o un grupo social, la inseguridad, la violencia y la falta de empleo, hasta motivos ambientales, conflictos bélicos y políticos, entre otros.
En particular, se ha documentado que los integrantes centroamericanos que conforman la caravana migrante tomaron la decisión de abandonar sus países de origen fundamentalmente por la violencia extrema y por las precarias condiciones de los mercados de trabajo.
Si bien las razones por las que un individuo decide migrar son numerosas, la búsqueda del desarrollo personal y de una mejor calidad de vida, justifica, en su mayoría, el tránsito migratorio.
De esta manera, el papel de México en cuanto a la movilidad de las personas en el norte del continente americano es fundamental. Cabe señalar que nuestro país es el segundo en todo el mundo que más migrantes expulsa y que en su mayoría se dirigen hacia el país vecino del norte.
Mexicanos en Estados Unidos
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población en 2017 había cerca de 13 millones de connacionales residiendo en el extranjero y, de ese total, el 98% se encontraba en Estados Unidos, de los cuales siete de cada 10 no tiene ciudadanía estadounidense y el 20% se encuentra en situación de pobreza.
La condición migrante de nuestros connacionales no rompe con sus vínculos familiares y comunitarios, al contrario, el envío constante de remesas forma una parte de importante de los ingresos totales de millones de familias mexicanas.
De ahí la relevancia que en términos económicos tienen los migrantes para la economía nacional. De acuerdo con el Banco de México, durante 2017 el mencionado número de trabajadores enviaron a nuestro país un total de 30 mil 291 millones de dólares por concepto de remesas familiares.
Esa cifra representa la principal fuente de entrada de divisas extrajeras: durante 2017 los ingresos por remesas superaron por más del doble a los ingresos por turismo y, desde 2015, han sido superiores a los ingresos derivados de las exportaciones petroleras.
El México hospitalario
Por otro lado, históricamente México ha sido receptor de inmigrantes y refugiados políticos de distintos países. Algunos de los casos más emblemáticos son el de León Trotsky, en 1936; el de Leonora Carrington y Max Aub, en 1942, y el de los más de 20 mil españoles refugiados durante la Guerra Civil Española.
Destaca que, al cierre del año pasado, México refugió al 5% de un total 56 mil 539 personas que así lo solicitaron provenientes del triángulo norte de Centroamérica; a mil 183 venezolanos, así como a aproximadamente mil 700 haitianos[2].
Incluso, el artículo primero de nuestra carta magna reconoce el derecho de todas las personas, sin importar su condición jurídica en nuestro país (lo cual incluye a las personas migrantes), a gozar de todos los derechos reconocidos por el Estado mexicano y por los instrumentos internacionales que haya suscrito nuestro país.
No obstante estos elementos normativos, un común denominador entre la comunidad migrante es la vulnerabilidad, especialmente de su integridad física y de sus derechos, derivado de los grandes riesgos que implica migrar hacia otro país.
Desde esta perspectiva, es evidente que las vidas de un número cada vez más grande de personas ya no puede entenderse desde el interior de las fronteras tanto locales como internacionales.
Los jaliscienses que se van
Las diversas condiciones que obligan a que cada año cientos de centroamericanos tomen la decisión de arriesgar su vida y migrar no distan mucho de los numerosos factores que llevan a que muchos connacionales tomen la misma decisión.
De acuerdo con el Instituto de los Mexicanos en el Exterior, mediante la expedición de matrículas consulares de alta seguridad, se registró en 2016 la estadía de 814 mil nuevos connacionales en Estados Unidos.
De ese total, el 7.5% son jaliscienses, es decir, durante el año pasado se registró que en Estados Unidos había 60 mil 767 nuevos migrantes provenientes de nuestra entidad, lo cual posiciona a Jalisco como el cuarto de todo México que más migrantes expulsa, solo por debajo de Michoacán, Guerrero y Guanajuato.
Los cinco municipios de origen de la mayoría de migrantes son:
- Guadalajara, municipio de donde proviene el 26.1%
- Lagos de Moreno, con el 3.2%
- Zapopan, con el 2.5%
- La Barca, con el 2.3%
- Tepatitlán de B., con el 2.3%
Si bien los registros administrativos de expedición de estas matrículas permiten conocer la entidad de procedencia de los migrantes, es solo una aproximación del total, ya que ningún nacional está obligado a tramitar dicho documento.
En cuanto a la recepción de remesas, nuestro estado ocupa la segunda posición a nivel nacional, ya que en 2017 Jalisco recibió 2 mil 881 millones de dólares por este concepto, lo que representa el 10% del total nacional.
De acuerdo con datos de CONAPO, se registró que para 2015, un total de 152 mil 750 viviendas recibían ingresos por remesas, lo cual representa el 7.4% del total de las viviendas de nuestro estado.
