Pese a los mitos que existen en torno a la disciplina alimentaria, la realidad es que no existe una regla que aplique en todos los casos, pues, por ejemplo, nada puede garantizarte que si comes cada cierto tiempo bajarás de peso. Lo que realmente importa es lo que comes y las cantidades. Y esto depende de cada persona, su ritmo de vida, si realiza actividad física, etcétera.
Lo que sí es cierto es que, comiendo porciones pequeñas cada dos horas, controlas mejor esos ataques de hambre y mantienes a raya la tentación de alimentos poco sanos o caprichos que no hacen bien a tu cuerpo.
Hay personas a las que les funciona comer cada tres horas en pocas cantidades. Estas personas tienen un ritmo de vida que les permite acceder a alimentos saludables en cualquier momento.
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Por ejemplo, si una persona come tres comidas al día correctamente balanceadas y saludables, no llega con hambre a la siguiente comida. En cambio, la persona que desayunó poco por falta de tiempo, y después come una comida muy grande cero saludable porque es lo primero que encontró porque ya no aguantaba el hambre, debería de consumir una colación para poder nivelar su hambre, niveles de azúcar y calorías consumidas durante todo el día.
Lo importante de este tema es aprender a escuchar a tu cuerpo y saber cuándo realmente te está pidiendo comida y cuándo es antojo o deshidratación. Es importante planear las comidas para poder llegar a tus metas entendiendo que la nutrición no es un reglamento y que todo se debe de ver subjetivamente.