El delegado de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Octavio Cárdenas Denham, aseguró que actualmente hay dos presas con un importante problema de plaga de lirio acuático, lo que afecta el cauce normal del agua. Se trata de las presas de El Niágara y la Abelardo L. Rodríguez.
“Esta plaga deviene de una contaminación, es decir, que es un organismo que llegó y se instaló en ese espacio y que se propagó en base a ciertos elementos químicos”.
Sin embargo, no son los únicos cuerpos de agua con la problemática ya que al menos la mitad de las presas tendrían la presencia del lirio, aunque en una menor medida.
“Es una contaminación que muchas veces se puede dar de forma aérea, es decir, que la semilla del lirio va viajando con el aire que se va desplazando hasta que encuentra un lugar en donde establecerse o muchas veces se produce por importación a través de las lanchas de pesca deportiva”, señaló.
En el caso de la presa de El Niágara, el delegado de la CONAGUA aseveró que el crecimiento del lirio es relativamente normal ya que es donde se reciben las aguas negras del municipio capital y del cauce del Río San Pedro.
Sobre la presa Abelardo L. Rodríguez, comentó que la presencia de sustancias químicas podría deberse de la descarga de desechos agropecuarios provenientes de granjas aledañas al lugar.
“Ahí se tiene una descarga de tipo agropecuaria, en ciertos límites está permitida pero hay que ver que no se sobrepase la norma, no son empresas sino más bien granjas o ranchos y habrá que hacer la evaluación de lo que estén descargando a la presa”, aseveró.
La plaga de lirio puede afectar a la flora y fauna de las presas ya que con su presencia se reduce el nivel de oxigenación para el resto de especies, además de que por el volumen del lirio disminuye el nivel de agua en los embalses.
“Esta planta consume agua, el 80 o 90% de su composición es agua, además de que disminuye los niveles de oxigenación, lo que puede afectar a la fauna y/o la vegetación oriunda del vaso”.
Los métodos para retirar el lirio de las presas pueden ser de tipo mecánico, con infraestructura especial para cortar las raíces de la planta, o químicos, en base a plaguicidas que podrían dañar la calidad del agua.
“El proceso químico que no es recomendable porque significa la intervención de plaguicidas que dañan la calidad del agua y el proceso mecánico tiene que ser bajo un monitoreo muy puntual para evitar que el problema permanezca o que sólo sea un paliativo”, refirió.
No obstante, el procedimiento para retirar el lirio es muy complejo ya que en cualquier momento puede volver a brotar la planta en los embalses, declaró Cárdenas Denham.
Además del lirio, el delegado de CONAGUA reconoció que algunas presas tienen elevados niveles de azolve que reducen la capacidad total de agua, pero a pesar de ello no se han realizado trabajos de desazolve debido al elevado costo que representan.
“En los últimos años no se ha recomendado hacer un desazolve en razón de costo- beneficio, sin embargo muchos usuarios suelen pedirnos permiso para desarrollar desazolves anuales que le den mayor capacidad al embalse”, comentó.
Incluso se han recomendado otras acciones como la elevación de las cortinas de las presas que pueden representar una menor inversión.