A nivel municipal, en Santa María de los Ángeles el 38% de los hogares reciben ingresos por remesas, por lo que es el municipio con mayor porcentaje de recepción de remesas en el estado. A nivel nacional ocupa el lugar número 21 de un total de 2 mil 456 municipios.
Le siguen el municipio de Cuautla, donde esa cifra ascendió al 35.7% de los hogares, y Guachinango, con el 33.4%. Estos dos municipios ocupan los lugares 28 y 37 en el contexto nacional, respectivamente.
Un indicador que pondera de manera general la situación migratoria de cada municipio es el índice de intensidad migratoria (toma en cuenta de manera conjunta el porcentaje de hogares con emigrantes, migrantes circulares, migrantes de retorno, y los hogares que reciben remesas).
Con los datos del anterior censo de población, se tiene que en Jalisco, 53 de sus 125 municipios tienen una intensidad migratoria alta y en 18 esta intensidad es muy alta.
En suma, el 57% de los municipios de nuestro estado tienen una intensidad migratoria alta y muy alta.
Repatriados
Como ya se mencionó, la gran mayoría de los migrantes son indocumentados, lo cual representa una situación de vulnerabilidad, y debido a ello viven en una constante evasión de las autoridades a fin de evitar ser deportados a sus países de origen.
Para los migrantes centroamericanos su paso por México es un reto. Durante 2017, la unidad de política migratoria de la Secretaría de Gobernación reportó que 82 mil 237 extranjeros fueron devueltos a sus países de origen.
De ese total, el 95% eran migrantes provenientes de América central. Hasta el mes de septiembre de este año, se acumuló una cantidad similar a la que se registró durante todo el año pasado, ya que fueron devueltos a sus países de origen 80 mil 029 extranjeros, de los cuales 79 mil 812 eran centroamericanos.
La situación es similar en México. El año pasado fueron repatriados desde Estados Unidos poco más de 167 mil mexicanos, de los cuales 8 mil 222 eran jaliscienses.
Entre enero y septiembre de este 2018, el número de mexicanos repatriados ascendió a 156 mil 715 mexicanos: 7 mil 175 son jaliscienses, cifra que representa el 5% del total nacional.
Los que llegan a nuestro estado
A nivel nacional, de acuerdo con las proyecciones de CONAPO, Jalisco es y será un constante receptor de migrantes que provienen de otros estados del país. Se estima que, entre 2016 y 2108, en total, nuestro estado habrá recibido a poco más de 103 mil 404 personas.
Sin embargo, el número de personas que recibe nuestro estado tenderá a disminuir con el tiempo, aproximadamente a razón de 1%, de tal forma que, para 2040, se espera recibir a cerca de 26 mil 500 foráneos, mientras que, hacia 2050 poco más de 22 mil 600.
En total, entre 2016 y 2050, Jalisco habrá recibido a poco más de un millón de personas, con lo cual, para 2050, representarán aproximadamente el 10% de la población estatal que, para ese año se estima que será de 9.7 millones de habitantes.
Extranjeros en Jalisco
En cuanto a la recepción de inmigrantes internacionales, Jalisco ocupa el primer lugar en el contexto nacional. De acuerdo con las proyecciones de población, para fines de este 2018 un total de 11 mil 833 migrantes extranjeros habrán llegado a vivir a Jalisco.
Se espera que los ingresos de migrantes internacionales por año se mantengan incrementado hasta alcanzar su máximo en 2041, cuando se estima el arribo de 12 mil 979 extranjeros a nuestro estado. A partir de entonces, esa cifra comenzará a disminuir.
No obstante la llegada de cientos de extranjeros a nuestro estado, en el largo plazo se espera que el saldo migratorio internacional (los extranjeros que llegan a nuestro estado menos los jaliscienses que migrarán a otros países) será cada vez más grande.
Para este 2018, se estimó que 22 mil 220 jaliscienses dejaron el país, lo que representa un 2.8% más que en 2017. Esa cifra mantendrá un incremento promedio de 1% durante los siguientes 10 años. Hacia 2050 se espera que dejen el país cerca de 24 mil 400 jaliscienses.
La dinámica migratoria de la población de Jalisco requiere de la cooperación de todos los órdenes de gobierno (local y federal), incluyendo la diplomacia internacional.
En este sentido, el espectro de cooperación gubernamental es muy amplio debido a que, en el ámbito local, implica el diseño de obras y políticas públicas pensadas en los movimientos poblacionales, mientras que en el ámbito internacional, incluye un complejo tratamiento que va desde la garantía de los derechos humanos, la movilidad de mano de obra entre países, así como aspectos culturales y políticos que se encuentran inmersos en una sociedad globalizada.
Conoce más sobre el tema aquí.
[1] Encuesta sobre Migración en la Frontera Sur de México, www.colef.mx/emif
[2] Prontuario sobre poblaciones migrantes en condiciones de vulnerabilidad. Disponible en: file:///C:/Users/rgjon/Downloads/Pront_pob_mig_vul.pdf